Superar el temor y la preocupación
Serie una vida más feliz
[Overcoming Fear and Worry]
La cuestión
¿Alguna vez has sentido que los pesos, preocupaciones y desilusiones son más pesados de lo que puedes soportar? ¿La pérdida de un ser querido te ha llenado de pesar? ¿Los problemas con tu esposo, esposa o un integrante de tu familia afectan tu relación? ¿Has sufrido algún accidente o enfermedad grave que te haya dejado asustado o deprimido? ¿Amigos o colegas te han fallado o traicionado cuando más los necesitabas? ¿Te han llenado de incertidumbre y desesperación las dificultades y presiones económicas? ¿Te han alarmado las preocupaciones por los hijos o familiares y te han causado noches de insomnio? Si pasas por un tiempo de dificultad, apuro, o crisis personal, a continuación encontrarás un relato que puede darte fuerzas y ánimo en los momentos preocupantes.
Una vez, en un concurso de pintura se pedía que se representara la paz. La mayoría de los pintores presentaron paisajes campestres, tranquilos, en calma, con una quietud total. Aunque esa es una forma de paz, la paz más difícil de alcanzar es la del cuadro que ganó el premio. Era una pintura de un río furioso, con rugientes y espumosas corrientes. Sin embargo, en una delgada ramita sobre la furiosa corriente había un hermoso nido con un pajarito sentado en él, tranquilamente cantando a pesar de la tormenta. Así se prueba tu fe, en medio de la tormenta.
J. R. Miller escribió en un sermón acerca de lo inútil que es preocuparse:
No sirve de nada preocuparse. Una persona de baja estatura no puede, con ansiedad, hacerse tres centímetros más alta. Por lo tanto, ¿por qué debería desperdiciar su energía y preocuparse toda la vida, deseando ser unos centímetros más alta? Uno se preocupa porque tiene poca estatura, otro por ser demasiado alto; uno porque es calvo, otro porque tiene un lunar en el rostro. La preocupación no cambiará nada de eso. También las personas se preocupan por sus circunstancias. Son pobres y deben trabajar arduamente. Tienen problemas, sufren pérdidas y desilusiones que llegan por causas que van más allá de su control. En su entorno encuentran dificultades que no pueden superar. Están en circunstancias difíciles que no pueden cambiar.
Ahora bien, ¿por qué deberían preocuparse por esas cosas? ¿Preocuparse mejorará la situación? ¿El descontento hará que tengan pelo en la cabeza, eliminará el lunar, hará que adelgacen o pondrá más peso en un cuerpo delgado? ¿Irritarse hará que el arduo trabajo se vuelva más liviano, o que sea más fácil llevar las cargas, o que haya menos problemas? ¿La ansiedad hará que no haga frío, o evitará que llegue la tormenta, o pondrá arroz en nuestros platos, o conseguirá ropa para los niños? Incluso la filosofía prudente muestra que es inútil preocuparse, pues no ayuda en nada, y solo desperdicia nuestra fuerza y nos inhabilita para hacer lo mejor que podamos.
El evangelio cristiano va más allá, y dice que incluso las dificultades y los obstáculos son bendiciones, si los enfrentamos con el espíritu correcto. Son peldaños que ponen nuestros pies más arriba, vivencias disciplinarias que nos hacen crecer. De esa forma aprendemos que deberíamos aceptar la vida como llega, en silencio y con fe; sin preocuparnos por nada y, si podemos, cambiando las circunstancias difíciles por unas más fáciles. Y si no podemos, entonces debemos valernos de ellas como un medio para el crecimiento y para el progreso. J. R. Miller
Lo que dice la Biblia...
Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para vestirse. ¿Acaso no es la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? […] Su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y Él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy. Mateo 6:25–34
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos. Filipenses 4:7
La preocupación es como una mecedora; da algo que hacer, pero nunca te lleva a ninguna parte. Atribuido a Erma Bombeck
Preocúpate un poquito todos los días y en tu vida perderás un par de años. Si algo anda mal, arréglalo si puedes. Sin embargo, intenta no preocuparte. La preocupación nunca soluciona nada. Ernest Hemingway
Espera hasta que se enciendan las luces
Una tarde, poco antes del anochecer, deseoso de estar a solas, entré a una catedral y me senté en medio del silencio y la penumbra. A esa hora el lugar se veía sombrío y de no haber sido la casa de Dios, no habría tenido ningún deseo de quedarme allí. Los vitrales se veían muy lúgubres. De pronto, apareció el encargado, y me imaginé que era hora de cerrar y que quería que me marchara, así que me levanté.
—No, no —susurró—, no se vaya hasta que se enciendan las luces. ¡Espere a que se enciendan las luces!
De modo que aguardé. El recinto se llenaba de oscuridad. Las sombras se hacían más densas y los vitrales proyectaban figuras desagradables e inquietantes. Mi único deseo era marcharme. Pero, de repente, ¡se encendieron las luces de la calle y toda la escena cambió milagrosamente!
¡Qué bella transformación! Jamás había presenciado un colorido tan esplendoroso, una imagen tan celestial como la que proyectaban los vitrales con sus radiantes colores. Todo se veía bañado de una belleza sobrenatural que me embargaba el alma, y sentí deseos de retenerla para siempre. Luego pensé en la oscuridad y el desaliento que muchas veces envolvieron mi espíritu, y en cómo pueden desvanecerse de forma inexplicable cuando la alegría y la luz de la esperanza llenan el alma. Aquel hombre me había revelado un secreto, y desde entonces he pensado en eso muchas veces: «Espera hasta que se enciendan las luces». Francis E. Seaworth
Para reflexionar sobre ello…
- La valentía no es la ausencia de temor; es la conquista del temor. La fe termina donde empieza la preocupación; la preocupación termina donde empieza la fe.
- No te preocupes por el mañana. Cada día tiene ya sus problemas (Mateo 6:34).
- ¿Has notado que las cosas que nunca pasan son las que parecen preocuparnos más? El escritor y humorista Mark Twain dijo hacia el final de su vida: «Soy viejo y he tenido muchos problemas; la mayoría de ellos, ¡nunca ocurrieron!»
- Un empresario dibujó lo que él llamó «el gráfico de la preocupación», donde llevaba un registro de sus temores. Descubrió que el 40% de sus temores eran sobre cosas que probablemente nunca ocurrirían, el 30% se debían a decisiones del pasado que él ya no podía cambiar, el 12% tenía que ver con las críticas que hacían de él otras personas y el 10% eran preocupaciones sin fundamento acerca de su salud. Llegó a la conclusión de que solo había razones válidas para el 8% de sus preocupaciones.
Lo que dice la Biblia...
La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo. Juan 14:27
Sean fuertes y valientes. No teman […] pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. Deuteronomio 31:6
Publicado en Áncora en octubre de 2024.
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