¿Te quedarás atrás? La verdad sobre el Arrebatamiento
David Brandt Berg
El capítulo 24 de Mateo da información detallada sobre el tema de la Segunda Venida de Jesús, oportunidad en que reunirá a todos cuantos hayan aceptado Su salvación para luego llevárselos consigo al Cielo. Ese suceso se conoce como el Arrebatamiento. Por eso, durante más de 1800 años y prácticamente por unanimidad, los cristianos creyeron que Jesús retornaría después del período que Él denominó la Gran Tribulación, que consistirá en tres años y medio de intensa persecución de cristianos.
Solo un par de siglos atrás personas como C.I. Scofield (1843-1921) enseñaron la doctrina errónea de que Jesús retornaría antes de la Tribulación y sacaría del mundo a los creyentes, ahorrándoles con ello muchos sufrimientos. Naturalmente, aquella doctrina tuvo mucha aceptación. Los cristianos que creen que el Arrebatamiento se producirá antes de la Tribulación hacen su interpretación particular de las Escrituras para defender esas enseñanzas. Sin embargo, la Biblia dice específicamente: «Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada»[1].
En Mateo 24, los discípulos de Jesús le preguntan cuál será la señal de Su venida. Éste les responde desvelándoles no una, sino numerosas señales: guerras, hambrunas, pestilencias, terremotos, persecución de los cristianos, proliferación de falsos profetas, anarquía, la falta generalizada de amor y la predicación del Evangelio en todas las naciones. «Entonces —dice— vendrá el fin»[2].
Jesús nos cuenta lo que sucederá durante el tiempo de la Gran Tribulación, es decir, los últimos tres años y medio antes de Su retorno, que coincide con la segunda mitad del régimen del Anticristo. Dice: «Cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel […] habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá»[3]. En el libro del Apocalipsis descubrimos que esa «abominación desoladora» es una imagen del Anticristo[4]. Tanto en el libro de Daniel como en el Apocalipsis se nos dice que exactamente a la mitad del régimen del Anticristo, el cual durará siete años, se erigirá dicha imagen en el lugar santo[5].
¿Cuándo regresará Jesús? «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días»[6]. Jesús no anuncia que cuando veamos la abominación desoladora en el lugar santo Él estará a punto de rescatar a los creyentes de manos del Anticristo y salvarlos de la inminente tribulación. Advierte a Sus seguidores que se dirijan a los montes[7]. Es decir, los cristianos todavía estaremos aquí durante la Gran Tribulación.
Además, ¿por qué el Señor y los profetas nos darían tantos detalles al decirnos exactamente cuánto durará la Gran Tribulación —la duración exacta en días, semanas y meses— si no tuviéramos necesidad de saberlo, si los hijos de Dios no fuéramos a estar aquí para contar esos días, semanas y meses?[8] Jesús nos reveló esos detalles porque quiere que los salvos cobren ánimo sabiendo que la Tribulación no durará para siempre y que cada día que pase nos irá acercando al glorioso final.
Las circunstancias que se vivirán durante la Tribulación serán tan terribles que muchas personas pensarán que es hora de que Jesús retorne, sobre todo los cristianos a quienes se les enseñó que iba a venir antes de la Tribulación. Estarán a la expectativa de que venga en cualquier momento. Sin embargo, Jesús nos advierte que no debemos esperar que retorne antes de lo predicho. También nos previene que no nos dejemos engañar por falsos cristos que procurarán hacernos creer que ellos son el legítimo Mesías, o por falsos profetas que pretenderán convencernos de que la venida de Jesús es inminente o que Él ya se encuentra en alguna parte[9]. Nos dice que cuando Él venga, lo sabremos sin asomo de duda.
Algunos que enseñan que la Tribulación será posterior al Arrebatamiento llegan al extremo de afirmar que éste acontecerá en secreto, que nadie verá a Jesús a excepción de los salvos. Sostienen que de golpe todos los fieles desaparecerán y que quienes queden atrás no sabrán qué fue de ellos.
Si el Arrebatamiento se va a producir en secreto, ¿cómo es que el Señor hará tanto escándalo en el momento de Su retorno? Su Palabra dice que vendrá «sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria»[10]. El cielo se iluminará de un extremo a otro, y habrá tales señales en el firmamento que será imposible no darnos cuenta del retorno de Jesús. Es más, dice que «todo ojo le verá»[11].
Todos verán también levantarse a los muertos en Cristo —es decir, a todas las personas salvas que ya hayan muerto— para reunirse con Él en el aire. Además lo escucharán, pues «el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del Cielo»[12]. Será el espectáculo más grandioso que el mundo haya visto jamás.
La Biblia nos dice que después de la Tribulación aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Después de la Tribulación se lamentarán todas las tribus de la Tierra. Después de la Tribulación verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Después de la Tribulación enviará a Sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a Sus escogidos[13]. Claramente, Jesús va a volver después de la Tribulación, ni un día antes.
Jesús va a retornar para reunir a Sus escogidos, los eklektos en griego, es decir, los elegidos, los salvos. Cuando Jesús vuelva, habrá muchos cristianos en la Tierra. En esa época de tribulación, los cristianos estarán predicando el Evangelio y conquistando a multitudes de personas. Los cristianos que hayan sido engañados de modo que crean que Jesús va a rescatar de este mundo a los fieles antes de cumplidos los tres años y medio de la Gran Tribulación, no estarán preparados para la Tribulación; y la fe de algunos de ellos sufrirá un remezón.
Sabemos que la Gran Tribulación será difícil, de otro modo ese tiempo no se llamaría así. En todo caso, tampoco debemos aguardarla con trepidación, esperando sufrir una derrota, puras persecuciones y padecimientos. Se caracterizará por ser una época de grandes victorias sobre las fuerzas de Satanás y sobre los devotos del Anticristo. Será una época de acontecimientos terribles y sobrecogedores. Sin embargo, Dios protegerá, librará y defenderá a Sus hijos, de modo que sigan adelante hasta el fin mismo[14]. No tenemos por qué preocuparnos ni tener miedo, ya que Dios cuidará de los Suyos[15].
Otra falsa doctrina que circula en torno al Arrebatamiento es que solamente los «mejores» cristianos participarán en él. Es terrible enseñar algo así a las personas, que aunque amen a Jesús y estén salvadas, si no alcanzan cierto grado de santidad o si cometen algún pecado, no estarán preparados para el retorno de Cristo, y por lo tanto se perderán el Arrebatamiento.
Nadie es bueno en medida suficiente. Por mucho que uno ame a Dios, siempre se queda corto. Todo lo que tenemos de perfectos y santos es por la sangre de Jesucristo, y eso ocurre desde el instante en que lo reconocemos como salvador. No debes preocuparte de que no seas bueno en medida suficiente. Si perteneces a Jesús, Él te llevará consigo cuando venga. Lo demás no importa.
Nadie que haya aceptado el don de salvación de Jesús se quedará atrás. Él prometió que enviaría a Sus ángeles a juntar a los fieles de todas partes, de los cuatro vientos, de todo el orbe, y no dejará ni uno atrás. No se olvidará de nadie, de ninguno[16].
Si has aceptado al Señor como tu Salvador, ya estás preparado. Como cristianos que somos, nuestro trabajo es ayudar a otros a prepararse. Anuncia a cuantos puedas la Buena Nueva del amor de Dios y de la salvación que nos ofrece Jesucristo. Habla de ello con tus amigos y familiares y con todas las personas que conozcas, a fin de que ellos también estén listos para la Gran Tribulación, el Arrebatamiento, y una eternidad con Dios. Que ninguno se quede atrás por culpa tuya.
Recopilado de los escritos de David Brandt Berg. Texto adaptado y publicado de nuevo en octubre de 2018.
[1] 2 Pedro 1:20.
[2] Mateo 24:4–14.
[3] Mateo 24:15, 21.
[4] Apocalipsis 13:14-15.
[5] Daniel 9:27; 12:11; Mateo 24:15–21; Apocalipsis 13:5.
[6] Mateo 24:29.
[7] Mateo 24:16.
[8] Daniel 7:25; Apocalipsis 12:6; 13:5.
[9] Mateo 24:23-26.
[10] Marcos 13:26.
[11] Apocalipsis 1:7.
[12] Mateo 24:27, 30; 1 Tesalonicenses 4:16.
[13] Mateo 24:29-31.
[14] Daniel 11:32; Apocalipsis 12:7-11; 17:14.
[15] Apocalipsis 3:10; 7:1-3; 12:6.
[16] Mateo 24:31.
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