Para ti en particular
Palabras de Jesús
¿Alguna vez sientes que te vendría bien un pequeño incentivo en tu vida? ¿Un pequeño estímulo? ¿Alguna mejora? Quizás has visto tiempos mejores. O puede que todo vaya bien, todo va viento en popa y nunca has estado mejor. O tal vez te encuentras en una situación desesperada en este momento, buscando fervientemente que de alguna parte aparezca un rayo de esperanza. Cualquiera que sea el caso, ya sea que te sientas deprimido y agotado, o viviendo un momento en el que las cosas te van de maravilla, siempre estoy a tu disposición.
Muchas cosas ocurren en tu vida diaria, buenas o malas. Llegan las decepciones. Tal vez ese trabajo que te prometieron no se concreta, un ser querido se enferma o un accidente inesperado destroza tu vida. Tal vez los médicos no tienen respuestas y no hay una esperanza real a la vista. Te amenazan las preocupaciones económicas. Tal vez te sientes solo o estás en las profundidades de la desesperación. A veces te sientes desamparado y como que nadie entiende el suplicio por el que estás pasando.
Tal vez te sientes atrapado por lo que te rodea y las complejidades de la vida superan lo que puedes soportar. A veces te sientes aislado, muy lejos de tus amigos y seres queridos. Hay momentos en los que todos tus sueños se desmoronan. Cuando necesitas orientación y no puedes salir adelante por tu cuenta, siempre te acompaño.
Ya sea que tu vida esté progresando o decayendo, soy un amigo que no te abandona ni en las buenas ni en las malas, un compañero que nunca te decepcionará. Siempre estoy disponible para ayudarte cuando lo necesites, prestarte atención en cualquier momento que lo necesites, o para apoyarte en un momento de tristeza, o simplemente para escuchar esa gran idea nueva que se te acaba de ocurrir.
Estaré contigo para ayudarte a salir adelante, incluso a salir de las profundidades del desánimo, y apoyarte y animarte. Te ayudaré a llenar los lugares vacíos en tu vida, y estaré a tu lado y caminaré contigo en los buenos momentos de la vida así como en los malos, en todos los altibajos. Soy alguien al que siempre puedes acudir en busca de orientación y soluciones, en cada dificultad que se presente. Nunca te dejaré ni te decepcionaré.
Conmigo, puedes tener paz mental sin importar lo que suceda a tu alrededor, sabiendo que Yo estaré contigo cada segundo de cada día de esta vida, y estarás conmigo en el cielo por toda la eternidad. Nunca te dejaré ni te desampararé, ya sea en esta vida o en la próxima.
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No me he olvidado de ti
Veo tus lágrimas. Estoy al tanto de tu desaliento y tu sensación de desesperanza y pérdida en medio de la angustia. Sin importar cómo te sientas, recuerda que Yo te cuido. No estoy lejos, en otro planeta o en otro país. Estoy aquí, a tu lado. Nunca duermo ni estoy ausente. Siempre estoy a tu lado y Mi Espíritu siempre está dentro de ti para consolarte. Solo debes acercarte a Mí y recibir Mi amor y consuelo.
Sé que tienes grandes necesidades en este momento y la vida presenta dificultades. Te extiendo Mis brazos y te llamo para que vengas a Mí, para que pueda enjugar tus lágrimas y aliviar tus miedos.
Me ocupo de cada uno de Mis hijos, y te cuidaré a ti. Siempre que llamas, te respondo. Tengo en Mis manos el inestimable regalo de Mi paz que es como una cálida manta que derrite tus miedos.
Con Mi presencia y paz, nunca tienes que preocuparte ni tener miedo, ni siquiera a morir, porque Mis hijos vienen a Mi hermosa mansión en el cielo cuando mueren, donde no hay pobres ni oprimidos, y nadie es olvidado o descuidado.
Te amo y me preocupo por ti. Nunca te dejaré ni me olvidaré de ti, porque amo y cuido a cada uno de Mis hijos como si cada uno fuera hijo único. Aunque las condiciones a tu alrededor se vean oscuras y turbulentas, cuidaré de ti. Te daré paz en medio de la tormenta, luz en medio de las tinieblas, gozo en medio del dolor, esperanza en medio de la desesperación. Aunque estés rodeado de calamidades, te daré fuerza de espíritu y traeré paz a tu corazón.
Cuando tu vida en la tierra esté llegando a su fin, puedes regocijarte de que tu sufrimiento no durará mucho. Porque me conoces y me amas te llamaré para que vengas a Mi casa, donde enjugaré tus lágrimas. Te prepararé un banquete maravilloso, y estarás vestido de gozo para siempre.
Piensa en estas maravillosas verdades cuando te asedie el desaliento o pierdas la esperanza. Recuerda que soy el Dios de toda esperanza[1] y nunca me alejo de ti, Mi querido hijo.
Belleza de las cenizas
Tu vida ha sido tocada por el dolor. Sabes lo que significa una pérdida. Te duele el corazón. Tu espíritu está desanimado. Has visto cómo de un día para otro una vida puede cambiar drásticamente o terminar. Alguien que estuvo aquí ayer podría irse mañana.
Conozco el sufrimiento y comprendo la pérdida. Yo mismo los experimenté. Camino contigo en tus momentos de dolor y pérdida. Estoy a tu lado.
En el ajetreo del día a día cotidiano, es fácil dejar de lado y descuidar tu relación conmigo. Sin embargo, en momentos como este, las cosas que más importan se vuelven más obvias, así como la comprensión de cuánto me necesitas. Has visto que las personas que amas y con las que más cuentas no siempre pueden acompañarte. Mi amor es una constante en tu vida y lo único que nunca cambiará, sin importar lo que experimentes. Estoy aquí siempre a tu lado.
Cuando confíes en Mí, podrás ver los buenos efectos de todo lo que experimentas en la vida, incluso en los peores momentos. Si me dejas abrir tus ojos espirituales, verás que siempre hay algo por lo que estar agradecido y descubrirás el poder de la gratitud, que puede sacarte de las profundidades del dolor y la desesperación.
Agradece tus bendiciones, aunque solo recuerdes una, agradéceme. Cuando me alabas en los momentos más oscuros, generas una sensación de paz interior. Cuando me agradeces por lo bueno en tu vida estás, en esencia, reconociendo Mi presencia. De esa forma, te colocas en una buena posición espiritual, una en la que la fe, la paz y la fuerza interior que nunca podrías encontrar están disponibles.
Si te es difícil pensar en algo por lo que estar agradecido en este momento, lo entiendo. Es dificil. Pero te animo a que te recuerdes a ti mismo que siempre hay alguien que ha perdido más o sufrido más que tú. Es natural concentrarte en tu propio dolor y pérdida, pero si puedes hacer el esfuerzo de mirar más allá y pensar en lo que puedes hacer por otros, descubrirás que al dar a los demás encontrarás consuelo para tu propio corazón. Lleno el corazón generoso y bondadoso con amor genuino —con abundancia suficiente— para que pueda seguir compartiendo con los demás.
Te amo y puedo hacer posible que tengas una vida completa y hermosa, pase lo que pase o a pesar de lo que salga mal. Si tienes fe, todo es posible, por imposible que parezca la situación.
Apóyate más en Mí ahora en tu momento de necesidad. Mis brazos son lo suficientemente fuertes para sostenerte. Mis hombros son lo suficientemente anchos para soportar el peso de todas tus penas. Ven a Mí, habla conmigo y ábreme tu corazón.
Déjame ayudarte y darte esperanza. Déjame mostrarte lo bueno, incluso a través de tus lágrimas. Permíteme mostrarte cómo puedes amar y consolar a los demás, incluso cuando parece que tienes poco o nada para dar. Déjame ayudarte a recolectar los pedazos rotos de tu vida y hacer algo hermoso con ellos. Déjame ayudarte a reconstruir tu vida sobre una base sólida, una que perdurará cuando todo lo demás falle.
Estoy aquí para ti siempre y continuamente, y te amaré por toda la eternidad.
*
Si aún no has experimentado una relación personal con Jesús, Él quiere convertirse en una parte muy real de tu vida tanto aquí y ahora, como para siempre en la eternidad. Él está a la puerta de tu corazón, esperando que abras la puerta y lo invites a tu vida[2]. Puedes hacerlo haciendo esta oración:
Jesús, perdóname por todos mis pecados. Creo que moriste por mí y resucitaste de entre los muertos. Abro la puerta de mi corazón y te invito a mi vida. Por favor lléname de Tu amor y del Espíritu Santo, ayúdame a conocerte y guíame por el camino de la verdad. Amén.
Publicado en Áncora en junio de 2021.
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