¿Cuándo será el Arrebatamiento?
Scott MacGregor
[When Will the Rapture Happen?]
En el año 2011, Harold Camping, un ingeniero convertido en locutor de radio cristiano, predijo que Jesús volvería el 21 de mayo de ese año a las seis de la tarde. Llegó a esa conclusión al calcular diversos valores numéricos que aparecen en la Biblia. El resultado de sus cálculos debía ser el número de días entre la crucifixión y la segunda venida de Cristo.
De manera que, a comienzos de 2011, Harold Camping predijo que el 21 de mayo todos los creyentes serían arrebatados al cielo. Como el Arrebatamiento no ocurrió el 21 de mayo, Camping afirmó que Jesús sí vino espiritualmente el 21 de mayo, aunque más tarde admitió su error y emitió una disculpa.
La palabra arrebatamiento ha adquirido popularidad en tiempos recientes en obras de ficción y películas, así que vale la pena explorar lo que significa. Hace mucho tiempo, un monje llamado Jerónimo estaba traduciendo la Biblia del griego al latín. Utilizó la palabra rapio del latín para describir la forma en que Jesús vuelve para llevar a los creyentes al cielo. Es un término que normalmente se atribuiría a las acciones de un asaltante. Da a entender que Jesús descenderá en picada y tomará su botín, es decir, a nosotros los creyentes, y nos llevará de regreso a Su hogar, el cielo. Fue de este término, rapio, que se deriva la palabra rapto o arrebatamiento.
Al escuchar predicciones o leer obras populares de ficción sobre el Arrebatamiento, conviene saber lo que dice la Biblia sobre ese evento y el fin del mundo. El siguiente es un breve resumen, basado en la Biblia, de lo que conocemos con cierto grado de certeza sobre el cronograma del Tiempo del Fin y el Arrebatamiento.
Lo que sabemos con toda certeza es que no sabemos la fecha específica del regreso de Jesús. Jesús dijo claramente en Mateo 24:36: «Nadie sabe el día ni la hora en que sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Solo el Padre lo sabe». Creo que deberíamos tomar esa declaración al pie de la letra: Nadie sabe el momento exacto de la venida de Jesús.
Sin embargo, la Biblia sí dice que va a ocurrir un evento a partir del cual podremos empezar a calcular cuándo será el regreso de Jesús. Dicho evento es el rompimiento de lo que se conoce misteriosamente como pacto santo (o pacto), cuando se prohíba lo que se conoce como «el sacrificio y la ofrenda» (Daniel 9:27) y se establezca lo que la Biblia llama la abominación desoladora (Mateo 24:15).
Conocemos un poco acerca de ese pacto por el libro de Daniel en el Antiguo Testamento. Sabemos que la persona a la que nos referimos comúnmente como el Anticristo está muy involucrada en la firma del pacto y luego lo rompe 1260 días (casi tres años y medio) antes del regreso de Jesús. Cuando suceda dicho rompimiento —y al parecer es un acto público porque prohíbe las ceremonias religiosas—, entonces podremos, con cierto grado de certeza, empezar el conteo regresivo de los días hasta el retorno de Jesús.
Ese período de 1260 días aparece en varios lugares de la Biblia, y esas referencias tienen que ver con el período final de esa época de la historia del mundo, el período culminante conocido como la gran tribulación. A veces el número es traducido en sietes, otras veces en meses, y en otras misteriosamente como tiempos. Algo a tomar en cuenta es que en la época de Juan un año tenía una duración de 360 días y un mes de 30 días. De manera que 1260 días equivale a tres años y medio o a 42 meses.
Veamos primero algunos versículos en el libro de Apocalipsis, que fue escrito por el apóstol Juan. Juan estaba exiliado en la isla de Patmos y durante ese tiempo vio una larga visión acerca del futuro. En la visión, un ángel le dice a Juan: «Ellos [al parecer un ejército invasor] hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses» (Apocalipsis 11:2). Luego el ángel dice: «Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de silicio» (Apocalipsis 11:3).
En el siguiente capítulo, Apocalipsis 12, leemos acerca de una hermosa mujer que es perseguida por un dragón. Esta mujer es simbólica de los creyentes y el dragón es el diablo. Apocalipsis 12:6 dice: «La mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días».
Luego continúa diciendo: «Pero a ella se le dieron dos alas como las de una gran águila para que pudiera volar al lugar que se había preparado para ella en el desierto. Allí sería cuidada y protegida lejos del dragón durante un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo» (Apocalipsis 12:14).
En Apocalipsis 13:5 tenemos más noticias del Anticristo, a quien se le denomina la bestia. «A la bestia se le permitió decir grandes blasfemias contra Dios, y se le dio autoridad para hacer todo lo que quisiera durante cuarenta y dos meses.»
El libro de Daniel también habla acerca de los tres años y medio del reinado de terror del Anticristo: «Desafiará al Altísimo y oprimirá al pueblo santo del Altísimo. Procurará cambiar las leyes de los santos y sus festivales sagrados y ellos quedarán bajo el dominio de ese rey por un tiempo, tiempos y medio tiempo» (Daniel 7:25).
Por tanto, es evidente que no es sino hasta después de ese período de tres años y medio que Jesús vuelve, como dijera el propio Jesús en Mateo 24. En dicho capítulo, Jesús responde la pregunta hecha por uno de Sus discípulos: «Dinos, ¿qué señal habrá de Tu venida y del fin del siglo?» (Mateo 24:3).
Jesús hace referencia a los escritos del libro de Daniel para responder la pregunta: «Cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de la que habló el profeta Daniel […] habrá entonces gran tribulación» (Mateo 24:15, 21). Explica que después de que se establezca la mencionada abominación —lo cual sabemos por el libro de Daniel que ocurre después del rompimiento del pacto— habrá un período de angustia, sobre todo para los seguidores de Dios.
Luego dice: «Inmediatamente después de la angustia de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces, por fin, aparecerá en los cielos la señal de que el Hijo del Hombre viene, y habrá un profundo lamento entre todos los pueblos de la tierra. Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria. Enviará a Sus ángeles con un potente toque de trompeta y reunirán a los elegidos de todas partes del mundo, desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo» (Mateo 24:29-31).
Jesús dejó claro a Sus discípulos y a nosotros, que Su regreso y el Arrebatamiento no se producirán hasta que haya concluido este período de 1260 días de Tribulación. Nótese que también deja en claro que el Arrebatamiento será un suceso muy visible y sumamente notorio: «todos los pueblos de la tierra» lo verán.
En la primera epístola a los Tesalonicenses, Pablo nos enseña más acerca del Arrebatamiento: «El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre» (1 Tesalonicenses 4:16-17).
Para resumir lo anterior:
1) Nadie sabe el día o la hora exacta de la venida del Señor.
2) No obstante, parece que el momento de Su venida se puede calcular en el futuro cuando empiecen a ocurrir los eventos que lo preceden, puesto que Su retorno sucede 1260 días después de que se rompa el pacto santo.
3) El período de 1260 días es un tiempo en que el Anticristo estará en el poder, un tiempo frecuentemente conocido como la gran tribulación.
4) Y la buena noticia es que inmediatamente después de esto, Jesús regresa y todo el mundo lo verá y los creyentes serán arrebatados (transportados al cielo), tanto los que ya han muerto como los vivos.
De manera que la Biblia ha señalado eventos concretos que deben ocurrir antes de que empiece la cuenta atrás para el Arrebatamiento. No sabemos cuándo volverá Jesús o si volverá en el transcurso de nuestra vida, por lo que lo más sabio es tomarse a pecho el consejo dado por Jesús al final de Mateo 24, donde dice: «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor vuelva, le halle haciendo así» (Mateo 24:45-46).
Dicho de otro modo, lo mejor que podemos hacer ahora es esforzarnos por amar a Dios y a los demás, cumplir con fidelidad Su gran misión de compartir las buenas nuevas del Evangelio, hacer discípulos y enseñar a otros a observar las enseñanzas de Jesús (Mateo 28:19-20).
No tenemos que preocuparnos acerca del fin del mundo. ¡Es más, Jesús dijo que ni siquiera nos preocupemos por el día de mañana (Mateo 6:34)! Hay mucho que hacer aquí y ahora, y una vida vivida por Jesús y los demás es la mejor preparación para lo que sea que nos depare el futuro. La buena noticia es que Jesús ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20).
Este artículo es una adaptación de Solo1cosa, textos cristianos para la formación del carácter de los jóvenes.
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