Tocar y saborear el cielo
Curtis Peter van Gorder
Me fascinan los relatos de quienes estuvieron al borde de la muerte y de hecho estuvieron muertos durante un corto tiempo y volvieron para contarlo. Me confirman que el cielo y la vida después de la muerte son hechos reales. Estos relatos son importantes porque nos recuerdan que Dios nos ama para siempre y ha preparado un lugar maravilloso para nosotros que supera nuestras expectativas más alucinantes. He descubierto que dichos relatos no solo fortalecen mi fe sino que también sirven para iniciar una conversación con escépticos incrédulos.
La pregunta que surge con frecuencia es: ¿Cuán confiables son esos relatos? Mucha investigación se ha realizado desde que el innovador libro del Dr. Raymond Moody fuera publicado en 1975, titulado Vida después de la vida, que trata este tema. Aunque ha habido relatos de vida después de la muerte desde el 420 a.C., como los de Platón en su libro La República, seguidos del folklore y los escritos de casi todas las culturas[1], las investigaciones médicas detalladas sobre este tema no se han hecho nunca antes. Hay libros con éxito de venta, clips de YouTube, y montones de películas con recuentos de gente que tuvo experiencias en las que pasaron al otro lado y regresaron. Incluso hay una emisora de radio que se dedica exclusivamente a entrevistar a personas que comparten sus experiencias al borde de la muerte[2]. Debido a que se ha convertido en un tema tan popular, más personas se han animado a hablar de sus experiencias, mientras que antes se las consideraba tergiversaciones o simples alucinaciones.
Profesionales médicos que han estudiado objetivamente miles de casos han encontrado con regularidad unas 15 características comunes que a menudo viven las personas que tuvieron experiencias cercanas a la muerte:
- Escuchan música, campanas, sonidos de silbido o rugidos
- Se sienten fuera de su cuerpo físico y se ven a la distancia
- Se mueven a través de la oscuridad o un túnel, a menudo con una sensación de remolino
- Sienten emociones fuertes: las comunes son paz, amor, alegría
- Experimentan una mayor percepción de sus sentidos
- Ven una intensa oscuridad o luz
- Perciben un reino espiritual con paisajes vivamente memorables
- Se encuentran con seres queridos difuntos
- Se encuentran con seres espirituales de luz que los guían y aman incondicionalmente
- Adquieren un conocimiento de la naturaleza del universo
- Experimentan un repaso de su vida
- Sienten una sensación de unidad e interconexión
- Llegan a una frontera o puerta sin retorno
- Obtienen clarividencia sobre el futuro
- Intentan compartir con los demás sus experiencias y mensajes acerca de la razón de la vida[3],[4]
Lo que más me conmueve de estas experiencias son las intensas emociones de paz y alegría que sienten después de un encuentro con una luz de amor incondicional, que la mayoría considera que se trata de Jesús. Todos sienten un amor, compasión, protección, comprensión y empatía envolventes del Creador del universo para cada uno individualmente. Se sienten tan a gusto, envueltos en esa luz cálida y amorosa, que a menudo no quieren volver a la tierra.
Solo a modo de muestra, tomemos una de estas experiencias; la de Jennine Wolff de Troy, Nueva York, que murió después de complicaciones en una intervención quirúrgica:
De pronto me di cuenta que estaba en el jardín más hermoso que he visto jamás. Me sentí completa y amada. Mi sensación de bienestar era plena. Escuché claramente música celestial y vi flores de colores vivos, como nada que haya visto en la tierra, vegetación hermosa y árboles.
Mientras miraba alrededor, vi a lo lejos, sobre una colina, a Jesucristo. Solo me dijo que dependía de mí si quería volver a la tierra o no. Escogí regresar para terminar mi trabajo. […]
¿Los cambios en mi vida? Ahora soy más consciente de los sentimientos, creencias y necesidades de las personas. Soy más compasiva y considerada con los demás, también adquirí más confianza en el amor de Dios.
Ahora trabajo con personas mayores, dándoles mi amor con cada muestra de afecto[5].
También me acordé de este relato de la Dra. Mary Neal, publicado previamente en Áncora.
Estas experiencias nos dan una idea de cómo será el cielo: un lugar maravilloso lleno de gente amorosa, gobernado por un Dios de amor que quiere que hagamos lo mismo durante nuestra corta estadía en la tierra. Que el amor gobierne nuestra vida, como Jesús nos enseñó a orar: «así en la tierra como en el cielo».
*
«Lo que vemos ahora es como una tenue imagen en un espejo; entonces veremos cara a cara. Ahora cuento con un conocimiento parcial; entonces será pleno, tan completo como el conocimiento que tiene Dios de mí. Mientras tanto estos tres permanecen: fe, esperanza y amor; y el más grande de estos es amor.» 1 Corintios 13:12–13[6]
«Desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como Tú, actúe en favor de quienes en Él confían». Isaías 64:4[7]
[1] Bruce Greyson, Near-Death Experiences and Spirituality (Experiencias cercanas a la muerte y espiritualidad), Zygon 41, nº2 (2006): 41, 394.
[2] https://www.youtube.com/User/NDEaccounts.
[3] Raymond Moody, Life After Life (La vida después de la vida) (Mockingbird Books, 1975).
[4] Kenneth Ring, Life At Death (La vida en la muerte) (Coward, McCann e Geoghegan, 1980).
[5] P. M. H. Atwater, Beyond the Light (Más allá de la luz) (Nueva York: Avon Books, 1995), 51–53.
[6] NVI.
[7] NVI. (V. también 1 Corintios 2:9–10.)
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