¿Qué es la confianza?
Recopilación
Las palabras fe y confianza se utilizan mucho en los círculos religiosos. Se utilizan como la sal, condimentan cualquier diálogo con un sabor claramente «cristiano». Pero, ¿qué significan? ¿Es la fe lo mismo que la confianza? Si no es así, ¿cuál es la diferencia?
La fe es un sustantivo. Es algo que tenemos. Cuando Él se revela a sí mismo y Su amor por nosotros, esta «comprensión» de Él en nuestra cabeza (conocimiento), y en nuestro corazón (creencias), es la certeza, nuestra convicción, de Él y de Su amor. «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve»[1].
La fe dice: «Yo lo conozco, y creo». Pero la fe no es confianza.
Confiar es un verbo. Confiar es algo que hacemos. ¡La confianza es la fe en acción! Es la manifestación de nuestra fe en nuestros pensamientos y acciones. La fe dice: «Él puede», y la confianza dice: «Él es... y yo pienso y actúo en consecuencia.»
Es mucho más fácil tener fe en Dios; hay incrédulos que la tienen. Es mucho más difícil ejercitar confianza en Él. Ben[2]
¿Qué dice la Biblia sobre la confianza?
Las palabras traducidas como «confianza» en la Biblia literalmente significan «seguridad o acción audaz, confiada y certera basada en esa seguridad». La confianza no es exactamente lo mismo que la fe, que es un don de Dios[3]. Más bien, confiar es lo que hacemos por la fe que nos ha sido dada. Confiar es creer en las promesas de Dios en todas las circunstancias, incluso en aquellas en que la evidencia parece ser lo contrario. Hebreos 11 habla de la fe, que es aceptar y creer la verdad que Dios revela sobre sí mismo, con supremacía en la persona de Su Hijo, el Señor Jesucristo. Sin embargo, la consecuencia práctica de la fe en Dios es la confianza, que demostramos viviendo nuestra aceptación plena de las promesas de Dios día a día. Es más, es por esta confianza que se nos promete paz: «Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado»[4].
El versículo clásico con respecto a la confianza es Proverbios 3:5: «Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento». Este versículo resume las enseñanzas bíblicas sobre la confianza. En primer lugar, es el Señor en quien debemos de confiar, no en nosotros mismos o en nuestros planes, y ciertamente no en la sabiduría y los artefactos del mundo. Confiamos en el Señor porque Él y solo Él es verdaderamente digno de confianza. Su palabra es confiable[5], Su naturaleza es fiel y verdadera[6], y Sus planes para nosotros son perfectos y tienen un propósito[7]. Además, debido a la naturaleza de Dios, debemos confiar en Él con todo nuestro corazón, encomendándole todos los aspectos de nuestra vida a Él con plena confianza. Finalmente, no debemos confiar en nosotros mismos, porque nuestro entendimiento es finito y temporal y está contaminado por nuestra naturaleza pecaminosa. Confiar en nosotros mismos es como caminar con confianza a través de un puente de madera podrida sobre un profundo abismo. Es inevitable que se produzca una catástrofe.
La confianza en Dios es una característica de muchos de los salmos de David. Solo en los Salmos hay 39 referencias sobre confiar, ya sea refiriéndose a confiar en Dios y en Su Palabra, o a no confiar en las riquezas o en las cosas de este mundo. Es sobre la base de esta confianza que David encuentra la liberación de todo el mal que enfrenta. Muchos de los salmos de David describen situaciones en las que fue perseguido por Saúl y su ejército, así como sus otros enemigos, y el Señor siempre acudió en su ayuda. Algo que se puede señalar acerca de la confianza bíblica es que siempre genera más confianza en nuestro Dios. El hombre de Dios nunca deja de confiar en Dios completamente. Su fe puede flaquear, él puede tropezar, o puede caer en el peor de los pecados, pero «podrá tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano»[8]. El hombre de Dios sabe que, aunque las pruebas nos asediarán en esta vida, su confianza no flaqueará porque esa confianza se basa en la fe en las promesas de Dios: la promesa de gozo eterno con el Señor y la promesa de una herencia «indestructible, incontaminada e inmarchitable»[9]. Tomado de gotquestions.org[10]
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¿De dónde viene la confianza? Pista: nunca viene de los buenos tiempos y de los proyectos llevaderos.
Confiamos en la gente porque se presentan cuando no es conveniente, porque nos dicen la verdad cuando es más fácil mentir y mantienen una promesa cuando podrían darse el lujo de romperla.
Cada momento difícil y cada proyecto estresante nos brinda una nueva oportunidad de ganar la confianza de alguien que te interesa. Seth Godin
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Algunas personas suponen que una vez que alguien es cristiano y ha puesto su confianza en el Señor, que Él automáticamente protege a esa persona de todo lo malo. La confianza no funciona de esa manera. La confianza no elimina los problemas, el estrés ni las dificultades que puedan surgir, pero sí nos da una base firme para nuestra confianza: Dios. Nos da una válvula de escape para nuestra ansiedad: Dios.
Me resulta útil repasar las promesas de Dios para recordarme a mí mismo que Él me tiene un amor incondicional. Me ama. Te ama. Se interesa. Quiere ayudarnos. Ha prometido cuidar de nosotros. Cuando nos ponemos a nosotros y a nuestros seres queridos en Sus manos, sabemos que estamos todos en el mejor lugar posible.
San Agustín de Hipona dijo: «Nos has hecho para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti». A mi juicio, el que nuestro espíritu esté en consonancia con el Espíritu de Dios es el aspecto más importante cuando estemos en gran necesidad de paz, esperanza, fe y confianza. Peter Amsterdam
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¿Qué es confianza? Creo que lo sé,
es soltar lo que no ayuda y tener fe.
Es andar por fe, no por vista,
la esperanza de que pronto vendrá la conquista.
Surge cuando la fe parece desaparecer,
nos sostiene cuando más nos cuesta creer.
Sabe que Dios sabe lo que está haciendo
cuando nos entra el gran desespero.
Y eso sí: no es dominante,
porque sabe Quién dirige hacia adelante.
Es creer que Él está en control, y tener calma
cuando las pruebas desgarran tu alma.
Es no apoyarnos en nuestra prudencia
y descansar en Su hermosa presencia.
No teme lo que el hombre pueda hacer.
Trae paz, unidad, armonía, amor también.
La esperanza de luz al final del túnel,
cuando el alma en dolor se confunde.
Aceptar el lugar que te corresponde
y confiar de la mañana a la noche.
Incluso aceptar cómo fuiste creado
y no dudar cuánto Él te ha amado.
Actuar con fe cuando esto es extremo
y decir: «Con mi Dios yo no temo.»
Philip Martin
Publicado en Áncora en mayo de 2017.
[1] Hebreos 11:1.
[2] http://christianity.yoexpert.com/christianity-general/what-is-the-difference-between-faith-and-trust-20479.html.
[3] Efesios 2:8–9.
[4] Isaías 26:3.
[5] Salmo 93:5; 111:7; Tito 1:9.
[6] Deuteronomio 7:9; Salmo 25:10; 145:13; 146:6.
[7] Isaías 46:10; Jeremías 29: 11.
[8] Salmo 37:24 (NVI).
[9] 1 Pedro 1:4 (NVI).
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