Cómo sobreponerse a un pasado deshecho
Kurt Bubna
Tenemos la tendencia a mirar a Dios desde una óptica derrotada. Ello es todo un problema. Si nuestra propia imagen está seriamente dañada, por lo general nuestra imagen de Dios también está estropeada. De hecho, para ser francos, algunos de nosotros aunque creemos que Dios es grande y todopoderoso, no lo imaginamos haciendo portentos por medio de nosotros. Proclamamos Su magnificencia entonando himnos de alabanza, pero dudamos de lo que pueda hacer con casos perdidos como nosotros.
Un aspecto clave del dilema es que nos encanta crear dioses a nuestra imagen. Convertimos a los ricos y famosos en dioses. Endiosamos a los dirigentes (incluidos políticos y pastores). Los colocamos en un pedestal, pero en vez de honrar al Dios Todopoderoso, terminamos adorando a algún diosecillo insignificante. Ahí está el quid del asunto: Si nuestro Dios es demasiado pequeño o humano (como lo somos nosotros), entonces nuestra fe y la esperanza que depositamos en Él también será insignificante.
En el fondo creemos que Dios puede hacerlo todo, pero por otra parte consideramos que cuando se trata de nosotros tiene limitaciones. Dios no está limitado por el tiempo o el espacio, ¿pero acaso no depende el artesano del material del que dispone? Y ya sabemos la clase de material de que estamos hechos.
Más barro que mármol.
Más gravilla que diamante.
Más quebrado que entero.
No creo mucho en la autoconfianza. A diferencia de lo que proclaman los gurús del pensamiento positivo, no estoy bien (como tampoco lo está el lector). Puedo pasarme horas en la posición deloto entonando cánticos: «Soy bueno. Soy maravilloso. La fuerza de mi vida afecta al universo.» Pero en mi interior sé que no soy tan bueno. Es más, por momentos soy un desastre total.
Entonces, ¿cuál es la alternativa a la autoflagelación? El substituto de la confianza en uno mismo es la confianza en Dios. (Détente y vuelve a leer la línea anterior.) Dicho de otro modo, no soy el centro del universo. Así que deposito mi confianza y esperanza en que Dios es capaz de hacer lo que sea por medio de un chiflado como yo.
El dios que creé en mi mente tiene límites.
No así el Dios del universo.
Soy inservible.
Él no.
Es más, Dios se especializa en valerse de los que han sido relegados a la pila de los desechados.
Muchos pensamos que hemos traspasado todo límite y hemos fallado tan rotundamente que jamás podremos regresar a la buena senda. Incluso si alguna vez Dios tuvo un gran plan para nuestra vida estamos convencidos de que ahora es demasiado tarde. No obstante, evitar un fracaso de dimensiones épicas no es un requisito para llevar una vida maravillosa.
Moisés fue un asesino. David un adúltero. Rajab una ramera. Peter un traidor. Saúl (también conocido como Pablo) persiguió y encarceló a cristianos. Sin embargo, todos ellos vivieron vidas sorprendentes y maravillosas cuando decidieron seguir a Dios.
Si la senda aventurada de Cristo requiere perfección, estamos en serios problemas. Debemos aprender a dejar atrás nuestro pasado y remontarnos sobre nuestras evidentes deficiencias. Dios es mayor que nuestra necedad.
Puede que a menudo te distraigas recordando algún horrible pecado que cometiste en el pasado. O te consume el pasado y te agobia tu insensatez. Tal vez la desgracia del ayer y el vacío del presente te hayan robado toda ilusión o esperanza de un futuro mejor.
Si es así, escucha las siguientes palabras: Dios sabe de dónde vienes, a dónde vas, cuál es tu situación y a dónde desea conducirte. Conoce tu pasado, presente y futuro mucho mejor que tú. A pesar de todo, sabe que te espera un amanecer lleno de esperanza.
¿Cómo se supera un pasado deshecho y pecaminoso?
Sencillamente confesando nuestro pecado y reposando en la bondad y la gracia de Dios. Gracias a Jesús realmente podemos obtener perdón y ser libres. Desechemos lo que no podemos cambiar del pasado y pongamos el presente y el futuro en manos de Dios. Él puede redimir, restaurar y renovar a todo aquel que se le entregue por completo.
Por algo la denominan gracia sublime.
Artículo de Kurt Bubna, tomado de pastors.com/how-to-overcome-a-shattered-past.
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