Lo primordial
Virginia Brandt Berg
Hoy vamos a hablar sobre Marcos 9:23. Recordarán el relato del padre que tenía un hijo endemoniado. Lo trajo ante los discípulos pero no pudieron hacer nada por él. Y el padre le dijo a Jesús: «Si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos» (Marcos 9:22).
Jesús le respondió: «Si puedes creer, al que cree todo le es posible» (Marcos 9:23). Estas palabras, «todo es posible», nos proporcionan una esperanza increíble, y nos traen a la mente visiones asombrosas de poderosos milagros y grandes logros y manifestaciones del poder divino.
«Todo es posible» abre un mundo de posibilidades. Lo que voy a decir tal vez suene a contradicción y aunque te aseguro que creo firmemente que todo es posible, la Palabra de Dios también dice: «Pero solo una cosa es necesaria», y eso antecede a que todo es posible (Lucas 10:42).
Muchas personas se sienten defraudadas porque acudieron al Señor exigiendo «todo» antes de cumplir lo de «solo una cosa es necesaria». Se trata de algo sencillo en comparación con el enorme poder y posibilidades que nos ofrece la promesa.
No puedes descuidar esa cosa necesaria y tomar un atajo para lograr un ministerio que cuente con el poder y bendición divinos.
Algunos cristianos lo han sacrificado todo, pero su ministerio resulta infructuoso porque no comprenden que para disfrutar de «todo», primero «solo una cosa es necesaria». No puedes descuidar eso. A menos que primero hagas lo que Jesús le dijo a María y Marta.
A Marta le dijo: «Turbada estás con muchas cosas» (Lucas 10:41). Y de María afirmó: «Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada» (Lucas 10:42).
No lo dijo porque María fuera mejor que Marta, pues sabemos que Marta amaba profundamente al Señor. Pero María había escogido las riquezas eternas que nunca nos defraudan ni fallan. Marta tenía otras cosas en la cabeza: «¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?» (Mateo 6:31).
Y tú, ¿qué vas a escoger? Algunos dirán: «Qué maravilla que todo es posible. Quiero tener más fe para apropiarme de todas esas cosas. La fe es algo fabuloso, fíjate en todo lo que puede lograr. Todo es posible.» Parece increíble que todo sea posible para el que cree.
Yo también lo creo. Me asombra ver cómo la fe logra que todo sea posible. Pero me da vergüenza confesar que muchas veces al intentar obtener «todo», no he conseguido nada. Mis planes y esperanzas quedaron frustrados porque no puse primero esa «sola cosa necesaria»: sentarme a los pies de Jesús y aprender de Él.
De esto se trata esta meditación: No busques «todo» hasta que te sientes primero a los pies de Jesús y participes de esa sola cosa necesaria. Si le preguntáramos a Marta si dedicó tiempo a orar y hablar con el Señor, nos respondería: «Claro que sí, hablé con Él unos minutos por aquí y por allá». Al igual que muchos de nosotros, solo le ofreció a Jesús las migajas de tiempo que nos sobran al día: no un rato programado y sin distracciones. Actualmente, tratamos de abarcar demasiadas cosas en el rato que deberíamos dedicar por completo a Él.
María no actuó así. Ella le dio prioridada esa sola cosa necesaria.
Esto brinda un rayo de esperanza a todo ser humano, incluidos tú y tu actual necesidad. No permitas que dañe tu fe. No excluyas esa necesidad particular que tienes, por muy improbable que parezca la solución, porque la Palabra de Dios dice: «Al que cree todo le es posible».
Con frecuencia pienso en las personas que llevan muchos años sufriendo enfermedades crónicas hasta que caen en un estado de incapacidad consciente, simplemente se resignan y pierden las esperanzas de curarse. Han perdido las ganas de luchar al aceptar su dolencia como parte de ellos, como algo con lo que tienen que vivir el resto de su vida, pero Dios dice que todo es posible.
¡Al cumplir nuestra parte del trato, he presenciado cómo esta promesa trae grandes victorias y liberación! ¿Cuáles son las condiciones? «Si puedes creer». ¿Y cómo puedes creer? Poniendo en práctica la Palabra de Dios. He visto milagros. Y lo creo, porque yo misma soy un milagro de la gracia y el poder sanador de Dios. Pero primero tuvo que darse esa «sola cosa necesaria». Antes de que todo sea posible, tienes que vivir ante el Señor en esa sola cosa necesaria.
¿Sufres alguna carencia actualmente? Dios quiere suplir esa necesidad. Él dice en Filipenses 4:19: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús».
No te defraudará. Esta Escritura maravillosa te ofrece una salida, un rayo de esperanza. ¿Lo crees? ¿Tu fe es lo bastante fuerte como para aferrarte a la promesa de Dios para tu necesidad? A medida que conozcas más a Dios y leas Su Palabra, dediques tiempo a la oración y a buscarle de todo corazón —esa sola cosa necesaria—, tu fe se fortalecerá.
Amigo mío, vivimos en una época peligrosa, por eso vive en oración, es un ministerio fabuloso que está a tu alcance. Que Dios te bendiga y haga de ti una bendición. Amén.
Texto adaptado de una transcripción del programa Momentos de meditación. Publicado en Áncora en septiembre de 2023.
Artículos recientes
- Vencer el temor con fe
- La descuidada virtud de la gratitud
- La fe y los desafíos
- Un puesto en la mesa del Padre
- La asombrosa gracia de Dios
- Cómo enfrentar y superar la adversidad
- Obras en curso
- Respuesta cristiana en un mundo polarizado
- La viuda de Sarepta: Un relato de esperanza
- Superar el temor y la preocupación