Sé la persona que Dios quiere que seas
Recopilación
Jesús enseña que deberíamos ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, sin embargo, la palabra traducida como perfecto es en realidad el vocablo griego telos[1]. Telos es una palabra que significa aquello para lo cual fuiste destinado. El telos de una silla es que provea un lugar donde sentarse. El telos de un edificio es proveer albergue. El telos de la vida humana es descubrir quiénes somos en la imagen de Dios. Cuando Jesús dijo sean perfectos, bien pudo haber dicho: Sé la persona para la que fuiste creado. He llegado a la conclusión de que la perfección humana no se trata de independencia y hacerlo todo bien, sino más bien de vulnerabilidad, interdependencia y reconocer que nos necesitamos unos a otros. Creo que la perfección humana consiste en dar y recibir y reconocernos unos a otros como un regalo. Amy Julia Becker[2].
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Hace poco mientras limpiaba mi armario desordenado, encontré un hermoso regalo que una amiga me había obsequiado hacía muchos meses.
¡Recuerdo que quedé encantada cuando me lo dio! El hecho de que pensara en mí cuando lo compró me hizo sentir muy especial y amada.
No obstante, en medio del ajetreo de la vida, el regalo terminó perdido entre mis cosas, escondido y sin uso. No puedo imaginar lo decepcionada que estaría mi amiga si supiera que dejé de atesorarlo.
Eso me llevó a hacer una pausa y pensar acerca de los regalos que el Máximo Dador de Regalos ha hecho a cada uno de nosotros… y si los estamos usando o no.
En 1 Corintios 12:7, dice: A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás[3].
Imagino a Dios, con Su infinita creatividad, contemplando detenidamente a cada uno de nosotros mientras nos daba forma, seleccionando habilidades y dones espirituales únicos a fin de prepararnos para la obra que nos ha encargado[4]. Y no para nuestro propio bien, sino para el Suyo y para el bien de Su pueblo.
Es nuestro deber ser custodios de estos dones. Debemos considerar en oración lo que representan y cómo los debemos emplear para servir a un mundo con una necesidad apremiante, ese es nuestro objetivo y llamamiento.
Imagínense cómo sería el mundo si comenzáramos a cultivar los dones que Dios nos ha dado con el fin de servirnos unos a otros y llevar sanidad a los quebrantados.
Y a diferencia del obsequio que me dio mi amiga hace tiempo, no guardemos los singulares dones que Dios nos ha dado, bajo una pila de cosas en el armario de nuestra vida. Empleemos nuestros dones para Su gloria ¡AHORA! Michele Dudley[5]
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Porque Tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré porque formidables, maravillosas son Tus obras. Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. Salmo 139:13-14[6]
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Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10[7]
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Nuestra vida cuenta. Todos queremos creer eso, sea cual sea nuestra formación religiosa. Hasta los ateos anhelan saber que sus vidas tienensentido.
La Biblia enseña que tu vida tiene valor porque Dios te diseñó de manera singular. En el Salmo 139, la Biblia dice: Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. …Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación; todo estaba ya escrito en Tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos[8].
Dios te hizo único porque tiene un plan único para tu vida. Él supervisó personalmente tu creación porque tenía algo para ti que solo tú podías hacer. Puede que tus padres no te planificaran, pero Dios sí. Dios te ha apartado para un uso especial. ¿Cómo lo sabemos?
Dios te diseñó a Su imagen. A diferencia de todos los animales que hay en el mundo, tú fuiste diseñado a imagen de Dios. Las vacas, cabras, ovejas y patos no están diseñados a imagen de Dios, en cambio tú sí. Nosotros podemos elegir entre el bien y el mal. Tenemos conciencia, los animales no. Podemos hablar con Dios, lo animales no. De hecho, la Biblia dice en el Salmo 8:5: Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.
Dios planificó tu vida antes de que nacieras. Dios le dijo a Jeremías: Antes que te formase en el vientre te conocí y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones[9]. Dios tenía un propósito para tu vida aun antes de que dieras tu primer aliento. Dios había pensado en ti antes que tus padres te concibieran. Dios dijo: Me voy a valer de estos padres. Me voy a valer de ellos porque quiero bendecir al mundo por medio de este hombre.
Dios te hizo para Su deleite. En Apocalipsis 4:11 dice: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas. Fíjate en el universo. Dios hizo todo lo que vemos para Su deleite. Ahora mírate en el espejo. Dios te hizo para deleitarse en ti. Es la razón por la que fuimos creados.
No existimos por accidente. Somos de gran valor porque fuimos diseñados a imagen de Dios, Él planificó nuestra vida antes que naciéramos y fuimos creados para Su deleite. Rick Warren[10]
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¿Sabes cuáles son las personas más felices? Las que se aceptan tal como Dios las hizo, aprenden a contentarse con lo que tienen y no se preocupan mucho por el qué dirán. Quienes se afanan por cumplir con lo que —a su entender—otros esperan de ellos, en realidad se echan a cuestas un peso enorme. La humildad, por el contrario, es senda de libertad.
Si somos sinceros, reconoceremos que en el fondo admiramos a los que tienen el valor de mostrarse tal como son en lugar de adoptar una imagen a fin de gozar de aceptación y caerles bien a los demás. Por supuesto, los que toman esa decisión y esa postura se exponen a sentirse solos y aislados de quienes los rodean, lo cual es una lástima.
Cuando era joven no me gustaba mi aspecto. Me creía narigudo, flaco y feo. Tenía un complejo de inferioridad muy marcado con relación a mi apariencia y me tomó mucho tiempo superarlo. En parte ese complejo nacía de mi orgullo y en parte de que me comparaba desfavorablemente con los demás. Sin embargo, a medida que transcurría el tiempo y me hacía mayor, me di cuenta de que aquello carecía de importancia. Comprendí que Dios me había creado como Él quería que fuera y que me había hecho así porque me amaba.
Dios te quiere tal como te hizo. A Sus ojos eres una persona hermosa. Eres único y extraordinario. Para Él no hay persona fea, sea cual sea nuestra figura.
En muchos casos, la autoestima tiene mucho que ver con nuestra relación con el Señor. Cuanto más estrecha sea esa relación y más estemos en paz con Él, más contentos y tranquilos estaremos con nosotros mismos, y también más felices y menos preocupados. Si tienes un trato íntimo con Dios, eres una persona atractiva, toda vez que Su amor y Su luz resplandecen en ti.
Te propongo algo: en alguna oportunidad, deja que el Señor te hable de ti. O pídele a otra persona que le pregunte al Señor cómo te ve Él, que describa tu belleza interior, tus virtudes, las dotes que Él quiere resaltar en ti en beneficio de otros. Deja que Dios mismo te brinde ánimo y descubrirás que puedes vivir muy contento, sabiendo que eres una singular creación Suya. David Brandt Berg
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Sé la persona que Dios quiso que fueras y encenderás el mundo. Catalina de Siena
Publicado en Áncora en agosto de 2016.
[1] Un telos (del griego τέλος que significa «fin», «objetivo» o «meta») es un fin u objetivo.
[2] http://www.christianitytoday.com/amyjuliabecker/about/about.html.
[3] NVI.
[4] Efesios 2:10.
[5] http://proverbs31.org/devotions/devo/be-the-gift-god-created-you-to-be.
[6] RVR 1960.
[7] RVR 1960.
[8] Salmo 139:13, 16 NVI.
[9] Jeremías 1:5.
[10] http://rickwarren.org/devotional/english/you-were-created-for-god’s-pleasure.
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