Ungimiento del Señor
Palabras de Jesús
«Cristo, el Santo, los ha consagrado a ustedes con el Espíritu, y todos ustedes tienen conocimiento». 1 Juan 2:20[1]
Tengo un manto precisamente para ti y te lo pondré sobre los hombros. Es Mi ungimiento. Es la presencia de Mi Espíritu en ti. Es la fortaleza y el ánimo que te hacen falta. Ese manto está a la disposición de todos los que me aman y sirven, pero es diferente en cada caso, ya que debe ajustarse a la medida de quien lo viste. Cada uno difiere en color, tamaño y medidas, ¡y el tuyo es justo a tu medida!
Yo visto a todos Mis siervos con el manto de Mi ungimiento, no para ocultarlos, sino para realzarlos. Tienes el manto de Mi Espíritu, con su poder, amor, sabiduría, y verdad. No olvides que lo llevas puesto; es símbolo de Mi presencia y una gran honra.
Te he escogido y te he ungido, porque me has escogido a Mí. Te he puesto para que vayas y lleves mucho fruto, fruto que permanezca. Eres digno, porque di la vida por ti. Pagué el precio. Has sido liberado y se ha pagado un rescate por ti.
Te amo, y sé que me sirves porque me amas. ¿Qué puede apartarte de este amor? Nada. Incluso cuando tengas tentaciones o cuando tropieces y caigas, siempre encontrarás la salida que Yo proveo, y el manto de Mi Espíritu siempre te guiará y te protegerá.
Fortaleza en el sosiego
«Así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: “En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza”». Isaías 30:15[2]
No podrán obtener todo el poder, el amor y la sabiduría que precisan a no ser que dediquen tiempo en quietud a buscarme y alabarme. Yo sé que siempre hay muchísimas cosas que hacer y tienen la tentación de apresurarse, de apretar el paso y de adjudicarse logros. Más les digo que en quietud y confianza será su fortaleza. Reitero que en quietud oirán el silbo apacible de Dios que les dice: «Este es el camino, vayan por él».
Gran poder, sabiduría y amor pueden hallarse en quietud, en Mi paz que sobrepasa todo entendimiento. ¡Si pudieran ver los dones espirituales que tengo para ustedes y las fuerzas que les puedo dar! Si pudieran percibir de forma tangible, con los ojos, las respuestas que tengo para ustedes y el ungimiento de Mi Espíritu sobre ustedes, tendrían mayor entendimiento y no dejarían de hacer una pausa para recibir la guía de Mi voz suave y delicada.
A menudo se les nubla la visión terrenal y todo lo que pueden ver es que hay mucho que hacer y se sienten obligados a trabajar más y más. Mas les he pedido que se esfuercen por entrar en Mi reposo. A medida que lo hagan, los fortaleceré, los ungiré, les daré poder y los guiaré.
En esos momentos es cuando Yo los instruyo y los guío. Y en esos momentos de quietud tienen acceso a la sabiduría que está disponible para ustedes por medio de Mi Palabra. No dejen, pues, de venir a Mí en quietud, ya que así recibirán todo lo que les tengo reservado. A medida que lo hagan, ¡verán que llevarán a cabo su trabajo y ministerio con menos complicaciones! Por medio de Mi Espíritu, puedo ungirlos dándoles la sabiduría que buscan y la fuerza que necesitan.
Ungimiento de gran fe
«Por medio de Cristo, han llegado a confiar en Dios. Y han puesto su fe y su esperanza en Dios, porque Él levantó a Cristo de los muertos y le dio una gloria inmensa». 1 Pedro 1:21[3]
Te honro con el supremo llamamiento del discipulado. Te honro con la bendición de tener gran fe en Mí. Te unjo con el don de una gran fe, que confía aun cuando es difícil hacerlo. Una fe que sigue creyendo cuando parece que todo va mal. Que confía en medio de la adversidad. Que confía cuando se está rodeado de fuerzas antagónicas, aunque te parezca que estás solo. Fe que confía cuando el corazón desfallece y sufre en tu interior. Fe que confía cuando no comprendes, y cuando no sientes nada. Fe que cree y sigue mirando hacia delante imperturbable ante el desánimo. Fe tenaz y resistente que no flaquea ante la duda. Fe que abriga esperanzas. Fe que me cree. Fe que se apoya en Mi Palabra. Fe que sigue adelante y lo soporta todo, sabiendo que no fallaré ni puedo fallar.
Ese don de fe que mueve montañas, resiste aunque todo se desmorone, transforma el mundo y conquista el espíritu y el corazón de los hombres. Este ungimiento de fe que te doy es la victoria que vencerá al mundo.
No temas este tiempo con las pruebas que te rodean. Entiende que gracias a ellas puedo darte el gran don de la fe. Esa gran fe es obra de Mis manos: es un regalo que te hago. Desciende de lo alto cuando pones tu confianza en Mí, independientemente de las circunstancias que enfrentes.
Estoy obrando y me vivificaré en tu interior si sigues adelante y confías. Anímate, pues me conocerás como no me habías conocido. Reposa ahora. Ten paz. ¡Estoy cerca! Ojo no vio ni oído oyó las cosas que tengo reservadas para quien acepta el don de fe que doy a todos los que lo piden.
Establecimiento de la conexión
«Soy dueño del ganado de mil colinas. Conozco a cada pájaro de las montañas, y todos los animales del campo me pertenecen. […] Mío es el mundo entero y todo lo que hay en él. Haz que la gratitud sea tu sacrificio a Dios y cumple los votos que le has hecho al Altísimo. Luego llámame cuando tengas problemas, y Yo te rescataré, y tú me darás la gloria». Salmo 50:10-12, 14-15[4]
Soy el amo del universo. Me pertenecen todas las verdaderas riquezas y la abundancia. Tengo en Mis manos todo lo que pidan, todo lo que busquen y todo lo que se esfuerzan por obtener.
Estoy dispuesto y puedo bendecirlos de la manera que buscan, pero solo puedo bendecirlos completamente y proveer para ustedes cuando ponen en Mí su confianza y tienen fe en Mi voluntad y en el plan que tengo para su vida. A medida que hacen su parte y confían plenamente en Mí, no dejaré de guiarlos ni de darles perseverancia y fortaleza para vencer todo lo que encuentren en el camino de la vida.
Dediquen tiempo para ser como María, que se contentó con sentarse a Mis pies, escuchar Mis Palabras y pasar tiempo conmigo. Entonces hallarán las fuerzas para llevar a cabo sus labores y serán bendecidas. Obtendrán beneficios de fe y paz que les dará las fuerzas para recorrer la senda de Mi voluntad.
El secreto se encuentra en pasar tiempo conmigo, en dedicar tiempo a leer Mi Palabra, a fortalecerse, a renovar su fe y establecer una conexión y un vínculo conmigo. Esa es la clave para vencer y alcanzar el éxito.
Publicado en Áncora en agosto de 2016.
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