Vencer el temor con la fe: Respuesta a la crisis del coronavirus
María Fontaine
Estoy segura de que todos somos conscientes de que lo más relevante que está sucediendo en casi todo el mundo es el coronavirus (COVID-19). Existe mucho miedo, sin embargo, la gran pregunta que la mayoría se hace es qué hacer al respecto. Peter y yo hemos orado con fervor contra de ese virus y también por ustedes.
Ustedes, como hijos Suyos, saben muy bien lo que hay que hacer en momentos difíciles. Al haber pasado muchos años de dificultades, hemos descubierto muchas cosas acerca de la naturaleza de Jesús y Su manera de proceder. Él nos ha enseñado cómo lidiar con catástrofes naturales, guerra, pestilencias, conflictos civiles, desgracias, pérdida, tragedia, problemas y situaciones imposibles.
Ante cada desafío o dificultad que hemos enfrentado, a medida que hemos acudido al Señor una y otra vez para que dé Su asesoramiento en nuestras situaciones personales y con relación a las situaciones mundiales, Él nos ha ayudado, nos ha dado lo necesario a fin de poder seguir adelante y también para ser una bendición para otros.
Sabemos que cada vez es peor la situación en el mundo. Con Jesús como nuestro consejero y guía personal, estamos preparados. Tenemos lo que hace falta en nuestra situación personal, y para dar consuelo y ánimo a otros.
Esta situación puede causar temor, no solo pensar en que nuestros seres queridos o nosotros contraigamos el virus, sino todas las otras dificultades que podrían llegar con esta pandemia: es posible que se pierda un empleo o los ahorros, o que no se pueda hacer un viaje importante, o estar separados de nuestros seres queridos, o no poder adquirir ciertas necesidades, o prever que habrá otras dificultades.
Ahora mismo, todo eso es muy real para muchas personas; y si afecta nuestra vida, eso causa reveses y sufrimiento. Es posible que el temor esté por todos lados; y en el aspecto natural, parece como que hay una razón válida para temer. Sin embargo nosotros, Sus hijos, habitamos al abrigo del Altísimo, estamos rodeados por Sus brazos, donde Él nos va a mantener a salvo.
Es posible que sintamos los efectos de la tormenta, los fuertes vientos y las olas, pero el Señor dice: «No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia»[1].
Peter y yo quisimos saber si nuestro querido Jesús tenía instrucciones para nosotros. Sabemos que Él es el único que conoce el panorama general y los resultados de esta situación en particular y puede ayudarnos a entender lo que cada uno de nosotros necesita hacer.
* * *
(Jesús:) El primer paso es no permitir que entre el temor en su toma de decisiones. Muchos boletines de noticias están diseñados para atraer la atención de la gente y para ser tan sensacionalistas como sea posible. El lector o el que escucha, fácilmente puede dejarse llevar por el pánico y luego tomar decisiones precipitadas, desequilibradas, basadas en el temor y no tomar en cuenta la mayor cantidad posible de hechos.
¿Qué les dice Mi Palabra que hagan cuando enfrenten algo que los haga sentir miedo? ¿Acaso no se les ha indicado que acudan a Mí, su Dios, y que se coloquen bajo Mi protección? A medida que me encomienden toda preocupación, inquietud o temor, daré paz a su corazón.
Pídanme que los guíe en la toma de decisiones con respecto a las medidas razonables que deben tomar o los pasos que no deben dar. Es posible que las autoridades les pidan que hagan muchas cosas o que no las hagan, pero por encima de eso, puedo guiarlos de modo que permanezcan a salvo y que sigan siendo una bendición para otros.
Es posible que en ocasiones se sientan tentados a temer. Pero pase lo que pase pongan su confianza en Mí. Invoquen Mis promesas en que los guardaré y acudan a Mí para que los guíe a cada paso.
Sigo al mando de la situación y no les sucederá nada que sea contrario a Mi voluntad y promesas. El enemigo no tiene poder para tocarles ni un pelo sin Mi permiso.
No dejen que el temor, la preocupación o el pánico los abrumen. Aquieten su mente. Oren y encomiéndenme todo a Mí. Mediten en Mi Palabra. Escuchen Mi silbo delicado y apacible. Luego tengan fe y confianza en Mí mientras hacen lo que pueden en términos prácticos.
Los sacaré adelante sin importar qué dificultades enfrenten. Tanto de las dificultades como de las cosas estupendas de esta vida, saldrán más prudentes y fuertes en Mi Espíritu. Tomen las cosas un día a la vez y Yo estaré con ustedes a través de toda prueba y tribulación, y les daré gracia y paz.
* * *
(Jesús:) La vida puede darles motivos para tener temor, pero cuando llegan tiempos como este, Mi Palabra proporciona la perspectiva correcta. «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza»[2].
A medida que acuden a Mí, puedo ayudarlos a encontrar el equilibrio correcto entre andar con prudencia a fin de saber lo que sucede a su alrededor y acudir a Mí para saber cómo responder a lo que ven. Es importante evitar reacciones extremas porque pueden conducir a más daño que el que causaría el problema principal.
Si reaccionan con temor eso solo los debilitará y evitará que hagan mucho para ayudar a otros. Obstaculizará su testimonio en vez de permitirles que den un ejemplo de fe y confianza en tiempos difíciles.
No permitan que el miedo agobie su fe. Eso no solo promueve el pánico y el temor en su corazón y mente, sino también en la mente de otras personas con las que tienen comunicación. Recuerden que Mi perfecto amor echa fuera el temor. Oren, tomen precauciones razonables, y no dejen de confiar en Mí ni de manifestar Mi amor, misericordia y fe en todo lo que hagan.
A medida que acudan a Mí, puedo mantenerlos con perfecta paz[3]. Confíen en Mí, en que ustedes están bajo la sombra de Mis alas. Necesitan poner atención a lo que las autoridades les piden que hagan. Pero más allá de eso, hay medidas prácticas, equilibradas, que pueden tomar para ser un reflejo de Mi amor.
A pesar de los peligros que surjan en cualquier situación, pueden confiar en que Yo los guardo. ¡No voy a llevarlos al Cielo hasta que Yo sepa que sus tareas en la Tierra se han terminado! Un virus no puede invalidar Mi voluntad en su vida. ¡Es así de sencillo!
Pongan su fe y confianza en Mí, no en lo que les parezca que son los mejores resultados. Si su fe está en obtener lo que a ustedes les parece mejor, entonces puede derrumbarse y fracasar, porque no siempre saben qué es lo mejor. Pongan su fe en Mí, el que los ama con amor perfecto, el único que sabe lo que será lo mejor para ustedes en toda situación.
Yo soy su ayuda en tiempos de angustia.
Si se distancian un poco de la situación y me piden que les revele la realidad, la verdad puede tener una oportunidad de equilibrar el pánico y permitirles tomar decisiones acertadas que traigan beneficios. La sabiduría y el pánico nunca pueden trabajar conjuntamente. Sean prudentes, procedan con oración, anden con cautela. Y, sobre todo, confíen en Mí.
A medida que encuentren ese lugar de paz en su corazón, sean la voz de Mi sabiduría al transmitirla a otros. ¡Ayúdenlos a experimentar el consuelo de Mi Espíritu! Comuniquen la verdad de Mi salvación, de modo que ellos puedan hallar Mi paz en medio de la tormenta, y esperanza cuando parezca que todo se ha derrumbado.
* * *
La música es un poderoso instrumento que me eleva hasta llegar a Su presencia. Canciones como las del álbum No Temas[4] o Paz en medio de la tormenta nos recuerdan que nunca estamos solos en épocas de dificultades, porque nos guardan Sus promesas y Su presencia.
A mi juicio una de esas canciones que nos trae paz al corazón es Peace, Be Still, cantada por Lauren Daigle. Esta es parte de la letra y dos enlaces de versiones de esa canción en inglés [añadimos otros dos enlaces de versiones en español], en caso de que quieran escucharla.
No quiero sentir temor
al confrontar el mar.
No quiero sentir temor,
no quiero sentir temor.
Ya no quiero temer más
el rugir de la tempestad.
Ya no quiero temer más,
ya no quiero temer más.
Estribillo:
Paz me das, solo dilo y yo iré.
Sobre el mar caminaré.
Y ahí yo danzaré.
Paz vendrá, estás aquí, yo confiaré.
Aunque no te pueda ver,
Tu voz escucharé (paz, paz sobre mí).
Ya no sentiré temor,
porque el mar es solo el mar.
Ya no sentiré temor,
ya no sentiré temor.
Ya no hay temor en mí.
Eres más grande que el rugir.
Ya no hay temor en mí,
ya no hay temor en mí.
Mi corazón yo te daré,
mi fe levantaré.
https://www.youtube.com/watch?v=dUpKZz0Nm7c
https://www.youtube.com/watch?v=Sa1UdfpcSuQ
https://www.youtube.com/watch?v=DdHApawVF8Q
https://www.youtube.com/watch?v=ly69M4qeTko
[1] Isaías 41:10.
[2] Salmo 46:1–3.
[3] Isaías 26:3.
[4] Pueden encontrar el álbum No temas aquí: https://www.nubeat.org/abspnt.html.
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