Para ser espiritualmente flotante
Recopilación
¿Cómo podemos esperar sobrevivir si no sabemos nadar? ¿Sin contar con un salvavidas que nos mantenga a flote? Desde luego, quienes no saben nadar superarán este dilema evitando entrar al mar. Pero, en la vida, sin lugar a dudas todos enfrentamos grandes desafíos y dificultades, ya sean conflictos personales, la pérdida de una vida y demás. Lo que nos hace falta es flotabilidad espiritual, resistencia interna que nos permita seguir por encima del nivel del agua cuando de pronto nos encontremos luchando para mantenernos a flote en un gran océano de incertidumbre. Dave Ursillo
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¿Qué hace falta para ser espiritualmente flotante cuando las olas de la vida son muy agitadas y turbulentas? Una inyección de gratitud y una entrega de perdón. Certidumbre de que todo está realmente bien y evitar cualquier juicio hacia situaciones o personas.
Estos factores: la gratitud, el perdón, certidumbre y evitar juicios, son fundamentales para mantenernos a flote o para recuperarnos cuando las olas de la vida nos hunden por momentos.
Cuando vivimos algo poco deseado, debemos recordar infundir gratitud a lo que sea que percibimos de la experiencia que estamos viviendo. Luego, perdonarnos y perdonar a quienes están relacionados con la situación. Saber que todo va a salir bien y que la providencia divina nos guió a ese momento. Y por último, evitar o no permitirnos juzgar nos ayuda a no rotular una situación o persona como «malas» antes de ver lo bueno o simplemente de adoptar una perspectiva diferente de la situación o las personas.
Las bendiciones nos llegan de muchas maneras y formas. Por lo general las experiencias «difíciles» revelan un diamante en bruto, al verlo a través del espejo retrovisor de la vida, cuando andamos a un ritmo acelerado…
Dios nos diseñó para ser espiritualmente flotantes, pero a veces nos olvidamos de cómo actuar. Recordemos la fórmula: Gratitud, perdón, certidumbre y evitar juzgar. Kimberly Jo Cooley
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Cuando luchamos para mantenernos a flote en medio de olas agitadas y turbulentas, podemos empezar a cambiar nuestra actitud y mentalidad sumergiéndonos en la vida de otros —brindando ayuda, ofreciendo nuestros bienes, consejos u oídos atentos—, así comenzamos a generar una sensación de fuerza espiritual, de verdadera resistencia interna, una «flotabilidad» interna profundamente arraigada.
Puede resultar irónico, pero al entregarnos a los demás —más allá de nuestras posibilidades y aunque nos resulte inconveniente— y concentrarnos menos en nosotros mismos, nuestro dolor y sufrimiento, desarrollamos una resistencia espiritual para mantenernos a flote en medio de la dificultad. Dave Ursillo
Palabras de Jesús sobre cómo remontarnos
Remontarse significa que lo que parece que va a ser de una forma determinada no tiene por qué ser de esa manera; las circunstancias físicas no tienen que impedirte progresar ni limitarte; la situación o el contexto en que te encuentres no tiene que dictar tu forma de reaccionar, tu victoria, el fruto que lleves, tu ungimiento ni tu felicidad.
Claro que hay momentos difíciles. Hay ocasiones en que las circunstancias te afectan o sientes presión o tensión. Es humano y normal. Pero siempre puedes remontarte. Siempre tienes esa opción, porque la he puesto a tu disposición. Nunca hay un momento en que no tengas otra opción que permanecer atado a lo terrenal, pues cuentas con poder para remontarte siempre.
Siempre tienes la opción de alzar la vista y dejar que nuestra conexión te levante.
Opta por poner los ojos en Mi rostro. Opta por apartar la vista de las circunstancias, por exigentes, deprimentes o preocupantes que sean, o aunque requieran tu atención con urgencia. Escoge mirar más allá de todo eso, alza la vista hacia Mí. Cuando lo haces, tenemos una conexión estrecha.
Tu decisión de mirar más allá de todo eso, de poner los ojos en Mí con fe, afianza nuestra conexión. Aunque no te parezca que tienes fe, poner los ojos en Mí por obediencia es un paso de fe o una declaración de fe; entonces puedo elevarte, unir tu espíritu al Mío para que veas más desde Mi perspectiva. Esto te da más fe, más ungimiento, una perspectiva más amplia y la paz y confianza que necesitas.
Lo cierto es que si vieras más las cosas como las veo Yo, tendrías menos de qué preocuparte o inquietarte. Hallarías gozo en Mi perfecto plan. Te deleitarías en cada paso nuevo que te pido que des. Descansarías confiando en Mi cuidado, previsión y protección. Mantendrás esa actitud de fe y realismo —de ver las cosas tal como son en el plano espiritual— si te remontas una vez tras otra.
Siempre encontrarás circunstancias difíciles. Siempre habrá algo con lo que el Enemigo trate de distraerte. Siempre habrá cosas que Yo permita para mantenerte humilde y que me busques con apremio. No te quedes estancado en ello ni dejes que te limite. ¡Remóntate! Al hacerlo, verás que eres más fuerte todavía que antes. Jesús, hablando en profecía
Recopilado por Philip Martin. Publicado en Áncora en mayo de 2016.
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