Por qué la alegría de Dios es mejor que mi felicidad
Pensamientos tras perder mi trabajo
Lauren Gaskill
Aquella llamada entró como una tormenta eléctrica de Carolina del Norte: repentinamente, por sorpresa y desatando el caos.
«Lamentamos informarte por teléfono, Lauren, pero nuestros clientes están invirtiendo menos y hemos tomado la decisión de dar por terminado tu trabajo de manera inmediata.»
El silencio se extendió. Flotaba en el aire mientras mi mente parecía a punto de estallar en una combinación de sorpresa y ansiedad. Esto no podía estar pasando…
Clamé al Señor. «¿Qué quieres de mí? No entiendo qué quieres que haga. Necesito que me indiques el camino en este momento, porque nada tiene sentido».
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