Resistencia fiel
Palabras de Jesús
«Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser.» Efesios 3:16[1]
Cuando piensan en los grandes hombres y mujeres de la Biblia y en las maravillas que realicé por medio de ellos, que obraron milagros y portentos, transmitieron Mis mensajes y cumplieron Mi voluntad, es posible que se pregunten qué atributos poseían para que los escogiera para realizar todo eso. Una cualidad importante es que fueron fieles en lo poco. Los puse a prueba, los examiné para ver su valía, y demostraron ser fieles, obedientes y sumisos.
Consideren los quebrantamientos que experimentaron hasta convertirse en los hombres y mujeres que Yo quería. Han leído sus hazañas y sus triunfos, pero en Mi libro no había lugar para reseñar todo lo que padecieron. No leen sino lo primordial, lo más señalado. Lograron esas cosas porque día a día, hora a hora, escogieron seguirme y servirme. Siendo fieles con las pequeñeces aprendieron a ser fieles en lo más importante.
Fíjense en Moisés: hasta los cuarenta años vivió en un palacio de un rey terrenal, y después en Mi palacio en el desierto pasó otros 40 años. Un palacio de quebrantos y humildad, en el que aprendió sobre el verdadero Rey y cómo hace Él las cosas.
Miren a Samuel. Creció desde corta edad en Mi casa, a Mi cuidado y oyendo Mi Palabra, y sin embargo no empecé a obrar plenamente por medio de él hasta que se hizo grande.
Piensen en Mi siervo Pablo. Mi mano y Mi voz lo llamaron, se sanó de la ceguera, y después de su conversión a la larga me serví de él para conquistar a los gentiles con el Evangelio. Mas él también pasó un tiempo considerable en el desierto, el desierto espiritual; un tiempo aprendiendo sobre Mi forma de hacer las cosas y apacentándose de Mi mano. Cuando demostró ser fiel y verdadero, pude obrar grandemente por medio de él.
Eres como barro en manos del Alfarero[2]. Tienes la aptitud, la capacidad, y te estoy transformando día a día y año tras año en la vasija que quise que fueras cuando te creé. Mas ten paciencia, ten fe, porque todas las experiencias que tengas y vivas te ayudan a ser moldeado y convertirte en esa vasija.
No te desanimes ni desmayes si sientes que no has descubierto tu llamado o el lugar en el que me puedo valer plenamente de los talentos que te he dado y de la formación y preparación que has recibido. Ten paciencia. Desea Mi voluntad para tu vida. Busca esto: aprender y madurar. Procura acercarte a Mí. Busca pasar por lugares áridos. Así saldrás hecho un hombre —o mujer— entendido, profundo, ungido por Mi Espíritu.
Yo también pasé tiempo solo en lugares desiertos, y también pasé por momentos de prueba. No temas cuando estés en el desierto. No te des por vencido, sino confía y cree que soy capaz de moldearte y darte forma durante esos momentos. Allí es donde se tomarán decisiones que determinen la clase de vasija que serás. Allí es donde llegarás a conocerme más profundamente, a confiar en Mí y a amarme.
Así pues, en momentos de desespero y hondo desaliento, cuando miras a tu alrededor y te dices: «¿Qué sucede? ¿Cómo puede ser esto?» Cuando tienes ganas de decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Recuerda que en esos momentos estoy contigo.
Confía en Mí cuando atravieses el desierto. Aguanta. Esfuérzate para deponer tus caminos, tus deseos personales, y di: «No se haga mi voluntad, sino la Tuya». Confía en que bendeciré tu postura de fe y te ungiré con el poder de Mi Espíritu.
Ten paciencia y no dudes que soy Yo quien te da forma. Yo soy el Alfarero y tú la vasija. Entrégame el barro blando de tu vida para que te transforme en la vasija útil de Mi elección, de nuestra elección. Porque la vasija que llegarás a ser será fruto de la decisión conjunta entre tú y Yo.
Fuerza-gloria
«Oramos que sean fortalecidos para perseverar a largo plazo, no aguantar a la fuerza, sino valerte de la fuerza-gloria que Dios te brinda. Es fuerza que aguanta lo inaguantable y se convierte en gozo.» Colosenses 1:11[3]
Cuando ciertos problemas recurrentes te obligan a tener que aguantar a largo plazo, a veces te falla la fe. En esos momento te obligas a aguantar a la fuerza, dejando pasar el tiempo con una mentalidad negativa. Esta no es la forma en que quiero que enfrentes las dificultades.
Yo soy soberano de las circunstancias de tu vida, por lo cual siempre hay oportunidades que puedes descubrir bajo cualquier circunstancia. A veces esas oportunidades son tan obvias que no puedes dejar de notarlas. Y otras veces —sobre todo cuando el trayecto se hace muy duro e interminable— debes buscar el tesoro escondido. No seas como el hombre que escondió los talentos de su maestro en la tierra porque estaba descontento con sus circunstancias. Se dio por vencido y buscó la salida fácil: echar la culpa a su difícil situación en lugar de sacarle partido a su oportunidad. La realidad es que cuanto más difícil sea tu situación, más precioso es el tesoro que puedes descubrir en ella.
Con gusto te doy fuerza-gloria; es ilimitada y está libremente disponible para cada uno de Mis seguidores. Es sumamente pontente, porque el Espíritu te empodera dándote fuerza interior. Es más, la fuerza-gloria te permite aguantar lo inaguantable. Como esta fuerza es ilimitada, es más que suficiente para tornarse en gozo[4].
Publicado en Áncora en octubre de 2016.
Artículos recientes
- Un bebé en mis brazos
- ¿Tiene la Navidad la influencia de tradiciones paganas?
- Encontrar la voluntad de Dios y tomar decisiones que Dios apruebe
- Recuperación por medio de la alabanza, 3ª parte
- Jesús, tu eterno amigo
- El sentido de los problemas
- Las buenas nuevas, un gran gozo para todo el mundo
- El oficial gentil
- Buenas nuevas para todos en todas partes
- Tesoros eternos