Tiempo de calidad en presencia del Señor
Palabras de Jesús
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«Quiero inclinarme hacia Tu santo templo y alabar Tu nombre por Tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado Tu nombre y Tu Palabra por sobre todas las cosas». Salmo 138:2[1]
Mi obra es muy importante, pero he exaltado Mi Palabra y Mi nombre sobre todas las cosas. Mi Palabra es lo que nunca pasará. Me refería a Mi Palabra cuando afirmé que cada jota y cada tilde se cumplirían.
Soy la Palabra, y Mi Palabra perdurará por siempre y Su presencia dentro de ustedes es vital para que hagan Mi obra como desean[2]. Así pues, procuren dedicar tiempo a diario a la lectura y estudio de Mi Palabra; que sean sagrados los ratos que pasan a diario leyendo Mi Palabra, que no pueden subordinarse ni siquiera a Mi obra. Recuérdense que son obligatorios para hacer Mi obra.
Admirable Consejero
«El Señor Soberano me ha dado Sus palabras de sabiduría, para que yo sepa consolar a los fatigados. Mañana tras mañana me despierta y me abre el entendimiento a Su voluntad». Isaías 50:4[3]
Mañana tras mañana te despierto y te abro el entendimiento a Mi voluntad. Siempre te tengo presente, tesoro mío. Nunca duermo. Así pues, velo por ti mientras duermes. Cuando despiertas en la mañana, todavía estoy junto a ti. A medida que eres consciente de Mi presencia amorosa, te ayudo a estar más alerta, a que se te aclaren las cosas en tu mente, lo que te permite verme con mayor claridad. Te invito a pasar tiempo disfrutando de Mi presencia y alimentando tu alma con Mi Palabra. Me alegra muchísimo cuando respondes a Mi amorosa llamada acercándote más a Mí.
Ese tiempo dedicado a Mí te bendice y fortalece inmensamente. Abro tu entendimiento a Mi Palabra, permitiéndote comprender las Escrituras para que las apliques a tu vida. A medida que hagas planes para el día, te ayudaré a discernir cuál es Mi voluntad. Esa colaboración conmigo te ofrece los medios para que enfrentes todo lo que el día te ponga por delante. Te preparo para que confíes en Mí en todo momento, en cualquier circunstancia.
Uno de Mis nombres es Admirable Consejero. Mucho mejor de lo que te comprendes, Yo te comprendo. Así pues, acércate a Mí con tus problemas e inseguridades, busca Mi asesoramiento. A la luz de Mi amorosa presencia puedes verte como eres en realidad: con una belleza deslumbrante en Mi magnífica rectitud. Aunque Mi justicia sea perfecta, no dejarás de tener dificultades con las imperfecciones —las tuyas y las de otras personas— mientras vivas en este mundo. De todos modos, tu lugar conmigo está seguro. ¡Nada en toda la creación puede separarte de Mi amor!
Un buen consejero te ayuda a reconocer la verdad y vivir conforme a ella. De hecho, nací y llegué a este mundo para dar testimonio de la verdad. Así pues, cuando me presentes tus preocupaciones exprésate con transparencia y franqueza. Asimismo, llena tu mente y corazón de Mi Palabra, que contiene verdad absoluta. […] Deja que Mis promesas penetren en tus pensamientos y te mantengan cerca de Mí[4].
Deja tus preocupaciones
«Entrégale tus cargas al Señor, y Él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan». Salmo 55:22 (NTV)
A lo largo del día hay muchas cosas que pueden consumir tu tiempo y energías. Tus pensamientos pueden agobiarte y preocuparte por asuntos que no deberían ser motivo de preocupación. Puedes echarte encima cargas y preocupaciones que hacen que des prioridad a asuntos que no deberías. Cuando no echas sobre Mí tus preocupaciones y cargas, no puedes tener acceso completo a la fuerza sustentadora que he prometido[5].
Muchas veces vienes con los problemas del día, y los tienes muy presentes. Te pesan demasiado en el corazón, y eso da lugar a que se queden dándote vueltas en la cabeza. Si quieres apacentarte de Mis palabras, desecha esos pensamientos y preocupaciones, lo cual a veces significará dedicar unos minutos a desahogar el corazón ante Mí en oración y pedirme que me haga cargo de esos problemas. Tratar de resolverlos con tus propios criterios te impide alcanzar la paz que solo Yo puedo darte.
Quiero librarte de las preocupaciones y temores que ocupan una gran parte de tu tiempo. Los ratos que pasemos juntos serán momentos de confianza, amor, seguridad e instrucción. En esos momentos sabrás que Mi amor por ti es infalible. Sabrás que puedes aprender y crecer por medio de Mi amor. También que Mi amor te puede guiar para sortear los obstáculos que se te presenten a lo largo del día. Puedo enseñarte la diferencia entre los pesos que no es necesario que lleves y los que debes llevar. Con esa claridad y confianza, el día se te hará mucho más llevadero.
De ser posible, lo más importante que puedes hacer es dedicar un tiempo a primera hora de la mañana para conectarte conmigo. Habiendo hecho eso, las cosas encajarán en su sitio con mayor facilidad, y verás con más claridad la senda que tienes delante. Una vez que te hayas liberado de esos pesos y hayas echado tus cargas sobre Mí, verás más claro y sabrás hacia donde enfocar tu atención, tiempo y energías.
Al pasar ratos de comunión conmigo también tendrás más fe y te fortalecerás espiritualmente. Tendrás más fuerza de voluntad. Más convicción para atender a todo lo que se presente según su prioridad. Todo se reduce a tener claras tus prioridades.
El mejor momento
«¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, Tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos! Si los contara, serían más que la arena; al despertar aún estoy contigo». Salmo 139:17-18 (NBLH)
Puede ser difícil dejarlo todo a un lado al final del día para nutrirte espiritualmente de la Palabra concentrando toda tu atención en Mí. Con frecuencia, estás agotado. Muchas veces, a esas horas el cansancio te impide concentrarte lo suficiente como para recibir todo lo que te dé en tus ratos de estudio de la Palabra.
Si no eres una persona nocturna, no es probable que en la noche sea el mejor momento para que llegues a Mi presencia con el fin de apacentarte espiritualmente y estudiar Mi Palabra. Cuando el tiempo que pasas conmigo por las mañanas queda postergado por el trabajo, esperas recuperarlo por la noche, y en muchos casos descubres que simplemente no funciona. No es el momento en que estás más descansado, más alerta y en condiciones de asimilar lo que te quiera dar.
Esfuérzate por darme la mejor hora de que dispones. Empápate de Mi Palabra, asimílala y haz de ella el eje central de tu vida, pues he prometido que la exposición de Mis palabras alumbra y hace entender. Que Mis palabras estén delante de ti, porque Mis palabras son vida y son verdad.
Publicado en Áncora en septiembre de 2017. Leído por Gabriel García Valdivieso.
[1] NVI.
[2] Salmo 138:2; Mateo 24:35, 5:18; Juan 1:14.
[3] NTV.
[4] Sarah Young, Jesus Always (Thomas Nelson, 2016).
[5] 1 Pedro 5:7.
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