Descubrir la normalidad
No tenía que ser una superviuda
Ev Baerg
Acababa de cumplir diecinueve años y no tenía idea de que enfrentaría una catástrofe. Un perfecto desconocido me dijo: «Ten cuidado, John se ha fijado en ti».
Parece ser que John me señaló ante un compañero suyo y dijo: «¿Ves esa chica? Esta noche la acompañaré a su casa.»
Él tenía un plan para mí, y como colaboré, eso incluyó un futuro y una esperanza. Se suponía que duraría para siempre, o al menos hasta que tuviéramos noventa años. Sin embargo, terminó hace tres años cuando lo invadió un cáncer, y comenzó su nueva vida en el cielo antes de tiempo…
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