Noticias del tiempo del fin
La Familia Internacional
Hoy en día a mucha gente le parece que tenemos los días contados. Al fin y al cabo, ¡solo desde el siglo pasado a la humanidad le ha tocado vivir sabiendo que podría aniquilarse a sí misma y destruir nuestro planeta! Los sicólogos dicen que el peor de los temores es la incertidumbre y el temor a lo desconocido. Pero aunque parezca mentira, puedes conocer el futuro, ¡puedes saber lo que va a suceder!
¿Cómo pueden los mortales sobrepasar los límites del tiempo y ver el futuro? Al conocer a Dios y Su Palabra extraordinaria, la Biblia. Dios conoce el pasado, el presente y el futuro, y ha revelado el misterio del futuro a Sus profetas en la Biblia.
Los periódicos relatan lo que ya ha pasado. Así que en realidad no dan noticias, solo relatan hechos históricos. La Biblia no solo nos habla del pasado, sino también del futuro. Ahí encontramos cientos de profecías detalladas que describen a personas, lugares, momentos y acontecimientos de forma específica, con miles de años de antelación. Muchas de esas profecías tratan del período final de la historia de mundo, los últimos días de los reinos del hombre en la Tierra. La Biblia se refiere a ese período como el «tiempo del fin»[1].
Cuando los discípulos de Jesús quisieron conocer el futuro, le preguntaron: «¿Qué señal habrá de Tu venida y del fin del siglo?», no les dio una, sino numerosas señales. La Biblia nos da muchas «señales de los tiempos», entre las que están: será predicado el evangelio en todo el mundo para testimonio a todas las naciones[2], muchos correrán de aquí para allá, errantes de mar a mar, y la ciencia aumentará notablemente[3]; una gran «apostasía» del Señor, conforme los hombres malos y los engañadores vayan de mal en peor, engañando a muchos[4]; y «el amor de muchos se enfriará»[5], con lo que habrá «angustia de las gentes en la tierra», «desfalleciendo los hombres por el temor»[6].
Una de las principales señales del fin mismo de esta era, de las más definitivas, predicha en la Biblia es la aparición de un gobierno mundial ateo encabezado por un dictador conocido como el Anticristo[7]. El mundo recurrirá a este «supermán» de la política como un último recurso, con la esperanza de que pueda resolver sus acuciantes problemas, sanear sus males económicos, unificar las ideologías políticas, acabar con las discrepancias religiosas y desactivar la «bomba de relojería» nuclear.
Hará su aparición con un tratado de siete años con el que traerá cierta medida de paz al mundo al reconciliar a las principales religiones[8]. Durante la primera mitad de los siete años de gobierno del Anticristo, la gente pensará que él es maravilloso, porque habrá mediado un acuerdo que traiga cierta medida de paz, y aparentemente, habrá resuelto la crisis de Oriente Medio[9]. Pero de pronto, a la mitad de sus siete años de gobierno, romperá el pacto, y prohibirá y abolirá todos los cultos religiosos tradicionales, proclamando que él es dios y exigiendo que el mundo le adore[10].
En ese momento colocará un ídolo —una imagen de algún tipo— en el templo judío reconstruido, una «abominación desoladora»[11], que de alguna forma hasta hará matar a todo el que se niegue a adorarlo[12]. Jesús mismo dijo que cuando viéramos en el templo ese ídolo, esa abominación desoladora, sabríamos que era el comienzo de los últimos tres años y medio del gobierno de los hombres en la Tierra, un período de «gran tribulación»[13].
Durante esos últimos tres años y medio, el gobierno del Anticristo establecerá un sistema de crédito mundial, y todos los miembros del sistema tendrán que aceptar en la mano o en la frente un número de crédito. Nadie podrá comprar ni vender sin ese número, que al referirse a él en la Biblia se le llama «marca de la bestia»[14]. Sin embargo, los hijos de Dios y muchos otros se negarán a adorarlo y a recibir su marca.
A pesar de que el Anticristo y sus fuerzas oprimirán y perseguirán a los hijos de Dios, el Señor los protegerá y guardará, les proporcionará lugares de refugio y les dará poder para ser testigos de Jesús hasta el mismísimo fin. La Palabra de Dios dice que durante ese tiempo «el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Y los sabios del pueblo instruirán a muchos»[15]. La gente estará más desesperada que nunca, y los que conozcan la Palabra de Dios animarán mucho a personas de todo el mundo que buscarán soluciones. Millones de hijos de Dios seguirán a Dios hasta el mismísimo fin del mundo, ¡dando testimonio de Jesús hasta Su venida!
Al final de esos tres años y medio, cuando el Anticristo piense que domina el mundo, inesperadamente, Jesús regresará a rescatar a Sus hijos de este mundo. Inmediatamente después de la hora más oscura de la Historia, vendrá el más brillante amanecer. Las fuerzas del Anticristo se quedarán sorprendidas cuando vean al Señor, que viene en las nubes del cielo con poder y gran gloria para rescatar a Su pueblo. «¡Miren! Él viene en las nubes del cielo. Y todos lo verán, incluso aquellos que lo traspasaron. Y todas las naciones del mundo se lamentarán por él»[16].
Cuando venga Jesús ocurrirá un grandioso milagro: el arrebatamiento, ¡cuando todos los hijos de Dios salvados resucitarán de forma gloriosa! Las tumbas de los santos se abrirán y a los cristianos que ya hayan muerto y se hayan ido con Jesús les serán dados nuevos cuerpos de resurrección. Y los millones de cristianos que todavía vivan en la Tierra, que hayan sobrevivido al reinado de terror del Anticristo, serán transformados al instante, y también a ellos se les darán nuevos cuerpos, como el que tenía Jesús después de resucitar[17]. Y todos se elevarán volando, para recibir al Señor en el aire, logrando una victoria imperecedera[18]. Pues Jesús habrá regresado para rescatar a Su esposa, la iglesia, y llevársela a toda velocidad, para unirse con Él en la gran cena de las bodas del Cordero en el Cielo[19].
A continuación, cuando el Señor haya rescatado y arrebatado a Sus hijos de la Tierra, los ángeles de Dios derramarán Sus juicios e ira sobre el Anticristo y sus fuerzas. Las fuerzas del Anticristo se juntarán para luchar en una llanura de Israel llamada Armagedón. Pero Jesús en persona y Sus fuerzas celestiales volverán a la Tierra para derrotar y destruir completamente al Anticristo y sus malvadas fuerzas en la batalla de Armagedón[20].
Luego Jesús y todos los hijos de Dios salvados se adueñarán del mundo y establecerán el reino de Dios en la Tierra; y convertirán de nuevo la Tierra en un hermoso paraíso. Ese asombroso período se conoce como el Milenio, un período de mil años[21]. La autoridad de Dios será incuestionable y Jesús reinará de costa a costa[22]. El diablo será atado y arrojado preso al abismo durante esos mil años[23]. Solo entonces, acabarán por fin todas las guerras y por fin el mundo será gobernado con verdadera justicia, libertad y paz al alcance de todos[24].
Todos verán el glorioso reino de Dios y entonces no habrá ningún incrédulo. Aunque lamentablemente habrá todavía quienes decidirán rebelarse contra Dios y Su gobierno. Por tanto, a modo de última separación de las ovejas y las cabras, al terminar el Milenio Satanás será soltado de su prisión por «un poco de tiempo»[25]. Los que decidan seguir a Satanás, estarán en declarada rebeldía contra el Señor y Su gobierno, lo cual conducirá a la batalla de Gog y Magog, en la cual Dios enviará fuego del cielo para destruir a los que se rebelaron. Toda la superficie del planeta quedará quemada y luego será regenerada, y habrá una hermosa Tierra nueva sin mares y una atmósfera impoluta, no contaminada[26].
Después de esa batalla culminante, las personas de todas las épocas que no estén salvadas resucitarán para comparecer ante Dios en el juicio final, en el cual los libros serán abiertos, y cada uno será juzgado según sus obras, y a cada uno se le asignará su lugar en el otro mundo[27]. Los malvados serán enviados al infierno o al purgatorio para ser castigados y purificados, mientras que el resto, los que hayan tratado de obrar bien pero que no hayan oído el evangelio, estarán en el libro de la vida y se les dará una oportunidad de aceptar a Jesús y de disfrutar de la formidable Tierra nueva[28].
Entonces la magnífica y celestial ciudad de Dios descenderá de lo alto a la hermosa Tierra regenerada, ¡y Dios mismo morará con nosotros en la Tierra![29] Su ciudad celestial será el hogar eterno de todos los hijos de Dios que están salvados.
Y así termina nuestro relato del futuro. Tiene un desenlace muy feliz, porque en realidad no termina. Es eterno, para siempre. «Y vivieron felices...»
Puedes prepararte ya para el futuro aceptando a Jesús. Él dice: «He aquí, Yo estoy a la puerta (de tu corazón) y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él»[30]. Puedes aceptar a Jesús hoy al hacer la siguiente oración:
Querido Jesús, creo que eres el Hijo de Dios y que moriste por mí. Te ruego que me perdones todos mis pecados y que entres en mi corazón. Lléname con Tu Espíritu Santo. Ayúdame a amarte, a seguirte y a dar tu amor a los demás. En el nombre de Jesús, amén.
Publicado por primera vez en 1985. Adaptado y publicado de nuevo en marzo de 2022.
[1] Daniel 12:4.
[2] Mateo 24:14.
[3] Daniel 12:4; Amós 8:12.
[4] 2 Tesalonicenses 2:3; 2 Timoteo 3:13.
[5] Mateo 24:12.
[6] Lucas 21:25,26.
[7] Daniel 8:23-25.
[8] Daniel 9:27.
[9] Apocalipsis 13:3,4.
[10] 2 Tesalonicenses 2:3,4.
[11] Mateo 24:15.
[12] Apocalipsis 13:15-17.
[13] Mateo 24:21.
[14] Apocalipsis 13:15-18.
[15] Daniel 11:32,33.
[16] Apocalipsis 1:7 (NTV).
[17] 1 Corintios 15:51,52.
[18] 1 Tesalonicenses 4:17.
[19] Apocalipsis 19:7-10.
[20] Apocalipsis 19:11-21.
[21] Apocalipsis 20:4.
[22] Isaías 11:9.
[23] Apocalipsis 20:1-3.
[24] Isaías 2:4.
[25] Apocalipsis 20:3, 7.
[26] Apocalipsis 20:8,9, 21:1,2.
[27] Apocalipsis 20:11-13.
[28] Apocalipsis 20:15.
[29] Apocalipsis 21:1-4.
[30] Apocalipsis 3:20.
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