Una base sólida
Palabras de Jesús
«Nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo». 1 Corintios 3:11[1]
Yo soy el fundamento y el centro de tu vida. Soy una Base sólida: una que no será sacudida. Antes de que me conocieras como Salvador, no tenías nada sobre lo cual edificar tu vida. Cada vez que intentaste crear algo significativo, al final colapsaba como un castillo de naipes. En última instancia, sin Mí, «nada tiene sentido… ¡ningún sentido en absoluto!»[2]
Desde que me convertí en tu Salvador, has estado edificando sobre la Roca de Mi Presencia. Han prosperado algunas de las cosas en las que has trabajado; y otras no. Pero siempre tienes un lugar firme donde estar de pie: sobre el fundamente que te he proporcionado.
La clave para que en tu vida haya estabilidad es que siempre me pongas delante de ti. Cuando hagas que Yo sea tu Centro, podrás caminar con paso seguro por el camino de la vida. Muchas distracciones lucharán por atraer tu atención en el camino, pero Yo soy el Guía que continuamente va delante de ti. Así que sigue mirando hacia delante, hacia Mí. Mírame cuando te llamo —paso a paso— por todo el camino hacia el Cielo.
Aprende a vivir en un lugar de descanso en Mí. Puesto que Yo —el Príncipe de paz— estoy contigo y dentro de ti, tienes la opción de vivir en este lugar apacible de unión conmigo. Eso te ayuda a tener tranquilidad en situaciones estresantes, al volver a centrar tu atención en Mí. Juntos —tú y Yo— podemos hacer frente a tus problemas; así que no hay razón para que te dejes llevar por el pánico. Sin embargo, cuanto más difíciles sean tus circunstancias, más tentador es que sigas a toda marcha y que te olvides de Mi Presencia apacible.
Tan pronto como te des cuenta de que te has alejado de tu lugar de Paz, de inmediato regresa a Mí. Llámame pronunciando Mi nombre, pues así vuelves a ponerte en comunicación conmigo y eso contribuye a que sientas seguridad. […] Cuanto más vuelvas a Mí —a nuestro lugar de descanso—, más alegría y paz tendrás[3].
Buscar primeramente
«Te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?» Salmo 42:1-2[4]
Recuéstate y no te muevas, criatura Mía. Por un rato deja de lado otras cosas, otras actividades, otras tareas que realizas; no hagas caso de la conmoción exterior. Guarda silencio por un rato. Dedica tiempo a santificarte, a entregarte a Mí por entero.
Pasa conmigo momentos de silencio y comunión. Deja que converse contigo, que te hable por medio de los ratos de lectura en silencio, de meditación, y absorbe Mi Palabra. A diario dedica tiempo a acceder a Mi presencia. Quiero tener la tranquilidad de que no dejarás pasar esos momentos, de que no se te olvidarán, de que no quedarán excluidos por la infinidad de detalles y tareas urgentes a los que siempre tienes que atender.
Prefiere Mi amor a todo lo demás. Procura que Yo esté presente en tus pensamientos, habla conmigo durante el día, y mantenme informado de lo que te pasa, de lo que sientes, de lo que piensas.
Recuerda que nada que sea duradero se puede edificar sobre un fundamento que no sea Yo. He creado un vacío en tu corazón que solo puede llenarse con Mi amor y verdad. Sin ellos, te agotarás y quedarás cual hoja seca. Ello obedece a que tu corazón y tu alma fueron creados para clamar por Mí; tu espíritu pide a gritos estar conmigo. Dedica tiempo a llenar el hueco, a satisfacer la necesidad y apagar la sed. Soy Yo quien brinda la mayor satisfacción.
Conexión
«¿Tienes cansancio? ¿Agotamiento…? Ven a Mí. Aléjate conmigo y recuperarás tu vida. Te indicaré cómo tomar un buen descanso. Camina conmigo y colabora conmigo, observa cómo lo hago. Aprende los ritmos naturales de la gracia. No haré que lleves nada pesado o que no te quede bien. Acompáñame y aprenderás a vivir con libertad y con poco peso». Mateo 11:28[5]
Déjame que te revele el secreto para mantener tu conexión conmigo. En cualquier momento, a cualquier hora, cuando te parezca que te has equivocado un poco, que el valor te abandona, que el ánimo mengua, que tu felicidad y alegría disminuyen a causa de una conversación que tuviste, de unas palabras que oíste o de un revés o pérdida, detente por un momento, criatura Mía, y concéntrate en Mí.
Concentra el pensamiento en una imagen Mía. Imagíname como el Buen Pastor que te ama y cuida de ti, su pequeña oveja. Mírame con los ojos de tu pensamiento y deja de pensar en tu trabajo. Despreocúpate de tanto atareamiento, deja de preocuparte por los logros; abandona el ajetreo, tus ocupaciones.
Mi Espíritu te consolará y te dará Mi paz e incluso satisfacción para cada momento, para cada situación crítica, si te detienes y me buscas a Mí y Mi reino. Es posible que no dispongas de mucho tiempo cada vez, pero puedes comunicarte conmigo incluso por breves momentos durante el día en los que procures darme el primer lugar en tus pensamientos y propósitos.
De esta manera puedes procurar mantenerme en el lugar preferente de tu corazón, en tu mente y tu vida, teniéndome siempre presente en tus pensamientos y en cuanto hagas. Ello no perjudicará tu trabajo; al contrario, hará que rindas más. Al dedicar unos momentos a estar conmigo, te llevarás contigo un resplandor, un poco de Mi presencia, de Mi sabiduría y de Mi Espíritu. Ello te ayudará en tus labores y en las decisiones que tomes.
Acércate a Mí y descansa en Mi amor.
Renuévate
«Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y Él les dará todo lo que necesiten». Mateo 6:33[6]
Dedica tiempo a entregarme tus cargas y a aprender a trabajar apoyándote en Mi Espíritu al encomendarme todas tus preocupaciones y todos tus caminos. Cuando me encomiendas tus pensamientos, fortalezco tu ánimo para que no desfallezca en la adversidad. Entonces tu mente escuchará y recibirá Mi Palabra, la misma que creó el universo. Encomiéndame tus pensamientos y tus caminos; y fija la vista en Mí, el autor y consumador de tu fe.
Que vengan a Mí todos los que están trabajados y cargados, y Yo los haré descansar. Al dedicar tiempo a descansar en Mí y echar tus cargas sobre Mí, se renovará tu fe y se elevará tu espíritu. El tiempo que se pasa conmigo, tiempo en Mi presencia, es un tiempo de recibir Mi amor y Mis fuerzas. Te renovarás y cobrarás nuevo vigor para los desafíos que habrás de afrontar. Cuando hagas frente a esas dificultades y pruebas, tendrás renovadas fuerzas y renovado vigor.
Si buscas primeramente el reino de Dios, todas esas otras cosas te serán añadidas: las fuerzas, la sabiduría y la fe que necesitas. Al dedicar tiempo a buscarme a Mí primeramente, Yo responderé y te guiaré, te hablaré. Además, para que enfrentes los desafíos de la vida, te daré fuerza renovada que desconoces.
Dedica tiempo a reposar en Mí para crear una reserva, un acopio de fuerzas, de sabiduría y de fe. Búscame a Mí primeramente y proveeré todo lo que necesites para cumplir con tus deberes. Renuévate por medio de Mi Espíritu.
Artículo publicado por primera vez en 1997, a menos que se indique lo contrario en los párrafos correspondientes. Texto adaptado y publicado de nuevo en febrero de 2019.
[1] NVI.
[2] Eclesiastés 1:2 (NTV).
[3] Sarah Young, Jesus Today (Thomas Nelson, 2012).
[4] NVI.
[5] Traducción de la versión The Message.
[6] NTV.
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