Velo por ti
Palabras de Jesús
«Me mostrarás el camino de la vida, me concederás la alegría de Tu presencia y el placer de vivir contigo para siempre». Salmo 16:11[1]
Te conozco, te veo y velo por ti. Me preocupo por cada uno de tus pesares. Me preocupa cómo te sientas. Me preocupa lo que pienses. Me preocupan tus dificultades y penalidades. Me preocupo por la vida de tus hijos. Me preocupo por tus dolencias. Me preocupo por tus aprietos económicos. Me preocupo por tu vivienda y por los bienes materiales que te hacen falta. Me preocupo por las necesidades de tus hijos y las reparaciones que hay que hacerle a tu vehículo. Me preocupo por tus batallas espirituales.
Sé que tu mayor deseo es esmerarte en complacerme y amarme. Te acepto con los brazos abiertos. Sé que el amor que me transmites al laborar desinteresadamente para llevar a otros a Mi reino, mediante tus oraciones y tu amor a los demás, es sincero y auténtico. Estimado es a Mis ojos. Resplandece como oro delante de Mí. Tu amor llega a Mi rostro como vapor fragante que refresca y renueva. ¡Mi tesoro, te amo entrañablemente!
Verme en tus circunstancias
«¡Me llené de alegría en el Señor mi Dios! Pues Él me vistió con ropas de salvación y me envolvió en un manto de justicia. Soy como un novio vestido para su boda o una novia con sus joyas». Isaías 61:10[2]
No importa que sientas que no estás a la altura de las circunstancias, siempre puedes acudir a Mí en busca de ayuda. No es necesario que vayas a un lugar en particular ni que adoptes una postura determinada para buscar Mi rostro. Tampoco necesitas emplear expresiones elegantes ni trabajar a fin de ganar Mi aceptación. Siempre te veo con buenos ojos, porque veo que llevas la vestimenta de Mi justicia. Vivo en ti, y comprendo tus pensamientos perfectamente. Así que una mirada a Mí —con fe— basta para que te pongas en contacto con Mi ayuda. […]
No dejes de acudir a Mí, y tu fuerza estará a la altura de las exigencias que se te planteen en el día. […] Procura verme en medio de tus circunstancias. Busca señales de Mi presencia invisible a medida que caminas por la senda de la vida. La gratitud no solo abre tu corazón, sino que también te abre los ojos. Cuando me conoces íntimamente, puedes encontrarme en un sinnúmero de pequeños detalles, y en el panorama general de tu vida. Dedica tiempo a notar todas Mis bendiciones —pequeñas y grandes— y agradéceme por ellas. […]
Pídeme también que te enseñe a confiar en Mí con mayor coherencia. La confianza te permite cruzar terreno peligroso sin tropiezos. Mientras más difícil sea tu viaje, con más frecuencia necesitas expresar tu confianza en Mí. Puedes orar: «Señor, confío en Tu amor inagotable». Esa breve oración te recuerda que estoy contigo, que cuido de ti, y que siempre te amaré[3].
Excelentes promesas
«Todo lo que se requiere para una vida que complace a Dios nos ha sido entregado milagrosamente al conocer, personal e íntimamente, a Aquel que nos invitó para llegar a Dios. ¡La mejor invitación que hemos recibido! Además, también nos han dado promesas formidables, magníficas, para que las pasemos a ustedes, esas promesas son los boletos para participar en la vida de Dios después de que le hayan dado la espalda al mundo que los malos deseos ha corrompido». 2 Pedro 1:4[4]
Durante esta época de pruebas en tu vida, a veces te parece que es algo injusto, inmerecido e insoportable. Pero conviene que sepas y entiendas que en Mí hallarás las fuerzas que necesitas para seguir adelante. Después que hayas atravesado este jordán de dificultades, esta prueba de tu fe, verás que empezarán a cumplirse las promesas que te he dado para tu futuro, y sabrás que Mis promesas son ciertas.
Así pues, no pierdas tu confianza en Mí ni te permitas caer en el desaliento ni en la desesperación. Continúa confiando en Mí y reconociendo la intervención de Mi mano y de Mi amor hasta en los menores detalles de tu vida: en la forma en que proveo para cada una de tus necesidades, aun las más pequeñas, en la forma en que conservo tu salud y tus fuerzas, en tus lazos de amistad. Esas son prendas de Mi amor por ti. El amor de amigos y familiares, y la manera en que te cuidan y se preocupan por ti es también una muestra de Mi amor por ti. Las palabras que te dirijo son una expresión del amor que te profeso.
No temas, pues, lo que te reserva el futuro. Al final del túnel siempre brilla una luz. Después de la tormenta, te aguarda un arco iris y un montón de oro, el oro puro de Mis promesas cumplidas en tu vida.
Amor inagotable
«Yo confío en el gran amor de Dios eternamente y para siempre». Salmo 52:8[5]
Cuando te invada la preocupación y estés perplejo y confuso, acércate a Mí. Descansa la cabeza en Mi hombro. Halla consolación en Mis promesas eternas. Presta oído a las palabras que te hablaré al alma y al pensamiento. Obtén fuerzas y paz de Mí.
No tengas reparo en confiarme de todo corazón tu vida y tu futuro. Recuerda que Yo hago bien todas las cosas. Pon tu mano en la Mía, y te conduciré por senda apacible poblada de bendiciones. Restauraré tu espíritu y te conduciré a aguas de reposo en las que podrás recoger el precioso líquido con las manos y revitalizarte. Te guiaré en las batallas que enfrentes, y te llevaré a lugares de paz, superación y victoria.
A veces te llevo por sendas umbrías, porque deseo que abras los ojos a Mi amor incondicional; que aprendas lo que significa, participes de él, y que por tu parte, aprendas a amar al prójimo con Mi amor sin condiciones. Antes tu amor al prójimo con frecuencia estaba supeditado a muchos factores: la apariencia externa, las buenas obras, el pasado de la gente o las emociones que experimentabas en determinado momento.
Deseo, sin embargo, que mires a cada uno de la manera en que Yo lo veo —con amor inconmensurable, perdonador, comprensivo—, que aprendas a dar a otros todo lo que has recibido.
Aprende a amar con el mismo amor que te ha ayudado a salir adelante en muchas situaciones difíciles, el amor que te ha dado las fuerzas para seguir adelante, perdonar, y seguir manifestando Mi benevolencia al prójimo.
Ese amor incondicional cubrirá con un velo necesario numerosas faltas y pecados —tanto tuyos como de otros— y resplandecerá la luz de Mi amor en el camino de los demás[6].
Publicado en Áncora en noviembre de 2017.
[1] NTV.
[2] NTV.
[3] Sarah Young, Jesus Always (Thomas Nelson, 2016).
[4] Traducción de la versión The Message.
[5] NVI.
[6] Santiago 5:20.
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