La realidad central
Palabras de Jesús
«Del Señor son los pasos del hombre, ¿cómo, pues, entenderá el hombre su camino?» Proverbios 20:24[1]
Yo soy la Realidad central que sostiene este mundo disperso y fragmentado. Cuando se concentran en Mí, su vida adquiere sentido y belleza. Sin Mí, el mundo se torna un lugar desolado y vacío de significado o esperanza. Yo vine al mundo para indicarle el camino al Padre y a la vida eterna. Sin embargo, soy muchísimo más que una señal que indica la dirección correcta. Yo soy el Camino.
Sus pasos son dirigidos por Mí, aunque su travesía a menudo parece volverse azarosa. El camino que se extiende ante sus ojos está cubierto por incertidumbre: deben tomar decisiones pero tienen muy poca información para ver el camino que deben seguir. Cada paso parece un riesgo, un salto a lo desconocido. Lo mejor que pueden hacer es aferrarse a Mí.
Aunque tal vez desconozcan el camino a seguir, conocen al que es el Camino. No se alejen de Mí, y no perderán el rumbo. Puesto que soy soberano de su vida, Yo dirijo y aseguro sus pasos, incluso cuando a ustedes les parezcan accidentales. Háblenme de sus incertidumbres o del temor a cometer errores. Recuerden que la decisión más importante que hacen en todo momento es mantenerse en comunicación conmigo. Así es como se aferran a Mi mano. Así es como confían en Mi presencia que los guía al andar —paso a paso— por caminos desconocidos[2].
Moldeado conforme a Su voluntad
«El Señor se manifestó hace ya mucho tiempo, diciendo: “Con amor eterno te he amado; por eso, te prolongué Mi misericordia”. Por tanto, no desmayamos […] pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.» Jeremías 31:3, 2 Corintios 4:16-17[3]
Te he moldeado conforme a Mi perfecta voluntad. Ser débil físicamente, mentalmente o emocionalmente en realidad puede ser un punto fuerte a Mis ojos, ya que eso me permite vivir, pensar y obrar en ti. Porque cuando eres débil, Mi fortaleza se puede manifestar y perfeccionar en ti[4].
¡No temas! ¡Te amo tal como eres! Te amo por ser tú. Comprendo tus anhelos más profundos y lo entiendo todo sobre ti. Conozco la frecuencia de cada uno de los latidos de tu corazón, la presión de tu flujo sanguíneo, las vibraciones y el ritmo de cada palpitación. Todo está en Mis amorosas manos.
No te preocupes, que así como te he sacado de las aguas profundas que has enfrentado en esta vida, estaré contigo hasta el final en estas tribulaciones momentáneas mientras te saco adelante. Te conozco, te amo, velo por ti y nunca dejaré de sustentarte. Te amaré por toda la eternidad.
La vida en dependencia
«Justo es el Señor en todos Sus caminos y misericordioso en todas Sus obras. Cercano está el Señor a todos los que le invocan, a todos los que lo invocan de veras». Salmo 145:17-18[5]
La vida dependiendo de Mí es una aventura gloriosa. La mayoría de las personas corren de aquí para allá, en la consecución de metas mediante su propia fuerza y capacidad. Algunos alcanzan el éxito. Otros fracasan terriblemente. Pero ambos grupos se pierden lo que debería ser la vida: vivir y trabajar en colaboración conmigo.
La perspectiva cambia radicalmente cuando se depende de Mí de manera continua. Se ven milagros alrededor, mientras que otros solo perciben ocurrencias o coincidencias. Se inicia cada día con alegre expectativa, esperando a ver lo que haré. Se acepta la debilidad como un regalo de Mi parte, sabiendo que Mi poder se manifiesta con más facilidad en la debilidad consagrada. Los planes permanecen como tentativas, sabiendo que los Míos son infinitamente superiores. Se vive, mueve y habita en Mí, deseando que viva en ustedes. Yo en ustedes y ustedes en Mí. Esa es la íntima aventura que ofrezco.
Los amo con amor eterno. Los conozco desde antes de los albores del tiempo. Durante años vagaron en una existencia sin sentido, en busca de amor. Esperando amor. Todo ese tiempo los seguí, deseando sostenerlos en Mis brazos llenos de compasión.
Llegado el momento, me revelé a ustedes. Los elevé de ese mar de desesperación y los coloqué sobre un fundamento firme. En ocasiones se sintieron desnudos y expuestos a la luz reveladora de Mi presencia. Pero los cubrí con un manto de armiño: Mi manto de justicia. Les canté una canción de amor, cuyo principio y final se pierden en la eternidad. Le di sentido a su mente y armonía a su corazón.
Canten conmigo Mi canción. Juntos llevaremos a otros de la oscuridad a Mi maravillosa luz[6].
Su corazón, Mi templo
«Vosotros sois el templo del Dios viviente, como dijo Dios: “Habitaré y andaré entre ellos; Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo”». 2 Corintios 6:16[7]
Estés donde estés, haz un pequeño templo en tu corazón y entra en él. Mientras pasas tiempo conmigo en los silenciosos aposentos, te alejas de todo lo que te rodea y entras al templo, te hablaré al oído. Puede que al principio no sean palabras específicas, sino la sensación de Mi voz o guía. A lo mejor simplemente te daré la paz que necesitas. En ocasiones te susurraré palabras que conforten tu corazón.
Cuando empieces a pasar ese tiempo conmigo —acudiendo con fe, creyendo que estoy ahí, que entro contigo en las alcobas secretas y apacibles de tu corazón—, comenzarás a escucharme hablarte al corazón. Tus oídos espirituales se afinarán a Mi voz. Es como cuando un músico aprende a afinar la guitarra. Para saber qué notas suenan desafinadas, qué cuerdas hay que tensar más y cuáles hay que aflojar, los músicos tienen que prestar oído y concentrarse. Pero al cabo de un tiempo, se vuelve algo automático. Así es cuando se aprende a escucharme a Mí.
Ven con frecuencia, entra en las alcobas silenciosas de tu corazón y sintonízate para oír Mi voz. Entra en silencio al templo, al rincón secreto de tu corazón que fue creado para Mí. Entra calladamente y espera a que Mi paz te invada el corazón. Espera hasta que sientas Mi paz perfecta, Mi consuelo que satisface tus ansias. Escucha Mis susurros, y recibe de Mí.
Publicado en Áncora en octubre de 2015.
[1] Reina-Valera
[2] Sarah Young, Jesus Lives (Thomas Nelson, 2009)
[3] Reina-Valera
[4] 2 Corintios 12:9
[5] Reina-Valera
[6] Sarah Young, Jesus Calling (Thomas Nelson, 2009)
[7] Reina-Valera
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