La singularidad del cristianismo
Recopilación
«Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente». Juan 11:25-26 (RVR 1995)
Dios creó el universo entero por medio de Su poder sobrenatural, y esto es algo que debemos creer, independientemente de las explicaciones y teorías que traten de convencernos de lo contrario. La concepción de Jesús por medio del Espíritu Santo, Sus milagros y enseñanzas, Su resurrección, ascensión y morada de Su Espíritu Santo, todo eso es obra sobrenatural de Dios, que debemos llegar a creer como verdad; no parcialmente, sino de manera completa. Solo al creer podemos experimentar a Dios por lo que Él es, no hay otra manera.
La credibilidad del cristianismo radica o depende de la autenticidad de la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. En particular hay dos cosas que son únicas en el mensaje cristiano. La primera es la identidad de Jesús. Él no es simplemente un predicador callejero que puso las cosas en movimiento, ni fue que estaba en el lugar indicado, en el momento adecuado e hizo lo correcto. Jesús es el Hijo de Dios y parte del Dios trino, igual al Padre y al Espíritu Santo. En segundo lugar, Cristo es único en lo que hizo. Murió, fue sepultado y resucitó.
La mayoría de las religiones del mundo se basan en las proposiciones filosóficas. Es decir, si quieres que la vida vaya bien, es necesario conocer ciertas cosas y vivir por el bien de esas cosas. Cuatro de esas religiones principales se basan en la personalidad. El judaísmo considera a Abraham como su padre, y Abraham vivió, murió y fue sepultado. El budismo fue fundado por Buda en el siglo V (a.C.). En una traducción se describe su muerte de esta manera: «Fue con esa muerte total en la que nada queda atrás». El islam se fundó con las enseñanzas de Mahoma, que murió en 632 d.C. a los 61 años. Su tumba es visitada por miles de peregrinos en la ciudad de Medina. Nunca alguien ha afirmado que Mahoma resucitó.
Jesús murió joven, a los 33 años. Fue sepultado y hay dos lugares en Jerusalén en los que se asegura que está Su sepulcro —uno está situado dentro de las murallas de la ciudad de Jerusalén y otro está fuera de la ciudad—, pero los dos sepulcros están vacíos. El sepulcro vacío no es solo un principio entre muchos del evangelio cristiano. Es un hecho indispensable del evangelio cristiano. Pablo nos dice: «Si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes»[1]. En la vida cristiana, andamos por fe, no por vista, y de verdad somos bendecidos por una voluntad de creer, dada por Dios. Charles Price
El único camino
«Todos los caminos llevan a Dios» es una frase tentadora. Tiene cierta positividad. Sin embargo, en realidad solo el cristianismo afirma llevar a Dios. El destino cristiano es una relación con Dios, una relación íntima, floreciente, que da vida: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado»[2]. «Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo»[3]. Ante todo, para un cristiano, el cielo no es un lugar sino una persona; no es una recompensa sino una relación.
A veces, la cristianización de la cultura occidental resultó en que nosotros proyectamos el destino de la íntima relación con Dios hacia otras cosmovisiones religiosas. Pero en realidad esto es algo característicamente cristiano. En el budismo y en algunas tradiciones del hinduismo, el destino del nirvana es el cese del yo y la eliminación del deseo, dos componentes esenciales de una relación personal. Según la tradición, la misma noche en que nació su hijo, Buda Gautama se fue a buscar su vida de desprendimiento de todo y de todos los que podrían causarle sufrimiento. Comparémoslo con Jesucristo, que hizo todo lo posible por unirse a nuestro sufrimiento en Su búsqueda de una relación con nosotros.
Asimismo, el destino del islam no es una relación con Alá. El paraíso del que se habla en el islam es uno en el que Alá está casi totalmente ausente. En cambio, el paraíso que se presenta es un lugar de placer carnal: vino, relaciones sexuales, vírgenes perpetuas, muchachos que atienden a los hombres. ¿Acaso no se ha probado ya ese paraíso y resultó ser deficiente? ¿Cuántos que han llegado a la cima del placer terrenal han dado testimonio de que eso no es un paraíso, que en última instancia nuestro anhelo de una relación auténtica no lo puede satisfacer ninguna otra cosa?
El cristianismo es singular en su afirmación de que dirige hacia Dios. Pero en realidad, hay una particularidad. Si vamos a ser precisos, ni siquiera el cristianismo afirma que nos llevará a encontrar a Dios. En realidad, afirma lo contrario: afirma que Dios vino a encontrarnos a nosotros: «El Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido»[4]. […] A diferencia de casi todos los otros principales sistemas de creencias, el Dios cristiano «no nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según nuestras maldades»[5]. Debido a que en el cristianismo hacia donde nos dirigimos se basa en lo que Dios ya hizo y no en lo que nosotros podemos hacer, podemos estar seguros de nuestro destino. […] El punto de partida de Jesucristo es la meta de todos los demás: ¡la seguridad de la salvación! […]
Así pues, para volver a nuestra pregunta, ¿todos los caminos llevan a Dios? No. Ninguno lo hace… ni siquiera el cristianismo afirma que nos conduce a Dios, sino que el amor de Dios lo condujo a Él hacia nosotros. Vince Vitale[6]
¿Qué es lo que hace que el cristianismo sea único?
¿El cristianismo es de verdad único? ¿O solo es uno de los muchos caminos que llevan hacia la Verdad? ¿Es el cristianismo verdaderamente único entre las muchas religiones del mundo? Y si lo es, ¿qué es lo que lo hace así?
Único entre todas las religiones, el cristianismo hace varias afirmaciones que otras religiones no hacen. En primer lugar, todas las otras religiones exhortan a las personas a que se conecten con Dios y a asirse a Él por medio de sus propios esfuerzos. El cristianismo es la única religión en la que Dios llega hasta donde está el hombre. En segundo lugar, otras religiones son sistemas de lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer para apaciguar a Dios; mientras que el cristianismo es una relación con Dios. En tercer lugar, el cristianismo ve la Biblia como fuente singular de la Verdad. Por último, el cristianismo se basa en un acontecimiento de lo más asombroso en toda la historia de la humanidad: la resurrección. […]
Es posible que el principio del cristianismo más definitorio, que hace que verdaderamente sea único en todos los aspectos y que proporciona su base, sea la resurrección de Jesucristo. En el cristianismo, la resurrección es de vital importancia, porque sin ella el cristianismo no existe, y nuestra fe es inútil[7]. La resurrección de Jesús fue lo que cambió la vida de los discípulos. Después de que Jesús fue crucificado, los discípulos huyeron y se escondieron. Pero cuando vieron al Señor resucitado, supieron que todo lo que Jesús había dicho y hecho era prueba de que, en efecto, Jesús era Dios manifestado en la carne. Ningún otro líder religioso ha muerto a plena vista de los verdugos preparados, ha sido custodiado en el sepulcro y luego resucitó tres días después para aparecerse a muchas personas. La resurrección es prueba de quién es Jesús y de que Él llevó a cabo lo que se propuso hacer: proporcionar el único medio de redención para la humanidad.
Buda no resucitó. Mahoma no resucitó. Confucio no resucitó. Khrishna no resucitó. Solo Jesús resucitó físicamente, caminó sobre el agua, afirmó ser Dios y resucitó a otras personas. Conquistó la muerte. Solo en el cristianismo tenemos a la persona de Cristo que aseguró ser Dios, llevó a cabo muchos milagros para probar Su afirmación de divinidad, murió, resucitó y afirmó que solo Él es «el camino, la verdad y la vida»[8], y que nadie llega al Padre sino por Él. Tomado de gotquestions.org[9]
¿Todas las religiones no son básicamente iguales?
Aunque las necesidades y anhelos fundamentales de las personas son los mismos, las fórmulas para satisfacerlos que prescriben las grandes religiones del mundo son distintas y a veces contradictorias. Un breve repaso de las creencias y prácticas religiosas más comunes lo evidencia. Personas devotas de diversas religiones procuran satisfacer sus necesidades espirituales asistiendo con frecuencia a lugares de culto —santuarios, templos, mezquitas, catedrales, etc.— en los que elevan oraciones, queman incienso, observan distintas tradiciones y celebran múltiples ceremonias y rituales.
Algunos buscadores de la verdad adoran a un solo Dios, mientras que otros rinden culto a centenares y aun millares de dioses. Algunas de las grandes religiones del mundo empezaron sencillamente como corrientes de filosofía moral o ética; sus fundadores no tenían en absoluto la pretensión de rendir culto a deidad alguna. Sin embargo, en la actualidad esos mismos fundadores son venerados como si fueran dioses.
El más caro deseo y la mayor aspiración de muchos creyentes es sobrevivir a la muerte como un ente individual, en una vida futura dichosa y celestial. Otros desdeñan la idea de continuar viviendo como personas y esperan más bien que con la extinción de su individualidad se fundirán en la realidad suprema del universo. Están los que creen que, después de morir, retornarán a la Tierra para vivir otras vidas, una y otra vez, por lo que su existencia actual no es sino el producto de uno de sus muchos nacimientos y renacimientos, los cuales continuarán indefinidamente hasta que alcancen la plena iluminación o salvación.
Dios, desde las páginas de la Biblia, hace un amoroso llamado a todas las personas de todos los países, diciendo: «¡Mirad a Mí y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque Yo soy Dios, y no hay otro!»[10] El llamamiento que hace la Biblia es universal: «Todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo. [Él] quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que lo teme y hace justicia»[11]. La Familia Internacional
Publicado en Áncora en octubre de 2019.
[1] 1 Corintios 15:14 (NVI).
[2] Juan 17:3 (NVI).
[3] Apocalipsis 3:20 (NVI).
[4] Lucas 19:10 (NVI).
[5] Salmo 103:10 (NVI).
[6] Vince Vitale, Jesus Among Secular Gods (FaithWords, 2017).
[7] 1 Corintios 15:14.
[8] Juan 14:6 (NVI).
[9] www.gotquestions.org/Christianity-unique.html.
[10] Isaías 45:22.
[11] Romanos 10:13; 1 Timoteo 2:4; Hechos 10:34-35.
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