Valorar el envejecimiento, 2ª parte
María Fontaine
Para los que deseen leer más acerca de cómo valorar el proceso de envejecimiento en nuestra vida o en la de otras personas y cómo envejecer victoriosamente, voy a publicar algunos de los muchos aspectos positivos que otros han expresado sobre ese tema y comentaré unos cuantos.
«El regalo que conlleva tener esta edad no es solamente estar viva, es el regalo de vivir más plenamente, como nunca». Joan Chittister
«Joven es el que tiene fe; viejo, el que duda. Joven es el que tiene confianza en sí mismo; viejo, el que teme. Joven es el que tiene esperanza; viejo, el que la ha perdido». Samuel Ullman
Como dijo Jesús, necesitamos la fe de un niño pequeño para entrar en Su reino. La fe absoluta en Él es lo que nos libera de las limitaciones de nuestra existencia ligada al tiempo. Creer en Su amor absoluto es lo que nos libra a fin de que experimentemos las muchas posibilidades que nos da el Señor.
Lo que nos limita es la duda, el temor y la desesperanza que se presentan cuando dejamos de poner atención a Jesús y la ponemos en las cosas temporales de esta Tierra. Todo eso limita nuestra visión, nos ciega a la verdad de quiénes somos como hijos de Dios.
«Quien deja de aprender se vuelve viejo, ya sea a los veinte años o a los ochenta». Henry Ford
El final de la vida es una de las mejores etapas de la misma. Sin duda es una de las más importantes. Ese tiempo, el del final, es el de fundirse con Dios, dejar los jirones y vestigios del pasado a fin de aprender a vivir en el presente y descubrir que eso basta. Tiempo de aprender a vivir la vida como es, y descubrir que es suficiente. Es tiempo de aprender a aceptarnos a nosotros y a todo lo que hemos aprendido como resultado de nuestra vida y descubrir que es suficiente. Joan Chittister
«Algo estupendo acerca del envejecimiento es que no se pierden todas las otras etapas que se han vivido». Madeleine L’Engle
«Algunas personas, sea cual sea su edad, nunca pierden su belleza. Simplemente esa belleza se traslada del rostro hasta el corazón». Martin Buxbaum
Claro, la belleza interior, que se encuentra en el corazón de alguien, encuentra una manera de hacerse ver en los ojos y en el rostro. A mi juicio, una persona anciana con una maravillosa sonrisa es una de las cosas más bellas en esta vida. Tal vez solo la supera lo mismo visto en un bebé. Esas dos sonrisas tienen una cualidad de pureza que proviene del corazón. Eso me ha llamado la atención varias veces, en particular cuando he estado en reuniones de cristianos donde hay personas ancianas. Algunas se veían tan radiantes que de verdad parecía que reflejaban una luz hermosa, celestial, por muchas arrugas que tuvieran, e independientemente de lo ancianas que fueran.
«Aunque tu sonrisa tenga arrugas, es importante que haya brillo». Anónimo
Tenemos a Jesús e independientemente de cuántos años hayamos estado en esta Tierra, Él puede asegurarse de que tengamos Su brillo divino, porque a pesar de todo lo que la vida nos ha lanzado, estamos todavía aquí, no hemos dejado de confiar en Él, y todavía podemos hacer a otros partícipes de la compasión, el amor y el consuelo que el Señor nos ha dado.
«Cuando la gracia se une a las arrugas, es adorable. Hay un amanecer indescriptible en la vejez feliz». Víctor Hugo
Me pregunto si el Señor nos da esas arrugas en la vejez como una ilustración, para que todos vean que hemos tenido toda una vida de aprendizaje, de madurez, y un gran volumen de experiencias que llevamos en nuestro interior, ¡y que hay mucho espacio para expandirse! ¡Quiero que las arrugas vayan acompañadas de la gracia del Señor por el tiempo que las tenga!
«No puedes evitar el envejecimiento, pero no es necesario que te conviertas en un viejo». George Burns
Para envejecer bien, parece que hay tres elementos principales: pasión, perspectiva de la vida y persistencia. Anónimo
«La vejez no es para cobardes». Bette Davis
Es posible que esa sea la razón por la que Dios ha puesto la experiencia del envejecimiento, con todos sus dolores y frustraciones, al final. Hace falta toda una vida para llegar a tener la paciencia, la fortaleza, la longanimidad y la determinación tenaz de llegar a esa meta final.
«La casita oscura del alma, maltrecha y en estado ruinoso, deja entrar la luz por las grietas causadas por el tiempo». Edmund Waller
«Nunca se es demasiado viejo para fijarse otra meta o para soñar otro sueño». Les Brown
«Los que no niegan la edad, que envejecen de manera consciente, maduran y son conscientes de las nuevas capacidades que desarrollan con el envejecimiento. Llegan a ser ellos mismos más auténticamente». Betty Friedan
A medida que nos acostumbramos a nuestra vejez y nos sentimos más cómodos con ella, podemos aceptar que está más cerca el fin de nuestra vida terrenal. Lo que alguna vez fue un punto distante en el horizonte comienza a ocupar un lugar preponderante y hermoso.
«La vejez no es una etapa en la que dejamos de progresar. Es exactamente la época en que nos desarrollamos de nuevas maneras. Es el periodo en que queremos que tenga sentido toda la formación que hemos adquirido. Es una temporada de relajamiento cuando todo dentro de nosotros está destinado a alcanzar nuestro yo más tierno, más fértil, singular». Joan Chittister
«Pero los justos florecerán como palmeras y se harán fuertes como los cedros del Líbano; trasplantados a la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios. Incluso en la vejez aún producirán fruto, seguirán verdes y llenos de vitalidad. Declararán: «¡El Señor es justo! ¡Es mi roca! ¡No existe maldad en Él!» Salmo 92:12-15[1]
«Estando convencido de esto: que el que en ustedes comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús». Filipenses 1:6[2]
«Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; Yo los sostendré y los salvaré». Isaías 46:4[3]
«Incluso en la vejez aún producirán fruto, seguirán verdes y llenos de vitalidad». Salmo 92:14[4]
«Ahora que estoy viejo y canoso, no me abandones, oh Dios. Permíteme proclamar Tu poder a esta nueva generación, Tus milagros poderosos a todos los que vienen después de mí». Salmo 71:18[5]
Artículo publicado por primera vez en febrero de 2017. Texto adaptado y publicado de nuevo en abril de 2020.
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