Vida abundante
Recopilación
«Yo he venido para que tengan vida, y que para que la tengan en abundancia». Juan 10:10[1]
Se cuenta la historia de un artista que esculpió un hermoso ángel y quería que el artista maestro, Miguel Ángel, lo viera y le diera su opinión. Así fue que llamaron a Miguel Ángel. El maestro del arte miró atentamente la escultura desde todos los ángulos.
Finalmente dijo: «Bueno, solo le falta una cosa». Luego se dio la vuelta y se retiró.
El artista no sabía lo que le faltaba y le dio vergüenza ir a preguntarle a Miguel Ángel. Así que envió a un amigo al estudio de Miguel Ángel para que intentara averiguar qué le faltaba a su estatua.
El gran artista respondió: «Le falta vida».
Lo mismo podría decirse de mucha gente hoy en día. Tienen casa, auto, cónyuge e hijos. Tienen una carrera. Tienen dinero en el banco. Todo marcha como debería para supuestamente tener una vida plena. Pero sigue faltando algo. Les sigue faltando vida.
En el Evangelio de Juan, Jesús dice algo al respecto, nos dice en qué debería consistir nuestra vida... «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia».
El contexto de Juan 10 es el de un pastor y sus ovejas, en el que Jesús es el Pastor y nosotros somos las ovejas. Y se nos recuerda que Jesús no es solo nuestro Pastor; Él es el Buen Pastor. Es importante saber que la palabra «buen» utilizada en el pasaje, no solo significa moralmente bueno, aunque incluye ese aspecto. También podría traducirse como «hermoso» o «precioso» o «encantador», incluso «atractivo». Jesús es el Pastor hermoso, atractivo y encantador, y el plan del Pastor para Su rebaño, más específicamente el plan del Señor para ti, es que tu vida florezca. Bendecirte es Su mayor alegría. […]
La vida abundante de la que habla Juan 10:10 no es necesariamente una vida larga, aunque puede serlo, pero desde luego es una vida plena. La ciencia médica busca agregar años a nuestra vida, pero solo Jesús puede agregar vida a nuestros años. […]
Si de alguna manera la Biblia se leyera de manera diferente y no hubiera promesa del cielo ni de la otra vida, si simplemente dejáramos de existir cuando nos morimos, pero todo lo demás acerca de la vida cristiana continuara igual, yo seguiría siendo cristiano solo por eso. Tener a Cristo en mi vida, tener Su guía, Su orientación, Su bendición, tener estas normas para vivir y guiar mi vida… si tan solo tuviera eso, yo sería cristiano.
Si ni el cielo ni el plan de Dios de vivir eternamente me fuera prometido, ha valido la pena simplemente tener al Señor en mi vida. Pero lo bueno, amigo, es que hay un cielo. Hay vida después de la vida. Existe la esperanza que todo cristiano tiene: vida, y en abundancia. Greg Laurie[2]
¿Qué quiso decir Jesús cuando prometió una vida abundante?
En Juan 10:10, Jesús dijo: «El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y que para que la tengan en abundancia». A diferencia de un ladrón, el Señor Jesús no viene por razones egoístas. Viene a dar, no a recibir. Viene para que las personas disfruten de una con Él que tiene sentido, propósito, es gozosa y eterna. Recibimos esta abundante vida cuando lo aceptamos como nuestro Salvador.
En griego la palabra «abundante» es perisson, que significa «excesivamente, con gran plenitud, sin medida, más, superfluo, una cantidad tan abundante que es considerablemente más de lo que uno esperaría o prevería». En síntesis, Jesús nos promete una vida mucho mejor de lo que jamás podríamos imaginar, un concepto que nos recuerda a 1 Corintios 2:9: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman». [...]
Antes de ilusionarnos con tener casas lujosas, autos caros, viajar en cruceros por todo el mundo y más dinero que el que podríamos gastar, debemos hacer una pausa y pensar en lo que Jesús enseña con respecto a esta vida abundante. La Biblia nos dice que la riqueza, el prestigio, la posición y el poder en este mundo no es lo que a Dios más le interesa que tengamos[3]. En términos de estatus económico, académico y social, la mayoría de los cristianos no provienen de las clases privilegiadas. A todas luces, la vida abundante no consiste en la abundancia de cosas materiales. Si ese fuera el caso, Jesús habría sido el más rico de los hombres. Pero fue lo contrario[4].
La vida abundante es la vida eterna, una vida que comienza en el momento en que nos acercamos a Cristo y lo recibimos como Salvador, y continúa a lo largo de toda la eternidad. «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado»[5]. Esta definición no menciona la duración de los días, la salud, la prosperidad, la familia ni la ocupación. De hecho, lo único que menciona es el conocimiento de Dios, que es la clave para gozar de una vida verdaderamente abundante.
¿En qué consiste la vida abundante? Primero, la abundancia es abundancia espiritual, no material. De hecho, Dios no está demasiado preocupado por las circunstancias físicas de nuestra vida. Nos asegura que no debemos preocuparnos por lo que comeremos o vestiremos[6]. [...]
La vida abundante verdadera consiste en abundancia de amor, gozo, paz y los demás frutos del Espíritu[7], no abundancia de «cosas». Consiste en la vida que es eterna y, por lo tanto, nuestro interés está en lo eterno, no en lo temporal. Pablo nos advierte: «Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios[8]. Tomado de GotQuestions.org[9]
Vida en abundancia
No hay palabras para describir las riquezas que se pueden encontrar en Jesús, cuanto más estrecha sea nuestra relación con Él, mayores serán las revelaciones de Su poder y gloria, así como la herencia que recibiremos como cristianos. Quisiera poder decir de otra manera lo que significa tener una comunión más íntima con el Señor Jesucristo. Él vino para que tengamos vida y para que la tengamos en abundancia[10]. Desea una relación más personal contigo. Anhela que goces de Su paz, descanso y alegría.
Jesús dice: «Mi paz les doy» y «Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa»[11]. Él quiere darte esa plenitud y tener una relación más estrecha contigo. También desea que prosperes. En el Salmo 1 dice que el justo prosperará en todo lo que hace[12].
Anhela tener esa estrecha relación contigo para que dispongas de la vida abundante que vino a darte: una vida excepcional, muy por encima de lo mediocre y habitual. Pero nunca la disfrutarás si tu relación con el Señor no pasa de ser unos simples conocidos. Como digo, tienes que acercarte a Él. «Andar más cerca de Ti es lo que te ruego, Señor».
Jesús vino para cumplir Sus promesas y ansía mostrarte la validez de cada una de ellas. Si tienes una necesidad en este mismo instante, Él quiere suplirla[13]. Dijo que si te deleitas en Él, te concederá las peticiones de tu corazón[14].
¿Te estás deleitando en el Señor? Dios es el único que te satisfará. «Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre»[15].
Él es tu «porción satisfactoria». Acércate a Él, lee Su palabra y medita en Él, que es tu porción para siempre. Virginia Brandt Berg
Abundancia y esperanza
Dios, por medio de Jesucristo, nos ofrece tanto, «mucho más abundantemente de todo lo que pedimos o entendemos»[16], tanto en esta vida física presente como en la vida espiritual venidera. Porque el deseo de Dios para nosotros no es de calamidad [...] sino de darnos una vida más abundante ahora y una esperanza para el futuro.
Vino a darnos descanso y rejuvenecimiento de las preocupaciones y el estrés de la vida diaria. Nos invita a acercarnos a Él cuando estemos abrumados con preocupaciones y problemas: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar [...] porque Mi yugo es fácil y ligera Mi carga»[17]. En este mundo agobiado, todos necesitamos momentos de tranquilidad y descanso para hablar con Dios y escuchar la voz de Dios a través de Su Palabra.
Él vino también para inspirarnos y animarnos en este mundo de guerra y confusión con Sus palabras de aliento en Juan 16:33: «Tengan ánimo, Yo he vencido al mundo». Es fácil deprimirse si uno se concentra demasiado en los asuntos mundiales de la actualidad. Pero Él nos dice que cuando veamos que suceden estas cosas «[levantemos nuestra] cabeza, porque [nuestra] redención está acerca»[18].
También nos asegura que siempre estará con nosotros, incluso hasta el final de esta era. Eso significa que Él siempre estará con nosotros para llevarnos a través de las tormentas de la vida, para darnos paz y animarnos hasta el final[19].
Él nos envía al Consolador o Ayudador mediante el Espíritu Santo de Dios, un Espíritu que resulta en una vida de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza[20].
Cuando lleguemos al final de nuestra vida física, Él nos dice que no nos lamentemos como los que no tienen esperanza[21]. Porque nuestra vida física es simplemente una preparación para la eternidad. […] Esto incluye el tipo de vida en la que poseeremos un cuerpo espiritual glorificado que será hecho y modelado como Cristo[22] y una herencia que nunca se desvanecerá, reservada en el cielo para nosotros[23]. […]
El tipo de vida en Cristo descrita anteriormente es apenas un vestigio de lo que Dios tiene reservado para los que permanecen fieles. Se podría continuar describiendo la próxima vida como una vida de bendiciones, salud, prosperidad, felicidad, satisfacción y propósito. ¡Incluso en esta vida, los seguidores de Cristo tienen una maravillosa vislumbre de esas bendiciones futuras!
Vino para que podamos tener vida y tenerla en abundancia. No es de extrañar, entonces, que el salmista David se sintiera inspirado a escribir: «En Tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a Tu diestra para siempre»[24]. Hector Earle[25]
Publicado en Áncora octubre de 2021.
[1] NVI.
[2] https://www.oneplace.com/ministries/a-new-beginning/read/articles/abundant-life-10479.html.
[3] 1 Corintios 1:26-29.
[4] Mateo 8:20.
[5] Juan 17:3.
[6] Mateo 6:25–32; Filipenses 4:19.
[7] Gálatas 5:22–23.
[8] Colosenses 3:2–3 (NVI).
[9] https://www.gotquestions.org/abundant-life.html.
[10] Juan 10:10.
[11] Juan 14:27, 16:24 (NVI).
[12] Salmo 1:3.
[13] Filipenses 4:19.
[14] Salmo 37:4.
[15] Salmo 73:26.
[16] Efesios 3:20.
[17] Mateo 11:28–30.
[18] Lucas 21:28.
[19] Juan 10:28; Filipenses 1:6; 4:13; Hebreos 13:5.
[20] Gálatas 5:22–23.
[21] 1 Tesalonicenses 4:13.
[22] 1 Juan 3:2.
[23] 1 Pedro 1:4.
[24] Salmo 16:11.
[25] https://www.ucg.org/beyond-today/take-it-or-leave-it-reflections-on-john-1010.
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