¿Quién fue María Magdalena?
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Cuando Jesús conoció por primera vez a María Magdalena, ella se encontraba afligida por siete demonios. Jesús los echó fuera de ella, y ella se convirtió en una de las discípulas más importantes de la iglesia primitiva. Se menciona a María Magdalena por nombre por haber permanecido al lado de Jesús durante Su crucifixión, mientras que la mayoría de Sus otros discípulos huyeron[1]. Ella ayudó a sepultarlo y al domingo siguiente fue a la tumba, donde encontró la piedra fuera de su lugar y ángeles declararon que Él había resucitado[2]. También quedó registrado que ella fue la primera persona que vio a Jesús luego de Su resurrección[3]. Además, lo más probable es que, en ocasiones, tanto Jesús como Sus discípulos necesitaran lugares donde quedarse y alimentarse, y María Magdalena apoyaba su misión proveyendo para esas necesidades[4]. R. A. Watterson
¿Era prostituta María Magdalena?
Cuando los novelistas o guionistas quieren insertar algo lascivo en la vida de Jesús, se centran en una mujer: María de Magdala. ¿Era prostituta María Magdalena?
Únicamente en el evangelio de Lucas existe una ligera insinuación de que ella pudo haber tenido un pasado de dudosa reputación que podría llevar a preguntarse si María Magdalena fue prostituta. Lucas 8 la nombra entre otras seguidoras femeninas y sustentadoras económicas y dice que fue liberada del poder de siete demonios.
En siglos posteriores teólogos procuraron minimizar su papel como una influyente seguidora de Jesús. Se la identificó con la mujer pecadora de Lucas 7 a quien Jesús perdona y ella unge sus pies, así como con la mujer sorprendida en adulterio, a quien Jesús evita que la apedreen. En el siglo seis el Papa Gregorio predica que ella era un modelo de arrepentimiento.
Únicamente la iglesia de occidente ha dicho que María Magdalena era prostituta. La iglesia oriental siempre la honró como apóstol, señalándola como una «apóstol a los apóstoles», basándose en el relato del evangelio de Juan donde Jesús la llama por nombre y le dice que dé la noticia de Su resurrección a los demás discípulos. Tomado de biblicalarchaeology.org[5]
De santa a pecadora
Cuando Dan Brown, William Phipps o Martin Scorsese buscaban una amante o esposa para Jesús, todos escogieron a María Magdalena. No es para sorprenderse, María Magdalena ha sido reconocida por mucho tiempo como una de las mujeres más seductoras del Nuevo Testamento. La mayoría de la gente cree que ella era una prostituta que se arrepintió luego de conocer a Jesús. En el cuadro de arte contemporáneo del artista inglés Chris Gollon, The Pre-Penitent Magdalene (la Magdalena antes del arrepentimiento), María aparece como una desafiante mujer fatal adornada con joyas y maquillaje.
Sin embargo, el Nuevo Testamento no dice tal cosa. En cambio, en tres de los cuatro evangelios canónicos, a María Magdalena solo se la menciona por nombre en relación con la muerte y resurrección de Jesús. Ella fue testigo de su crucifixión[6] y sepelio[7]. Ella es una de las primeras (la primera de acuerdo a Juan) en llegar ante la tumba vacía[8]. Y ella es una de las primeras (nuevamente la primera, según Juan) en ser testigo de la resurrección de Jesús[9].
Solo el evangelio de Lucas menciona a María Magdalena con relación a la vida diaria y ministerio público de Jesús. Allí se menciona que María era alguien que seguía a Jesús cuando Él iba de pueblo en pueblo, llevando las buenas nuevas del reino de Dios. «Y los doce con Él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes»[10]. Birger A. Pearson
La principal testigo de la resurrección
Todo se resume en la Resurrección. Veinte siglos de cristianismo y la fe de miles de millones se basan en ese singular evento. ¿Y quién es la principal testigo de ese milagro trascendental, la primera persona a quien Jesús se reveló? Un hecho así debería ser algo tan básico para la fe que todo cristiano respondería sin pensarlo dos veces, como hacen ante preguntas similares como «¿quién fue la madre de Jesús?» o «¿cuál es el apóstol que lo traicionó?»
Con todo, el primer testigo de la resurrección —tal como concuerdan los cuatro escritores de los evangelios—, fue una mujer cuyo nombre y reputación se han tergiversado y malentendido tanto a lo largo de los siglos que comúnmente se la recuerda, aunque erróneamente, como una prostituta más que como la leal y primera portadora de las Buenas Nuevas.
Esa mujer es María de Magdala y, finalmente, su caso de siglos de identidad errónea, se está rectificando.
Ahora que los estudiosos de las Escrituras han echado por tierra el mito de que ella y la pecadora arrepentida de triste fama que enjugó los pies de Jesús con sus lágrimas, eran la misma persona, se está empezando a filtrar que la etiqueta de prostituta arrepentida de María Magdalena es un término equivocado. En vez de eso está cobrando vida la verdadera descripción bíblica que hay de ella, y eso de «apóstol a los apóstoles» finalmente está ocupando su justo lugar en la historia como una amada discípula de Jesús y una destacada dirigente de la iglesia primitiva…
En el Nuevo Testamento se la menciona 12 veces, siendo la segunda mujer más mencionada, después de la Virgen María. La mayoría de las referencias se encuentran en las narrativas de la resurrección y la tumba vacía, donde se la retrata como una leal discípula a los pies de la cruz y como una de las primeras testigos de la resurrección.
A diferencia de otras mujeres de la Biblia, a María de Magdala no se la identifica en relación con otra persona; no es ni la madre, esposa o hermana de nadie. En vez de eso se la llama María de Magdala, un título que implica cierta prominencia en esa ciudad que era un centro de comercio pesquero en la margen noroeste del Mar de Galilea. Ella dejó su casa para seguir a Jesús, y se cree que se encontraba entre varias mujeres adineradas e independientes que apoyaron económicamente el ministerio de Jesús.
Estas seguidoras de Jesús, mejor dicho, discípulas, fueron fundamentales cuando todo empezó a desmoronarse. Mientras otros huían, estas mujeres permanecieron leales, comandadas por María Magdalena.
Los detalles en los relatos de los cuatro evangelios en torno a la resurrección difieren con respecto al número de visitantes celestiales que hubo en la tumba, qué mujeres acompañaron a María Magdalena para ungir el cuerpo de Jesús y si a las mujeres las creyeron o no cuando corrieron a contar la noticia de la resurrección de Cristo. Sin embargo, los cuatro evangelios concuerdan en lo siguiente: en que María Magdalena fue leal hasta el fin y su fidelidad fue recompensada con la aparición del Cristo resucitado. Heidi Schlumpf[11]
Publicado en Áncora en marzo de 2018. Leído por Miguel Newheart.
[1] Mateo 27:56; Marcos 15:40; Juan 19:25.
[2] Mateo 28:1–10; Marcos 16:1–11.
[3] Juan 20:11–18.
[4] Lucas 8:1–3.
[5] http://www.biblicalarchaeology.org/daily/people-cultures-in-the-bible/people-in-the-bible/was-mary-magdalene-wife-of-jesus-was-mary-magdalene-a-prostitute.
[6] Mateo 27:55–56; Marcos 15:40–41; Juan 19:25.
[7] Mateo 27:61; Marcos 15:47.
[8] Mateo 28:1–8; Marcos 16:1–8; Lucas 24:1–12; Juan 20:1–10.
[9] Mateo 28:9; Juan 20:14–18.
[10] Lucas 8:1–3.
[11] http://www.uscatholic.org/articles/200806/who-framed-mary-magdalene-27585.
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