Palabras y actos de bondad y aprecio
Palabras de Jesús
[Words and Deeds of Kindness and Appreciation]
Sean bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándose unos a otros como Dios también los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios 4:32
La bondad es uno de esos tesoros de la vida que no tienen precio; brinda la muestra de cariño que le dice al otro que es muy apreciado. Todos los actos cotidianos de bondad que reflejen Mi amor a los demás —una sonrisa, una palabra de ánimo, palabras de aprecio— son gestos de amor, y ningún gesto de amor cae en el olvido; queda para siempre.
La benevolencia es una manera tangible en que Mi amor por otros se puede manifestar por medio de ti, a menudo por medio de actos sencillos, cotidianos, que reflejen la ternura de tu corazón que tiende la mano para demostrar tu interés por esa persona, y en última instancia, que Yo me intereso por ella.
Dedica tiempo a manifestar Mi amor por otros por medio de gestos de bondad, y no dejes que el ajetreo de la vida cotidiana o la cizaña de las muchas preocupaciones y responsabilidades los ahoguen. Donde la bondad florece, hay amor; y donde hay amor, Mi luz alumbra a los que te rodean y los atrae a Mí.
A medida que reflejes Mi benevolencia por medio de tus palabras y obras, y mires con amor e interés a los que encuentres a diario, Mi amor se desborda en los demás. A medida que animes a otros y les demuestres que los aceptas y manifiestes un espíritu de tolerancia y cariño, puedes avivar las brasas de fe en la vida de alguien e infundirle un deseo de experimentar Mi amor. Todos necesitan ánimo y tus palabras de bondad muestran a otros que te interesas por ellos, que te interesa su vida y las cargas que llevan.
¿Me amas? Apacienta Mis ovejas (Juan 21:17). No solo puedes apacentar Mis ovejas al darles Mi Palabra escrita, sino con actos de bondad, palabras de interés y actos tangibles que demuestren Mi gran amor por ellas. Lo que hagas por uno de Mis hermanos, aun por el más pequeño, lo haces por Mí (Mateo 25:40). Así pues, dedica tiempo a mostrar a otros que me intereso por ellos, por medio de tus palabras amables y actos de bondad.
Amar sin parcialidad
Hermanos míos, tengan la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo sin hacer distinción de personas. […] Si de veras cumplen la ley real conforme a las Escrituras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, hacen bien. Santiago 2:1, 8
El amor sin parcialidad acepta que cada persona es única, y que todas las personas fueron igualmente creadas por su Hacedor. Amar a otros sin parcialidad es amar a las personas con Mi amor, independientemente de quiénes sean, su pasado, o dónde se encuentren en su vida.
Es natural tener más sensaciones de afinidad y amistad por una persona que por otra; y eso por sí solo no es ser parcial, mientras estés dispuesto a amar a tu prójimo como a ti mismo, sea quien sea ese prójimo. A medida que ores y me pidas que te ayude a amar a esa persona, incluso si es alguien con quien te cuesta relacionarte, y procedes con fe, entonces amas sin parcialidad, y eso me complace.
Todos necesitan ánimo y aprecio, y cuando lo das con liberalidad, te conviertes en un conducto para que Mi amor fluya hacia esa persona. Así pues, da y con abundancia. ¡De gracia recibiste, da de gracia (Mateo 10:8)! Deja que Mi Espíritu obre por medio de ti para influir en la vida de los que te rodean.
Sé diligente en manifestar aprecio y bondad a las personas que encuentres en tu vida diaria: el mesero, los que recogen la basura, los comerciantes, los cajeros, las enfermeras y los médicos. Comunícales tu aprecio por su trabajo. Dales las gracias y transmite Mi amor por ellos.
A veces, las personas no dedican tiempo a notar las muchas bendiciones que les llegan por medio de las acciones y sacrificios de otros. Pídeme que te abra los ojos hacia los que te rodean, que te ayude a verlos y a manifestar interés por ellos por medio de tus palabras de aprecio.
Sé una vasija de Mi amor compasivo para tu familia y amigos. Haz una pausa por un momento, mira a esa persona y deja que Yo hable a tu corazón sobre todas las buenas cualidades que tiene, lo que hace que es extraordinario, que ilumina tu vida, y que hace que tu carga sea más liviana y que te da una razón para vivir y gozo en tu corazón.
Aprecio
Den, y se les dará; medida buena, apretada, sacudida y rebosante se les dará en su regazo. Porque con la medida con que miden se les volverá a medir. Lucas 6:38
En la Tierra no hay una persona que no necesite ánimo y aprecio. Todos necesitan saber que son notados, que lo que hacen deja huella, que a alguien le importa.
Incluso unas cuantas palabras de aprecio pueden alegrar en gran medida la vida de alguien, ayudarle a salir de un estado de ánimo negativo o superar el desánimo o la depresión. Muchas personas piensan negativamente de sí mismas o de su situación. Y esos pensamientos pueden surgir delante de ellos como una montaña casi inconquistable.
Así pues, que apreciar a los que te rodean sea tu proyecto personal, incluso tu pasatiempo. ¡Da y se te dará! Puedes contribuir a aliviar la carga de alguien, alegrarlo, y disminuir su desaliento. Puedes llevar alivio por medio de tus actos de bondad y palabras de aprecio.
Nadie está libre de desanimarse en algún momento. Al manifestar Mi bondad, puedes salvar una vida y dar fuerzas a los que han perdido esperanza. Nunca perderás al tender una mano con palabras amables y sincero aprecio a los que te rodean.
Recibe esta misión con alegría, y deja que te guíe en el transcurso del día para expresar Mi amor e interés por los demás. A diario puedes hacer muchas cosas que marcarán una diferencia, como escuchar, hacer algo para aligerar la carga de alguien y llevar a cabo una buena acción.
Piensen en esto
En cuanto a lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto piensen. Filipenses 4:8
Este es Mi mandamiento, que ames a los demás como a ti mismo, que aprecies a otros como quieres que te aprecien. «No buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás» (Filipenses 2:4), y ver cómo puedes ser una bendición para ellos.
Tu ministerio no es solo hacia el mundo, sino también hacia los seres queridos que están junto a ti, tus hermanos y hermanas en Mí, tus compañeros de trabajo que también a diario dan la vida por Mí, que también toman su cruz para seguirme.
El aprecio a los demás empieza con tus pensamientos. A medida que tengas pensamientos positivos y alentadores sobre tus compañeros de trabajo y el prójimo, eso resulta en actitudes y acciones positivas. Piensa en sus puntos fuertes, su amor y servicio a Mí, que trabajan arduamente, los sacrificios que hacen, su alegría frente al padecimiento, su fe en medio de la adversidad, su amor por los perdidos y su dedicación a Mi causa.
Mi Palabra te enseña a hacer hincapié en las cosas que son verdad, honestas, justas, puras, amables y de buen nombre; y en parte eso es pensar en las virtudes de otros y en las cosas por las que merecen alabanza. Como Yo los he amado, así les pido que se amen el uno al otro (Juan 15:12). Expresa aprecio a los demás y aprovecha la oportunidad de animarlos. Haz a otros como quieres que te hagan a ti (Mateo 7:12).
Tus palabras de aprecio y bondad podrían ser las palabras precisas que ayuden a alguien a pasar un momento difícil y que le den valor para luchar. Con tu sincero aprecio puedes ayudar a otros, y darles fuerzas, esperanza y ánimo.
Publicado por primera vez en agosto de 1998 y junio de 1999. Adaptado y publicado de nuevo en septiembre de 2024.
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