Sacar mucho partido del tiempo
Recopilación para padres y educadores
Dedique máxima atención al tiempo que pasa con sus hijos. Es como si estuviéramos en un escenario, por así decirlo y —querámoslo o no— enseñamos al niño e influimos en él por medio de todo lo que decimos o hacemos. Por eso, en la relación entre padres e hijos no basta con que pasen tiempo juntos. Para que ese tiempo tenga sentido, es necesario que sea un tiempo bien aprovechado. Si queremos que nuestra labor de padres sea exitosa, será imprescindible pensar y planear detenidamente y con anticipación. […]
Pasar tiempo provechoso juntos es uno de los factores más importantes para cultivar una buena relación entre padres e hijos. El tiempo bien aprovechado juntos podría ser una celebración familiar bulliciosa, una noche tranquila en casa en la que escuche a [una] hija que practica su música, una noche en vela en la que cuide de su niño con fiebre, un día festivo que pasen juntos limpiando el garaje, o una hora de una conversación animada. Cualquiera que sea la actividad que se realice con el niño, el tiempo bien aprovechado que pasamos con él debe transmitirle estas ideas importantísimas: «Te quiero mucho», «Quiero estar contigo», «Me gusta estar contigo», «Lo paso bien contigo». […]
Al pasar ratos en familia con regularidad, todos los integrantes se benefician. […] Al empezar a programar actividades provechosas para realizar con sus hijos, es importante hacer con ellos cosas que tengan mucho sentido. Haga una lista de lo que más le gusta hacer a su familia. Que todos aporten sus ideas. A continuación clasifíquenlas todas por orden de importancia, de mayor a menor. Finalmente, programe las cosas que tengan mayor prioridad. Si programa únicamente las actividades más fáciles o las que requieren menos tiempo y esfuerzo, probablemente no podrá realizar las más importantes. Dra. Kay Kuzma[1]
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Podemos enfrascarnos tanto en el ajetreo interminable, horarios frenéticos y en nuestra vida controlada por el tiempo que olvidamos que, en el caso de nuestros hijos, lo que en realidad vale más son las cosas pequeñas y sencillas que hacemos para que su hogar sea un lugar divertido, cómodo y feliz. Las siguientes preguntas los ayudarán a reflexionar en lo bien que les va con relación a lograr ese objetivo.
1. ¿Qué diría tu hijo que es la mejor parte de vivir en tu hogar? ¿Cuáles son las mejores tradiciones —algo que hacen juntos—, que son tan divertidas que tu hija querría hacerlas con su hijo? En resumidas cuentas, ¿qué recuerdos creas para tus hijos en tu vida cotidiana?
2. A tu juicio, ¿qué dirían tus hijos que es lo que desearían cambiar en tu familia? ¿Puedes hacer ese cambio? ¿Qué te detiene?
3. ¿Cuándo fue la última vez que tu familia se reunió y ustedes pasaron un rato divertido? ¿Cuándo fue la última vez que recuerdas que tu familia [todos juntos] pasó un rato de relajamiento?
4. ¿Puedes mencionar una tradición sencilla o rutina familiar que quieres hacer para divertirte con tu familia? Escríbela. Luego, prepárate para hacerla con tu familia.
Supongamos que a tus hijos les preguntan qué es lo que de verdad desearían cambiar de tu familia. Esa misma pregunta se hizo a ochenta y cuatro mil alumnos del sexto al duodécimo grado que respondieron a la encuesta de USA Weekend. ¿Qué crees que contestó la mayoría de los chicos? (Lo más probable es que sea lo mismo que dirían tus hijos, así que piénsalo bien.)
Resulta que dos tercios de los chicos que respondieron la encuesta dijeron que deseaban pasar más tiempo con sus padres. En realidad, más de dos de cada cinco chicos expresaron que les parece que en el tiempo que pasan con su madre se hacen las cosas con prisa. Los chicos dijeron que querían no solo más tiempo, sino más tiempo relajado. El tiempo que un chico diría que es divertido. Sin otras expectativas. Sin estrés. Sin un ritmo frenético. Solo relajarse y divertirse. Ese es el tiempo que hace que la familia esté unida. Además, ese tiempo relajado, despreocupado, es lo que anhelan y necesitan nuestros hijos. Michele Borba[2]
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«Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de Mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por Mí». Mateo 25:40[3]
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Un día no muy distante tus hijos ya serán mayores y se marcharán. Entonces agradecerás haberles dado lo que necesitaban de pequeños. […] Por eso, la próxima vez que te encuentres a media noche velando a un niño enfermo, sonriendo pese a las ganas de llorar, cantando para no perder la paciencia, limpiando naricitas mientras sueñas con el día en que harás grandes obras para Dios, no olvides que ya las estás haciendo. No lamentaremos una sola oración, una sola canción, una sola palabra de amor. Cada gesto de amor tiene un efecto perdurable en ellos. Al cabo de años de haberlo hecho todo por fe, gozaremos de la bendición de verlos convertidos en hombres y mujeres hechos y derechos. Derek y Michelle Brooks[4]
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Como se suele decir:
«Lo que hago hoy es importante porque
a cambio empeño un día de mi vida.
El día de mañana, este día se habría ido para siempre
dejando en su lugar algo por lo que lo cambié.
Quiero que sea ganancia, no pérdida; bien y no mal;
éxito, no fracaso; así jamás lamentaré
lo que me costó este día».
Y eso se les aplica por partida doble a ustedes, que tienen niños a su cuidado. En su caso, no se trata de apenas una hora o unas pocas, ni tampoco de un solo día de su vida: es también una hora o dos, o un día de la vida de ellos.
¿De qué les están llenando la mente, el corazón y la vida? No se trata solo de asegurarse de que aprenden las lecciones teóricas, sino del amor que les manifiestan, del ejemplo que les dan, de su trato, su actitud, su sonrisa y mucho más.
¿Qué sacarán sus niños de este día? ¿Contribuirá a sentar las bases de su vida? ¿Tendrán ustedes la seguridad de que aprovecharon bien este día de su vida viendo en qué resultó o cómo benefició a sus hijos? No siempre notarán la diferencia. Algunos días la notarán, pero otros les costará. En momentos así, fíjense en sus pequeñitos. Están invirtiendo la vida en ellos; invirtiendo tiempo, vida, amor y talentos a cambio de dividendos que perdurarán en la vida de ellos. Jesús, hablando en profecía
Publicado en Áncora en agosto de 2014. Traducción: Patricia Zapata N. y Antonia López.
[1] Prime-Time Parenting (Rawson, Wade Publishers, 1980).
[2] 12 Simple Secrets Real Moms Know (Jossey-Bass, 2006).
[3] NVI.
[4] ¿De dónde sacar fuerzas? (Aurora Production AG, 2004).
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