¿Te sientes abrumado? Ven a Mí
Palabras de Jesús
«Confíen a Dios todas sus preocupaciones [ansiedades, inquietudes], porque Él cuida de ustedes [y vela por ustedes con gran afecto]». 1 Pedro 5:7[1]
Cuando te sientas bajo presión, haz una pausa y ven a Mí. A veces puede haber más cosas que hacer de lo que en realidad puedes encargarte, pero puedes aumentar la presión al permitir que todo eso te abrume y tengas ansiedad. A veces te angustias porque has tomado más trabajo del que deberías y necesitas evaluar lo que puedes hacer.
Si enfrentas circunstancias excepcionales, de fuerza mayor, preséntame tus cargas; y confía en que te daré Mi gracia que te sostendrá y te daré los medios para que lleves a cabo tu cometido. Confía en que te daré la unción y la gracia para aquello a lo que tengas que dar prioridad, lo que necesites hacer. De modo que si te sientes bajo presión y tienes muchas tareas pendientes, ven a Mí y preséntame todas tus cargas y preocupaciones, sabiendo que Yo te cuido.
He dicho que Mi yugo es fácil y Mi carga es ligera, en tanto que vengas a Mí para que te dé Mi descanso. Es tan cierto hoy en día como hace miles de años cuando anduve por la Tierra. Mas para que esa promesa se haga realidad en tu vida, es preciso que vengas a Mí y que busques Mi presencia.
Si el trabajo te parece excesivo, pídeme la solución. Te daré la orientación y la fe que necesitas a medida que me encomiendas tus caminos y confías en Mí[2]. Es posible que te indique que alguna tarea que quieras realizar con apremio no sea tan urgente como piensas. O bien, tal vez te revelaré un método más rápido y más fácil de alcanzar tus objetivos. Acude a Mí y deja que te ayude a fijar tu escala de prioridades y deja el resultado en Mis manos.
Te quiero mucho. No temas el futuro, pues a medida que acudas a Mí te daré descanso. Te fortaleceré, renovaré tu entusiasmo y te devolveré el gozo de tu salvación y la alegría al desempeñar tus labores. En tanto que me dejes tus cargas, te sostendré. No permitiré que quedes abatido para siempre[3].
¿Acaso no he prometido darte cuanto necesites? Eso incluye las fuerzas, el vigor y la gracia que necesites para desempeñar tu trabajo, o para tu situación, o para el problema que tengas. No ves todo lo que te tengo deparado, mas créeme que si esperas en Mí con gran fe, verás las soluciones a los problemas y hallarás fuerzas para las tareas que tienes delante.
Fuerzas para seguir en la carrera
Cuando te encuentras agobiado, el remedio duradero es pasar con frecuencia ratos nutritivos reposando en comunión conmigo. A veces, también será necesario ir a un ritmo más lento, de modo que no te apresures ni te parezca que debes llevar a cabo muchas tareas o trabajar demasiadas horas en el día. Toma la decisión de que vas a concentrarte en tu trabajo, y luego haz una pausa y ve a dar un paseo, disfruta de alguna afición, lee un libro o pasa tiempo con amigos y seres queridos.
Si quieres tener las fuerzas necesarias para seguir en la carrera, debes pasar tiempo conmigo; de lo contrario, a la larga tendrás agotamiento y quedarás sin energía. Cuando llegas a ese punto en que te sientes sobrecargado, estresado, bajo presión, necesitas reponer las reservas espirituales a fin de seguir confiando, de poner tu esperanza en Mí y continuar en la buena batalla de la fe.
Cuando alguien está abrumado, puede desfallecer mentalmente, y al estar agotado hasta puede desfallecer físicamente. Has corrido una larga carrera, has estado mucho tiempo en la batalla de la fe y te has desempeñado bien. Es natural que a veces tengas fatiga de la batalla, sobre todo cuando has sufrido algunas heridas de las que tengas que sanar. Las heridas de la batalla no son algo de lo que debas avergonzarte, pero debes atenderlas.
Recuerda que te has embarcado en este trabajo a largo plazo, y si quieres seguir en la carrera, debes fijarte un ritmo adecuado, reconocer tus limitaciones y hacer tu parte para llevar una vida equilibrada. Comienza con tomar un tiempo conmigo todos los días. ¡Y no faltes por nada a esa cita conmigo! También es importante hacer ejercicio con frecuencia, pasar tiempo al aire libre y cuidar de tu cuerpo. Además de que tendrás más ánimo y eso aliviará la tensión, te ayudará a que te sientas a gusto contigo mismo.
Cuando te sientas abrumado, también es provechoso volver a examinar tu horario de trabajo. Una vez que hayas terminado una tarea grande y con un plazo corto, es un buen momento para volver a estudiar tu horario y pedirme que te indique formas de volver a un ritmo más equilibrado. De lo contrario, la tendencia puede ser que esa sea tu manera de vivir diariamente.
Prográmate un tiempo para ocuparte de algunas tareas en las que te has quedado rezagado. Quedarte atrasado se puede convertir en un recordatorio casi constante de que hay cosas que se están quedando sin hacer; y ello hará que te sientas más agobiado y que te parezca que con las justas logras mantenerte a flote.
Dedica tiempo a disfrutar de la compañía de amigos y seres queridos. Así se establecerá una estrecha comunicación y un vínculo con otros que es muy importante para tu felicidad personal. A medida que incluyas más a otros en tu vida, que des de ti a los demás, será una bendición para ti y también para ellos.
¿Desanimado? Piensa en Aquel que soportó[4]
Habrás oído la expresión «estoy frito». Es algo parecido a lo que dice ese versículo de que no se canse nuestro ánimo hasta desfallecer. Si desfalleces en tu estado de ánimo, tu cuerpo no tardará en desfallecer también. Cuando estás agotado y abrumado, la sola idea de tu trabajo o los problemas que enfrentas basta para dejarte por los suelos, porque estás frito. Has desfallecido y necesitas un descanso, recuperarte.
Por eso es tan importante el tiempo que se dedica a Mi Palabra: es alimento para tu mente, influye en tu estado de ánimo y afecta tu actitud. Mi Palabra y otros textos que te infunden aliento, te iluminan mentalmente, te inspiran y te ayudan a mantener una actitud positiva; y te das cuenta de que por Mi gracia podrás llevar la carga, desempeñar tu trabajo y hacerte cargo de los problemas o todo lo que permito que se te presente.
Si no has dedicado ese tiempo conmigo para recibir la inspiración, el alimento espiritual, ni te has incentivado, entonces tu mente no estará preparada para lidiar con los imprevistos que surjan. Si eso sucede por un tiempo prolongado, tendrás agotamiento y desfallecerá tu ánimo. Es posible que el panorama progresivamente te parezca cada vez más sombrío y estés desanimado.
Debes dedicar tiempo a fortalecerte en la Palabra y recibir inspiración a diario, de modo que no te desanimes. No puedes descuidar el tiempo que debes pasar conmigo, en comunión conmigo, tiempo de reposar en Mis brazos y apacentarte, ya que en ello radica tu fortaleza, tu alegría, tu alimento espiritual y tu pan de cada día.
Veo tu corazón y sé que tu mayor deseo es lograr cosas buenas para Mi reino. Pero el verdadero bien del reino solo se logra por medio de Mí y si Yo obro por medio de ti conforme a Mi voluntad. Si quieres que Mi Espíritu obre en ti y a través de ti, es preciso que dediques un tiempo para estar a solas conmigo. Deja que Mi gozo sea tu fuerza.
A medida que pongas los ojos en Mí y me busques para que te dé soluciones y respuestas, descubrirás que disfrutas de la vida y del trabajo y los deberes que te he encomendado. A medida que pongas tu confianza en Mí, sabiendo que te amo y que quiero bendecirte, hallarás descanso y paz para tu alma. A medida que me busques a Mí primeramente, todas estas otras cosas te serán añadidas, y descubrirás que has recuperado completamente la alegría, el amor y la paz.
Publicado por primera vez en agosto de 1998. Adaptado y publicado de nuevo en enero de 2022.
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