Parte de algo mayor
Recopilación
«El cuerpo humano tiene muchas partes, pero las muchas partes forman un cuerpo entero. Lo mismo sucede con el cuerpo de Cristo. Todos fuimos bautizados en un solo cuerpo por un mismo Espíritu, y todos compartimos el mismo Espíritu. Pero nuestro cuerpo tiene muchas partes, y Dios ha puesto cada parte justo donde Él quiere. Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de ese cuerpo». 1 Corintios 12:12-13, 18, 27[1]
El apóstol Pablo escribió a los corintios sobre cómo cada persona debe hacer su parte por el Señor y que nadie se debe llevar todo el mérito. A fin de cuentas, el Señor es el que produce cambios positivos en la vida de las personas. Nuestra única tarea es dirigirlas a Él. A lo mejor, nuestra parte fue solo ofrecer una palabra amable, sonreír, leer un pasaje u orar con ellas. Sobra decir que nunca sabremos cuántas otras personas contribuyeron a animar a alguien o lo motivaron a cambiar.
Pablo escribió: «El Señor le asignó [una tarea] a cada uno. Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, que es el que hace crecer. El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo. En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios»[2].
«Colaboradores al servicio de Dios». Me gusta ese término. Me anima a ver a mis compañeros cristianos de otra manera. En vez de encontrar diferencias sobres doctrinas o denominación, los veo como compañeros de trabajo.
También he decidido no desanimarme cuando no veo el resultado de mis esfuerzos, ya sea de forma inmediata o a largo plazo. Ello depende del Señor y del momento que Él elija. Al fin y al cabo, recuerden que la felicitación que buscamos del Señor es: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!»[3]
Mientras tanto, disfrutemos de las bendiciones que recibimos y de los éxitos que alcanzamos, sabiendo que son parte del plan maestro de Dios. Nina Kole
¿A qué se debe que haya diferentes confesiones religiosas?
«Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él». 1 Corintios 12:27[4]
Una razón por la que existen tantas confesiones religiosas es la diferencia de personalidades, pasiones y talentos. Piensa por un momento en las personas; algunas se comunican mejor con Dios a través del ejercicio mental o al estar en algún lugar en contacto con la naturaleza. Otras, viven la espiritualidad a través de la expresión creativa o artística. Y en el caso de otras, sienten un vínculo sagrado o divino al servir al prójimo o al ayudar a los que sufren.
Aunque todos son medios admirables y válidos para relacionarse con Dios, no resulta sorprendente que hayan aparecido iglesias diferentes y hasta confesiones religiosas que encarnan estas características distintivas.
Otra razón tiene que ver con el papel de la tradición. Algunas personas aprecian la estructura y el legado de rendir culto a Dios según las tradiciones que se han transmitido por muchos siglos. Por lo tanto, es posible que ellas estén más cómodas en la iglesia ortodoxa oriental, católica romana, episcopal o luterana. Sin embargo, otras personas prefieren explorar nuevas formas, diferentes, de rendir culto a Dios o de poner en práctica su fe; es posible que ellas se sientan encasilladas por los rituales o tradiciones. Por lo tanto, en esos casos podría sentarles mejor una iglesia que no está afiliada a una confesión religiosa en particular.
Además, la cultura desempeña un papel fundamental. Los pueblos de diferentes culturas tienen sus formas concretas de practicar su fe. No debería causar sorpresa que las iglesias de un pueblo inglés de clase media sean muy diferentes de las de una aldea africana asolada por la guerra y la pobreza. Por consiguiente, existen diferencias en las iglesias y confesiones religiosas que dependen en gran medida de la localización geográfica y los valores culturales de las personas. […]
Por último, hay que tener en cuenta que una falta de uniformidad entre las confesiones cristianas no implica necesariamente una falta de unidad. Independientemente de la iglesia, confesión, cultura o de la ubicación geográfica, hay unos principios fundamentales que unen a casi todos los cristianos.
Los cristianos creen en un solo Dios trino: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Creen que todos los seres humanos son pecadores y necesitan la gracia. Además, los cristianos sostienen que únicamente Jesús —por medio de Su vida, muerte y resurrección—, hace posible que podamos experimentar el perdón y la gracia de Dios. Asimismo, los cristianos creen que la Biblia revela con mayor claridad estas verdades espirituales.
Un cristiano escribió: «En lo esencial, unidad; en lo que no sea esencial, libertad; y caridad en todo». Norton Herbst[5]
Nuestra contribución
«Hay distintas formas de servir, pero todos servimos al mismo Señor. Dios trabaja de maneras diferentes, pero es el mismo Dios quien hace la obra en todos nosotros». 1 Corintios 12:5-6[6]
Entender la voluntad de Dios es de máxima importancia para toda persona cristiana que quiera llevar una vida que complace a su Creador. Es algo muy práctico el que sepamos lo que Dios quiere en nuestra vida.
Un cristiano pregunta: «¿Cuáles son mis órdenes? ¿Cuál es mi papel para contribuir al establecimiento del reino de Dios? ¿Qué quiere Dios que haga?» Es inconcebible que un cristiano viva mucho tiempo sin que tenga que enfrentar estas preguntas interesantes. R. C. Sproul
Nuestra vocación
«A cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común». 1 Corintios 12:7 (NBLH)
La palabra vocación viene del vocablo latín que significa «acción de llamar» y hace referencia a la manera en que Dios te ha elegido en Su gran plan. Antes de arrodillarse ante Cristo, muchas personas no tienen un sentido de determinación que solo se encuentra al tener una unión vital con Dios[7]. En otros términos, hay una conexión entre lo que se conoce como el llamado eficaz de Dios y Su llamamiento, una vocación. Cuando Dios hace un llamado eficaz a un hombre o mujer, cambia su corazón, y también les da la vocación de su vida; recluta a esa persona para que esté a Su servicio. […]
La vocación es aplicar tus talentos en el plan de vida que Dios te ha dado. Los planes varían, pero nuestro propósito es el mismo: que los principios del reino de Dios estén en todos los ámbitos de la vida. Si es así, la siguiente pregunta lógica es: «¿Cómo encuentro mi vocación?» […]
Nuestra vocación o llamamiento principal es andar con rectitud delante de Dios como ciudadanos de Su reino. Los talentos que Dios nos ha prestado a cada uno tienen como objetivo que edifiquemos el reino de Dios, no el nuestro[8]. William Boekestein
Publicado en Áncora en marzo de 2019.
[1] NTV.
[2] 1 Corintios 3:5-9 (NVI).
[3] Mateo 25:21 (NVI).
[4] NBLH.
[5] https://www.exploregod.com/christian-denominations.
[6] NTV.
[7] Romanos 8:28.
[8] Colosenses 3:17.
Artículos recientes
- La primera Navidad: quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo
- ¿Por qué importa la Navidad?
- Un bebé en mis brazos
- ¿Tiene la Navidad la influencia de tradiciones paganas?
- Encontrar la voluntad de Dios y tomar decisiones que Dios apruebe
- Recuperación por medio de la alabanza, 3ª parte
- Jesús, tu eterno amigo
- El sentido de los problemas
- Las buenas nuevas, un gran gozo para todo el mundo
- El oficial gentil