Cuando la carga parece pesada
Palabras de Jesús
«Vengan a Mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y Yo les daré descanso. Pónganse Mi yugo. Déjenme enseñarles, porque Yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues Mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana». Mateo 11:28-30[1]
Esa sensación que te embarga a veces, de que te doblas bajo el peso de la carga o que la presión te está haciendo rebasar tus límites, puede llevarte a cuestionar seriamente si podrás salir adelante. Pero te prometo que sí puedes y que efectivamente superarás la prueba. Cuando consideras que te estás entregando de lleno, que haces todo lo que puedes, que te empeñas con todas tus fuerzas y aun así las cosas no dan visos de mejorar, te puede entrar la duda de si estás en el centro de Mi voluntad o si dejaste pasar una oportunidad o una salida. La verdad es que la vida no está exenta de dificultades. Cuesta trabajo. El recorrido es a veces penoso y extenuante; sin embargo, me haré cargo de todo lo que me encomiendes.
Cuando la carga te parezca insoportable, recuerda que Yo soy el fuego que arde en tu corazón, el cual nunca se apagará siempre que sigas confiando en Mí. Quizá pienses que la llama está menguando, pero el fuego de Mi Espíritu es fuerte, indestructible e invencible. Debes simplemente poner tu fe en Mi Palabra, la verdad. Ya sabes que no puedes hacerlo todo con tus propias fuerzas, que de tus propias reservas no posees todas las energías, sabiduría y entendimiento que te hacen falta para cumplir con tus obligaciones. Mas cuando se te agotan tus fuerzas y se te consumen tus habilidades, descubres que Mi fortaleza y Mi gracia te bastan.
Por muy duras que sean las pruebas que enfrentes, proveeré para todo lo que necesitas y te daré el ungimiento que te hace falta para las tareas pendientes. Apóyate de lleno en Mí y permíteme ayudarte a llevar la carga. Puede que todavía sientas el peso, pero a la postre no serás tú quien lo lleve en tanto que sigas echando sobre Mí tus cargas. Yo te sostendré en toda circunstancia que ponga a prueba tu resistencia, te ayudaré a sobrellevar toda carga de trabajo, a cumplir toda obligación que se te presente. Basta con que sigas acudiendo a Mí, que soy el núcleo de tus fuerzas y tu ungimiento.
No temas ni te derrumbes bajo el peso de tus deberes; ten siempre presente que Yo te daré las fuerzas para sobrellevar cada obligación y que Mi Espíritu te dará el ungimiento que necesitas para cada tarea, con tal de que me las encomiendes todas a Mí. De Mí brotan las soluciones y las fuerzas que necesitas. Soy tu fuego eterno que te brinda calor. Soy tu perpetuo refugio, tu protección garantizada, y estaré contigo hoy, mañana y siempre.
No debes desvelarte por temor a no poder superar los obstáculos que enfrentes, sean cuales sean. Sí puedes y lo conseguirás por medio de Mi poder. Lo lograré por medio de ti y te concederé todo lo que te haga falta. Confía en Mí y en las promesas que te hago. Aunque no obtengas victorias instantáneas y quizás experimentes fracasos, siempre te remontarás por medio de la fe y continuarás haciendo los progresos necesarios para avanzar y mejorar la situación.
Enfrentar el desafío de los cambios
«Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas». Josué 1:9[2]
Los cambios y las mudanzas a menudo presentan una serie de pruebas de índole espiritual, física y emocional, a las cuales hay que hacer frente a medida que dejas atrás una etapa de la vida y entras en una nueva. Luego está la difícil tarea de establecerse una vez que te has mudado, de acomodarte y adaptarte a tu nueva situación. Una vez que superas la primera fase, la de desarraigarse y superar los muchos obstáculos emocionales y físicos que aparecen en el trayecto, hay que vérselas con la segunda: acomodarte en tu nueva situación, adaptarte a las nuevas personas y al ritmo que imponen tus nuevas funciones.
Tal vez seas proclive a sentirte desorientado y quizás un poco nervioso, no sabiendo si tu nueva situación rendirá frutos o si tú mismo rendirás. A lo mejor te veas en el puesto de aprendiz y te toque interiorizarte de los secretos del negocio, aprender cómo se hacen las cosas y las características y modo de trabajar en tu nueva situación. Es factible que todo eso te ponga un poco incómodo. Tal vez no tengas un marco de referencia o te parezca que una vez más has vuelto al punto de partida y te toca volver a establecerte.
Son muchísimas las emociones y sentimientos asociados a todo proceso de traslado o cambio. Pero Mis fuerzas están a la altura de la tarea. Mi Espíritu en ti está a la altura del desafío, y en últimas las ganancias que obtengas pesarán más que las pérdidas. Si te he indicado que realices un cambio, que emprendas un nuevo rumbo, puedes tener la certeza de que es por una razón importante y que en algún punto ese cambio producirá buen fruto en tu vida y en la de los demás.
Si te he indicado que des un giro, ten por seguro que he sopesado el costo en la balanza y he comprobado que las ganancias y la satisfacción que encontrarás al cumplir Mi voluntad superarán con creces toda pérdida. Si te he indicado que ha llegado la hora de realizar ese cambio puede ser porque la situación anterior ya no daba para más y te estoy ofreciendo un boleto hacia un nuevo destino donde seguirás prosperando.
Claro que también hay temporadas de la vida en las que tienes que quedarte donde estás y edificar una obra a largo plazo. Ahora bien, cuando te llamo a realizar un vuelco en tu vida puedes tener la confianza de que Yo te bendeciré y te guiaré. Si acabas de mudarte a una nueva situación que te ha costado mucho en lo personal y te preguntas si tomaste la decisión acertada, ten el convencimiento en tu corazón de que estás donde estás porque Yo te conduje allí y por ende estás cumpliendo Mi voluntad.
Me preocupo de cada ínfimo aspecto de tu vida, desde el lugar en que vivirás y el puesto en que trabajarás, hasta las personas con quienes convivirás y durante cuánto tiempo. Conozco el carácter de cada una de las personas con las que te toparás en el camino, cada reto, las lecciones que aprenderás y el fortalecimiento y preparación que recibirá tu espíritu gracias a ello. No guío tu vida caprichosamente. Todo lo contrario. Sé lo que te ocurre. Te amo, velo por ti y hago que todas las cosas obren para tu bien en tu vida, inclusive los errores, los giros que diste equivocadamente o los aparentes fracasos. Si estás donde quiero que estés, poniendo todo de tu parte para andar al unísono con Mi voluntad y Mi Espíritu, ten la seguridad de que encontrarás realización, paz, alegría y amor en ese ámbito, pues este es el fruto de estar dentro del marco de Mi voluntad.
Gracias por estar dispuesto a salir de tu zona de comodidad y dejar atrás el pasado para seguirme camino al futuro. Si alguna vez te sientes inclinado a desanimarte o a pensar que estás perdido, o si libras alguna batalla interior, recuerda que las épocas en que has pasado por mayores pruebas a lo largo de la vida han sido épocas de crecimiento y fortificación y que tu paso por la Tierra es fugaz comparado con la eternidad.
Artículo publicado por primera vez en agosto de 2007. Texto adaptado y publicado de nuevo en octubre de 2018.
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