Ver no es creer: Por qué no vemos a Dios en nuestra vida cotidiana
Greg Morse
¿Cuántos momentos, importantes o insignificantes, nos perdemos a causa del naturalismo funcional, el secularismo y el materialismo? ¿Cuántas veces, habiendo orado por la mañana, no hacemos otra cosa que entrar a un mundo carente de Dios? El mensaje que aparece escrito en las nubes, o una palabra de un amigo, o la «extraña» coincidencia que interpretamos como algo curioso o meramente casual, como lo haría un no creyente. ¿Solemos ver el mundo como deberíamos? Con respecto a Dios, ¿podemos afirmar que «Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de Tu mano» (Salmo 139:5)?...
La nuestra es una existencia sobrenatural bajo un Dios soberano. Él se vale de causas secundarias, pero es Él mismo quien se vale de ellas —de todas ellas— en nuestro beneficio. Dios obra hoy y siempre. «Puesto que en Él vivimos, nos movemos y existimos» (Hechos 17:28); «en Sus manos está la vida de todo ser vivo, y el hálito que anima a todo ser humano» (Job 12:10). Esforcémonos por ver más cómo vela por nosotros, provee diariamente para nuestras necesidades y nos escribe mensajes personales cotidianos en las nubes.
(Lean el artículo [en inglés] aquí. También hay una versión en audio en la parte superior de la página web.)
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