Momentos a solas con Dios
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Pasar momentos a solas con el Señor es la principal vía para llegar a conocerlo y edificar nuestra relación con Él. Pregúntate qué tan estrecha sería tu relación con tu cónyuge, familia, amigos o colegas si la comunicación que mantienes con ellos fuera la misma que mantienes con el Señor. ¿Considerarían suficiente tus seres queridos el tiempo que les dedicas? ¿Les parecería que la convivencia que tienes con ellos contribuye a que la relación entre ustedes crezca y prospere? Nuestra relación con Dios es primordial, y para mantenerla viva y floreciente necesitamos pasar tiempo con Él, del mismo modo en que nos hace falta pasar tiempo con la gente con quien nos relacionamos.
Un elemento clave de la comunión o fraternidad es la comunicación mutua. Conversando y escuchándonos es que nos llegamos a conocer mejor. Lo mismo sucede en nuestra comunión con Dios: resulta esencial escucharle y también hablar con Él. El principal medio de que disponemos para escuchar a Dios es la lectura de Su Palabra, la Biblia. Él nos habla a través de la Escritura, al momento en que la leemos, reflexionamos sobre lo que dice, meditamos en ella y le preguntamos lo que significa para nosotros y cómo podemos aplicar ese significado a nuestra cotidianidad. Él también nos habla al alma cuando guardamos silencio y escuchamos Su voz queda y apacible. Peter Amsterdam
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Todas las relaciones llevan tiempo. Una relación con Dios, aunque es diferente de otras relaciones en muchos aspectos, sigue las normas de otras relaciones. En la Biblia se encuentran muchas comparaciones para ayudarnos a conceptualizar nuestra relación con Dios. Por ejemplo, se representa a Cristo como el novio y la iglesia se representa como la novia. En el matrimonio, dos personas unen su vida como una sola[1]. Tal intimidad implica que pasen tiempo solos, sin otra persona. Otra relación es la de padre e hijo. Las estrechas relaciones de padres e hijos son aquellas en que pasan tiempo juntos, a solas. Pasar tiempo a solas con un ser querido da la oportunidad de llegar a conocer de verdad a esa persona. No es distinto cuando se pasa tiempo a solas con Dios. Cuando estamos solos con Dios, nos acercarnos más a Él y lo llegamos a conocer de una manera diferente que cuando estamos en entornos grupales[2].
Dios desea pasar tiempo a solas con nosotros. Quiere tener una relación personal con nosotros. Nos creó a cada uno, tejiéndonos en el útero, por así decirlo[3]. Dios conoce los detalles íntimos de nuestra vida, como por ejemplo, el número de cabellos que tenemos en la cabeza[4]. Conoce a los gorriones individualmente y nos dice: «ustedes valen más que muchos gorriones»[5]. Nos invita a que nos acerquemos a Él y lo conozcamos[6]. Cuando deseamos conocer a Dios estrechamente, lo buscaremos temprano[7] y pasaremos tiempo con Él. Seremos como María, que se sentó a los pies de Jesús para escuchar Su voz. Tendremos hambre y sed de justicia y seremos saciados[8].
Es posible que la mejor razón para pasar tiempo a solas con Dios sea seguir los ejemplos bíblicos. En el Antiguo Testamento vemos que Dios llama a profetas para que se acerquen a Él solos. Moisés se reunió con Dios junto a la zarza ardiente y luego en el Monte Sinaí. David, cuyos muchos salmos reflejan una familiaridad llena de confianza en Dios, tuvo íntima comunión con Él cuando huía de Saúl[9]. Al estar Elías en la cueva, pasó la presencia de Dios. En el Nuevo Testamento vemos que Jesús pasó tiempo a solas con Dios[10]. En realidad, Jesús nos enseñó que oráramos a veces a solas con Dios: «Tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto»[11].
A fin de confiar en Jesús como nuestra vid[12], debemos estar unidos a Él directa e íntimamente. Al igual que una rama está unida directamente a la vid y a través de ella está conectada a otras ramas, así también nosotros estamos vinculados directamente a Cristo y por lo tanto somos parte de una comunidad. Para tener una mejor nutrición espiritual, pasamos tiempo a solas con Dios y también en la adoración en grupo. Si no pasamos tiempo a solas con Dios, tendremos algunas necesidades que no serán satisfechas; no llegaremos a conocer de verdad la vida abundante que Dios da.
Al pasar tiempo a solas con el Señor, se eliminan distracciones de modo que podamos concentrarnos en Él y escuchar Su Palabra. Al permanecer en Él, disfrutamos de la intimidad a la cual nos llama, y llegamos a conocerlo de verdad[13]. Tomado de www.gotquestions.org
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Nadie puede verter sin cesar sobre los demás sin pasar un tiempo a solas con el Señor para volverse a llenar. […] Todos necesitamos emplear más tiempo en silencio, a solas con el Señor, reposando y recargándonos, bebiendo el agua viva de Su Palabra en intimidad con Él, en el solaz de la oración y en dulce comunión amorosa con el Espíritu.
El Señor mismo dijo: «Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os haré descansar. Llevad Mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas; porque Mi yugo es fácil y ligera Mi carga»[14]. David Brandt Berg
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Cuando da la impresión de que la vida se derrumba, la decisión más «espiritual» puede causarte sorpresa: pasa tiempo a solas con Dios y espera.
La Biblia dice en Lamentaciones 3:28: «Cuando la vida te resulta pesada y difícil, pasa tiempo a solas. En silencio. Inclínate en oración. No hagas preguntas. Espera a que llegue la esperanza. No huyas de los problemas. Enfréntalos. Lo “peor” nunca es lo peor»[15].
La mayoría de nosotros no sabemos cómo ir «al silencio». Siempre estamos preocupados. No nos gusta esperar en el Señor porque eso nos estresa. Nos gusta estar en control.
¿Qué significa esperar en Dios? Nos sentamos, cerramos la boca y solo escuchamos a Dios. Podemos leer la Biblia. Podemos orar. Pero sobre todo, estamos en silencio delante de Dios. […]
Si queremos escuchar a Dios y experimentar la esperanza que Él tiene para nosotros, debemos estar a solas con Él. Debemos entrar a ese lugar de silencio y estar dispuestos a escucharlo.
Asimismo, Jesús dijo en Mateo 6:6: «Busquen un lugar apartado, donde haya silencio, de modo que no tengan la tentación de desempeñar un papel delante de Dios. Limítense a permanecer allí y con toda la sinceridad que puedan. La idea es que se concentren en Dios y no en ustedes. Y así empezarán a sentir Su gracia»[16].
Sé sincero con Dios y el centro de atención se trasladará de tus problemas —por mucho que te abrumen— a la gracia de Dios.
Lamentaciones 3:25-26 dice: «Invito a todos a confiar en Dios porque Él es bondadoso. Es bueno esperar con paciencia que Dios venga a salvarnos»[17].
Lo mismo puede decirse de nosotros. No importa que obstáculo enfrentes, espera a que llegue el momento elegido por Dios. Elegirá perfectamente el momento para tu próximo paso.
Así que espera y escucha. Rick Warren[18]
Publicado en Áncora en julio de 2018. Leído por Miguel Newheart.
[1] Génesis 2:24.
[2] Lucas 10:39.
[3] Salmo 139:13.
[4] Lucas 12:7.
[5] Mateo 10:29, 31.
[6] Isaías 1:18; Apocalipsis 22:17; Cantares 4:8.
[7] Salmo 63:1.
[8] Mateo 5:6.
[9] Salmo 57.
[10] Mateo 14:13; Marcos 1:35; 6:45-46; 14:32-34; Lucas 4:42; 5:16; 6:12; 9:18; Juan 6:15.
[11] Mateo 6:6a.
[12] Juan 15:1-8.
[13] https://www.gotquestions.org/alone-with-God.html.
[14] Mateo 11:28-30.
[15] Traducción de la versión The Message.
[16] Traducción de la versión The Message.
[17] TLA.
[18] https://www.christianity.com/devotionals/daily-hope-with-rick-warren/daily-hope-with-rick-warren-may-20-2017.html.
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