¿Qué hace que un relato sea bueno?
Steve Hearts
Rara vez apreciamos, y mucho menos disfrutamos de los momentos tormentosos y tempestuosos de la vida, especialmente cuando atravesamos uno. Me atrevería a decir que si se nos diera la oportunidad, la mayoría nos saltaríamos esos momentos como quien se salta una canción que no quiere escuchar en un CD, y preferiríamos vivir los momentos fáciles y agradables que nos presenta la vida.
Pero debemos tomar en cuenta lo siguiente. ¿A quién no le gusta escuchar una historia interesante y estimulante, ya sea de ficción o no? Las tramas de las novelas y las películas exitosas más vendidas nunca son solamente días soleados, calma y momentos agradables. Deben incluir incertidumbre o alguna tormenta, de lo contrario nos dormiríamos por falta de emoción.
La Biblia contiene innumerables historias reales que son absolutamente cautivantes. Muchas hablan de circunstancias adversas y difíciles que, estoy seguro, los personajes hubieran preferido no atravesar, pero sin las cuales estas historias serían inexistentes. En cada una, Dios siempre aparece y demuestra maravillosamente Su poder.
Aquí tienen dos de mis favoritas:
Hechos 16 habla de cómo Dios usó a Pablo y Silas en Filipos para liberar a una vidente de un espíritu malo que la controlaba, lo que resultó en una pérdida considerable para sus amos. En su ira se quejaron a los magistrados. Pablo y Silas son despojados, golpeados y echados en la cárcel. Sin duda no hubieran elegido dicho trato. Pero en lugar de desanimarse, alaban al Señor en voz alta con una canción. Entonces Dios envía un terremoto, las puertas de la prisión se abren y las cadenas de cada ocupante se caen. El guardián de la prisión cree que todos sus cautivos se escaparon y agarra su espada para matarse. Pero Pablo rápidamente le informa que todos están presentes. En consecuencia, el hombre cae de rodillas ante los dos evangelistas y pregunta qué debe hacer para ser salvo. Le testifican, y los lleva a su casa, les da de comer y les sana las heridas. Al final, toda su familia llega a conocer a Jesús.
¿Esta historia sería la misma si todo hubiera sido coser y cantar para Pablo y Silas desde el comienzo, sin los contratiempos de la prisión?
Dudo que Pedro hubiera elegido ser encarcelado por Herodes, cuyo plan era ejecutarlo a la larga, al igual que a Santiago. No entiendo cómo Pedro logró dormirse encadenado entre dos soldados. La historia continúa y nos cuenta que se le apareció un ángel y le dijo que se levantara y se vistiera. Estoy seguro que Pedro se debió preguntar cómo lograría hacer lo que debía, con lo limitado que estaba. Pero accedió y las cadenas se soltaron de inmediato.
El ángel entonces le pide a Pedro que lo siga. Llegan a la puerta de la prisión que, para asombro de Pedro, se abre automáticamente. Cabe mencionar que esto ocurrió siglos antes de la invención de las puertas automáticas modernas. Pedro quedó tan asombrado que pensó que estaba viendo una visión. Después de transitar un par de calles, el ángel se va. Pedro se da cuenta de que todo ocurrió de verdad y que había sido rescatado de manera sobrenatural. Se acerca a salvo a otros creyentes que habían estado rogando para que fuera liberado; estaban encantados de verlo de pie ante ellos. ¿Escucharíamos esta impresionante historia si Pedro no hubiera sido arrestado por Herodes para empezar? (Lee la historia completa en Hechos 12:1–17.)
Estos ejemplos bíblicos demuestran que las circunstancias desafiantes y adversas sirven para darle emoción a nuestras vidas, sin las cuales sería poco interesante y aburrida y no tendríamos nada que contar. Como reza el dicho: «No hay testimonio sin una prueba».
Como leemos en los dos libros de Samuel, la vida del rey David no fue nada fácil. Sufrió pérdidas y persecución, además de cometer errores. Pero si no hubiera sido por esas experiencias, su historia de vida no tendría el impacto que tiene. ¿Y dónde estarían los Salmos reconfortantes que nos nutren la fe?
John Bunyan pasó doce años en prisión simplemente por negarse a dejar de predicar sin una licencia de la iglesia inglesa. Durante ese tiempo, escribió la clásica alegoría El progreso del peregrino, que continúa inspirando y animando a muchos cristianos hoy en día.
Es poco probable que Juan el Amado eligiera ser exiliado en una isla remota en el Mediterráneo por solo hablar de su fe. (V. Apocalipsis 1:9.) Pero fue allí donde Juan recibió una de las revelaciones proféticas más divinas jamás compartidas con la humanidad, que aún hoy en día nos ilumina a los cristianos.
Yo descubrí por primera vez mi deseo y don para escribir en mi adolescencia. Pero tenía pocas cosas interesantes de las que escribir porque vivía una existencia con pocos incidentes y preocupaciones. Pasaba horas devanándome los sesos para conseguir ideas que valieran la pena, fue en vano. Pero ya en la adultez, mi entorno cambió drásticamente. Viví momentos tormentosos y pasé por tempestades emocionales con duelos, fracasos en relaciones y épocas de sequía espiritual. Pero todo ello me ayudó a aprender un montón de lecciones que generaron un flujo de ideas e inspiraciones que pude escribir. Mi relación con el Señor mejoró a pasos agigantados, y Él nunca dejó de darme paz, consuelo y victorias.
Leer o escuchar los relatos de otras personas que superaron adversidades siempre es divertido. Pero lo que no es tan divertido es afrontar adversidades. Cuando nuestro mundo se deshace repentinamente y nos desplomamos en picado desde una cima alta de una montaña hacia un valle bajo, o cuando cruzamos un túnel oscuro en busca de una luz al final, es cuando vale la pena recordar que estamos viviendo una historia con tres partes: el principio, el medio y el final. Podemos confiar en que Dios nos sacará victoriosos, para que tengamos una historia inspiradora que contar que animará y beneficiará a quienes la escuchen.
¿Tus circunstancias son tempestuosas y desagradables? ¿Te preguntas exactamente cuál será su desenlace? Ánimo, ten la certeza de que se está desarrollando una historia estupenda de todas tus vivencias.
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