Empoderados por Su gracia
Palabras de Jesús
[Empowered by His Grace]
Pido en oración que, de Sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de Su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en Él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Efesios 3:16–17
Nunca dejaré sin consuelo a los que confían en Mí (Juan 14:18). Estoy siempre contigo. Te fortaleceré en momentos de angustia y padecimientos. Vine a la Tierra a vivir entre ustedes para experimentar todo lo que experimentan, y a sufrir y morir por ustedes. Entiendo sus dificultades e intercedo por ustedes en su sufrimiento, enfermedad, pena y dolor (Romanos 8:34).
Recuerda siempre que nunca dejaré que seas tentado más allá de lo que puedas soportar. Te di una vía de escape cuando llevé sobre Mis hombros tus enfermedades (1 Corintios 10:13; Mateo 8:17). Sufrí por ti cuando morí en la cruz y pagué el precio de tu redención eterna. Ahora vivo siempre para interceder por ti (Hebreos 7:25). Así pues, ven a Mí y echa sobre Mí tus cargas, pues Yo siempre te sostendré y te guardaré (Salmo 55:22).
En el mundo, muchas personas han entregado la vida por otras personas, han sufrido y han muerto por una causa noble. Sin embargo, al dar Mi vida por ti, no solo morí por ti, sino que cargué sobre mí el peso de tu pecado, sufrimiento y dolor. Al morir en la cruz, lo hice por todo hombre, mujer y niño que ha vivido y que vivirá. Fui herido por tus rebeliones y molido por tus iniquidades; por Mis heridas eres sanado y has entrado en Mi paz (Isaías 53:5).
Cuando eches sobre Mí tus cargas, preocupaciones, ansiedades y sufrimiento, Yo siempre te sostendré, porque Yo cuido de ti (1 Pedro 5:7). Ya tomé tu dolor y sufrimiento, de modo que encuentres redención, curación y alivio en tu hora de necesidad. Pagué el precio de tu pecado, y todo el que cree en Mí y en Mi Palabra ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24).
Cuando enfrentes momentos difíciles, recuerda que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de compararse con la gloria que te será revelada (Romanos 8:18). Mi gracia siempre te bastará y Yo siempre seré un pronto auxilio en momentos de necesidad (Salmo 46:1).
Mi corazón se conmueve por la situación de las madres solteras y las viudas
Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que no tenía quien lo ayudara. Venía sobre mí la bendición del que estaba a punto de perecer, y el corazón de la viuda yo llenaba de gozo. Job 29:12,13
Entiendo el dolor de la madre soltera y la viuda, y la soledad, el temor al rechazo y los momentos de desesperanza. Mi madre en la Tierra enfrentó la posibilidad de ser madre soltera y también quedó viuda. Mi corazón se conmovió por la difícil situación de las madres solteras y las viudas, también por los huérfanos, y he prometido que Mi Espíritu siempre estará contigo para consolarte y guiarte (Juan 14:15–18).
Me compadezco de tus debilidades y problemas. Así pues, ven a Mí con todas tus preocupaciones y cargas; recibe Mi misericordia y encuentra gracia que sea tu ayuda en todo momento de necesidad (Hebreos 4:15–16). Velo y sostengo a los que no tienen padre y a las viudas (Salmo 146:9), y te he llamado a hacer lo mismo (Santiago 1:27).
La gracia para hoy
El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes». Deuteronomio 31:8
Es propio de la naturaleza humana preocuparse por el futuro a veces. No puedes conocer el futuro, pero puedes confiar en que Yo conozco el futuro y los planes que tengo para tu vida, que siempre redundarán en tu bien porque me amas (Romanos 8:28). Es posible que ahora no tengas la gracia para enfrentar un futuro incierto, pero puedes confiar en que tendrás lo que necesites cuando llegue el momento. Como tus días, así serán tus fuerzas; cuando llegue el momento, tendrás la gracia para enfrentar los desafíos del día (Deuteronomio 33:25).
Mi gracia siempre será suficiente para ti, para hoy, mañana y en el futuro (2 Corintios 12:9). Así pues, si te preocupa el futuro, coloca todas tus mañanas en Mis manos; y concéntrate en lo que te he pedido que hagas en la actualidad. Hoy sé fiel a Mí y Mi Palabra. A medida que pongas tu confianza en Mí y descanses en Mi gracia, podrás resistir las tormentas que lleguen mañana o en el futuro.
Preséntame todas tus preocupaciones. Déjalas en Mis manos. No te preocupes por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas y preocupación (Mateo 6:34). Recuerda que todas tus mañanas están en Mis manos.
Concentrarse en las metas del reino
Al desembarcar, Jesús vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. Marcos 6:34
En el tiempo que estuve en la Tierra, Mi corazón se conmovió. Tuve compasión al ver que los que me rodeaban eran acosados y estaban indefensos (Mateo 9:36). Cuando caminé entre la multitud, vi sus situaciones de apuro, la intensidad de su sufrimiento y su gran necesidad de conocer la verdad y el camino a la vida eterna.
Cuando miré a las multitudes —las almas necesitadas, los corazones hambrientos, los tristes, los desesperados y desamparados, los que agonizaban sin respuestas— me vi obligado a aceptar la copa de sufrimiento en la cruz. Mi oración fue «no se haga Mi voluntad, sino la Tuya» (Lucas 22:42). Enseñé a Mis discípulos a orar así al Padre: «Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo» (Mateo 6:10), y presenciaron un ejemplo vivo de eso a través de Mi decisión de morir en la cruz por su salvación eterna.
Actualmente, hijos Míos, también les pido que levanten la mirada y vean los campos que están blancos y listos para la siega (Juan 4:35). Anímense, sabiendo que tienen en la mano las llaves de la verdad y la vida eterna que aliviarán la mente atribulada de las personas, que les dará paz, consuelo y ánimo, que sanará su espíritu quebrantado y las hará libres.
Si sigues Mis pasos, mantendrás la mirada en el reino del Cielo y no permitirás que te hunda el peso de los asuntos de esta vida (2 Timoteo 2:4). Permanece firme en tu fe y permite que florezca al dar a otros lo que Yo te he dado. Proclama el reino de Dios. De gracia recibiste, da de gracia, y ten la certeza de que a cambio recibirás en gran medida (Mateo 10:7,8).
Publicado por primera vez en agosto de 2005. Adaptado y publicado de nuevo en octubre de 2025.