Tu trabajo no es insignificante para Dios
Kaitlin Miller
Algunos días, hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer puede carecer de sentido. Puede ser difícil identificar algún significado o propósito duradero en sentarse en una reunión, tomar una clase, completar una capacitación, asistir a un evento, esperar en una fila o cumplir un compromiso. […]
Cuando estamos tentados a etiquetar y limitar nuestras tareas como triviales o sin sentido, podemos renovar nuestra esperanza y resolución al recordar que Dios ha obrado grandes cosas, cosas eternamente significativas, a partir de inicios insignificantes.
(Lee el artículo [en inglés] aquí).
Artículos recientes
- Dios nos moldea por medio del fracaso
- Vienen mejores días (7ª parte)
- Dios cuida a las viudas
- Crecimiento en semejanza con Cristo
- El abundante suministro de Dios
- Cómo llorar con los que lloran
- La historia de Ester, segunda parte
- «Estoy haciendo algo nuevo»
- La historia de Ester, primera parte
- Él siempre está contigo