Siempre estás en Mis manos
Palabras de Jesús
[You Are Always in My Hands]
Tienes un gran valor para Mí. Eres uno de Mis amados hijos. Cuando caigas, te recogeré y sostendré. Cuidaré de ti y te fortaleceré en todo lo que enfrentes en la vida, porque te amo.
Así pues, acude a Mí. Echa tus cargas a Mis pies. Deja todo lo demás atrás. Cuando vengas a Mí, solo necesitas traer tu presencia. Ven a Mí con humildad y mansedumbre y ten la certeza de que siempre te recibiré con los brazos abiertos y con amor, y te daré ánimo.
Todas las situaciones que tienen que ver contigo están en Mis manos, porque tú las has puesto allí. Déjalas allí; no las vuelvas a tomar ni trates de llevar la carga sin ayuda. Confía en que me encargaré de toda carga o situación que confíes a Mi cuidado.
Recibe Mi ánimo; ¡ten valor y pon tu esperanza en Mí! Mi brazo siempre está extendido para sacarte de cualquier pozo de desesperación, o de desánimo, o de pesadumbre. Acude a Mí, criatura Mía, y quédate bajo la sombra de Mis alas.
Cada oración cada lágrima
No creas, tesoro Mío, que hay algo mal en tu vida cuando la situación no resulta como habías esperado. En el momento, solo puedes ver tu mundo como es ahora. Ves la rutina de tu vida cotidiana. Sé que tienes agradecimiento por Mis bendiciones en tu vida y por Mi provisión. Sé que deseas complacerme y servirme.
Recuerda siempre que solo puedes ver una parte limitada de Mi plan para tu vida. Quieres entender lo que va a pasar y cómo será la situación en el futuro. Confía en que a medida que te aferras con fe y continúas dando un paso a la vez, sosteniendo Mi mano, algún día experimentarás mayores cosas que tengo reservadas para ti, ¡cosas que ni siquiera puedes imaginar! Pues cosas que ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, ni han surgido en el corazón del hombre, son las que he preparado para los que me aman (1 Corintios 2:9).
Estaré contigo en las duras y en las maduras. Oigo cada una de tus oraciones. Veo cada lágrima que derramas. Te protejo y te guardo. Así pues, no te concentres en las olas, en las condiciones o en las circunstancias en que te encuentras; más bien fija decididamente los ojos en Mí y sígueme. Confía en Mí, en que algún día tu corazón se regocijará en gran medida, y sabrás que ha valido la pena cada sacrificio, por grande que fuera.
¿Te sientes abrumado?
Dedica tiempo a escucharme cuando te sientas abrumado por las circunstancias. Escucha que te digo: «¡Anímate! Soy Yo. No temas.» Escucharme cuando tienes estrés requiere disciplina y confianza. Tus pensamientos acelerados hacen que sea difícil escuchar Mi suave susurro. Pídele al Espíritu Santo que calme tu mente a fin de que puedas escuchar Mi voz. Recuerda que Yo —el Príncipe de paz— estoy contigo en todo momento.
No solo estoy contigo; también estoy en tus circunstancias. Además, tengo el control de todo lo que te sucede. Aunque no soy el autor del mal, soy capaz de aprovechar las cosas malas de modo que resulten en un bien. Eso no elimina el sufrimiento, pero sí lo redime, infundiéndole significado. Así que si te encuentras en una tormenta de dificultades, te digo: «Ten ánimo. Soy Yo.»
En tu situación actual, busca señales de Mi presencia permanente. Me buscarás y me encontrarás, cuando me busques de todo corazón (Jeremías 29:13)[1].
Terminar la buena obra
Ten la seguridad de que terminaré la buena obra que comencé en ti hasta que llegue el fin de tu vida terrenal y por la eternidad. Me perteneces y somos uno; ¡y me regocijo en ti y en la manera en te he creado! Me encanta ver que das amor a los demás, y tu fidelidad y determinación de permanecer cerca, a Mi lado.
Sé Mis manos que se extienden para dar Mi amor a los demás. Que el amor que he puesto en tu corazón derrame Mi amor sobre los demás. Que tus manos sirvan a los demás con Mi amor. Que tus lágrimas entiendan las lágrimas de ellos. Que tu anhelo de amor llene la soledad de otra persona. A medida que des a otros el calor de tu amor, recibirás también el calor del amor.
Confía en que Yo te he creado. He permitido cada incidente y circunstancia de tu vida, y he mandado a cada persona que se ha cruzado en tu camino para moldearte de modo que llegues a ser lo que eres y lo que llegarás a ser. Anímate y confía en Mí. Vive un día a la vez. El resultado final será glorioso, y sabrás que todo lo hago bien.
Hallar gozo en Mi Palabra
Que Mi Palabra te llene hasta rebosar, de tal modo que irradies su amor, esperanza y verdad. Cuando te parezca que la vida es sosa y poco interesante busca el gozo, la paz y la verdad que se hallan en Mi Palabra.
Al llenar tu corazón y tu vida de Mi Palabra y que transmitas ese amor a los demás, tu identidad estará arraigada en Mi Palabra. Te fundirás conmigo cada día, y tendrás las fuerzas que te capacitarán para amar a los demás. A medida que te esfuerces por vivir de acuerdo con Mi Palabra y dejes que llene tu corazón y tus pensamientos, otros participarán de sus frutos en tu vida cuando estén a tu lado.
Busca en Mi Palabra las respuestas y soluciones; y procura basar tu vida en Mi Palabra. A medida que tus actos y tus decisiones sean conforme a Mi Palabra, Yo seguiré llevando a cabo Mi labor de transformación en ti, y Mi amor fluirá desde ti hacia los demás. Esa es Mi bendición y recompensa.
Dedica suficiente tiempo a descansar en Mí y halla fuerzas en Mi Espíritu y Mi Palabra. A medida que dediques tiempo a Mi Palabra, encontrarás fe, paz y reposo. Eso es parte de tu crecimiento en Mí: andar conmigo, conversar conmigo, escucharme, arraigarte y cimentarte en Mí, en Mi Palabra y en la fe.
Ten mucho cuidado para que los afanes y las cargas de esta vida terrenal, de este mundo, no te absorban tanto que no te dejen tiempo para que pases esos ratos a solas conmigo. A medida que dediques tiempo a recibir Mis fuerzas por medio de leer y absorber Mi Palabra, recibirás las fuerzas que necesitas y deseas para ser hacedor de la Palabra en esta valiosísima vida que te he entregado.
Camino de misericordia y verdad
Mi amor por ti es paciente y bondadoso; todo lo sufre. Procuro llevarte a toda la verdad con amor. Estoy a tu lado, te guío. Proveo un refugio para ti en Mí, con gran misericordia y compasión, de modo que descanses y encuentres consuelo.
Yo veo tus anhelos y deseos más profundos. Veo que quieres complacerme y hacer lo correcto, si bien por las limitaciones que impone la fragilidad humana, muchas veces ese ideal excede a tu capacidad terrena. No temas, porque eso también es parte de Mi plan, a fin de que eches todo tu peso sobre Mí, y apoyándote así encuentres fuerzas.
Siempre tendrás contigo los defectos, las faltas y las imperfecciones; y obro en ellos y por medio de ellos para que te acerques a Mí. Entiendo tus limitaciones y tus imperfecciones, ya que todos pecaron y están destituidos de Mi gloria.
Mi camino es de misericordia y verdad. Prodigo Mi misericordia y verdad a los que me aman. Con respecto a Mis llamados, Mis elegidos, lo hago todo bien, de modo que pueda juntarlos y acercarlos a Mí en ese gran día en que por fin lleguen a casa, a estar para siempre a salvo en Mis brazos eternos.
Publicado por primera vez en 1997, a menos que se indique otra cosa en los párrafos correspondientes. Texto adaptado y publicado de nuevo en abril de 2023.
[1] Sarah Young, Jesus Today (Thomas Nelson, 2012).
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