La generosidad de Dios
Recopilación
Uno de los atributos de Dios que no escucho que se enseñe con frecuencia es Su generosidad. Enseñamos sobre la soberanía y santidad de Dios, Su poder infinito, Su omnisciencia, sabiduría y amor. Claro, como Él es amoroso, es generoso. Sin embargo, no he escuchado que muchos se hayan centrado en la espléndida generosidad de Dios.
Claro, he enseñado y creo que deberíamos ser generosos porque nuestro Dios es generoso y nos recompensará abundantemente cuando seamos generosos. Sin embargo, no he escuchado muchas enseñanzas sobre esperar que Dios sea generoso con nosotros cuando llegamos a Su presencia con nuestras necesidades y peticiones.
Nuestro Dios es espléndido, desbordante, generoso, muy dadivoso, magnánimo; a Él le encanta dar buenos dones a Sus hijos. Incluso bendice a los que lo odian, dándoles miles de cosas buenas. Cuánto más bendecirá a los que compró con la sangre preciosa de Su Hijo.
Al mirar Su creación, alcanzamos a ver un vislumbre de la naturaleza desbordante y generosa de Dios.
Dios creó miles de millones de galaxias y estrellas. El sol, la luna, los planetas. […] Dios no creó solo una clase de estrella. Es creativo al máximo nivel, […] generoso. Los cielos declaran la gloria de Dios, lo que incluye Su naturaleza pródiga.
Miremos la Tierra. Existen más de 750 especies de mariposas y se han registrado 11.000 especies de polillas; y hay muchas más que falta registrar. Hay más de 22.000 especies de peces. Existen más de 150 especies de rosas. […]
Y claro, el mejor regalo, el más generoso que nos ha dado Dios, es el regalo de Su Hijo, Jesucristo. Jesús, en el mayor acto de generosidad, derramó Su sangre para salvarnos y nos dio el regalo infinitamente estupendo de la vida eterna. Mark Altrogge[1]
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A lo largo de la Biblia vemos expresada la espléndida generosidad de Dios.
Él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas[2]. Os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer[3].
Nuestro Padre nos da buenas dádivas[4], toda buena dádiva y todo don perfecto[5], los deseos y peticiones de nuestro corazón[6] y lo que le pedimos, siempre que esas cosas coincidan con Su voluntad[7], Su paz[8], sabiduría[9] y gracia[10].
Motivado por Su amor hacia la humanidad, Dios entregó a Su Hijo, Jesús, para nuestra salvación[11], y Él se entregó a Sí mismo para redimirnos[12]. Nos dio el agua de vida[13], el don o dádiva de Dios[14]. Nos ha prodigado perdón, redención y gracia[15]. También derramó Su amor en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo, que nos dio[16] como garantía[17]. Nos dio además los dones del Espíritu, que distribuye conforme a Su voluntad[18].
Comprender la naturaleza generosa de Dios como propietario de todas las cosas moldea nuestra actitud hacia la dadivosidad. Ser hijos de un Padre tan generoso nos debiera motivar a seguir Su ejemplo. Peter Amsterdam
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La generosidad de Dios se evidencia en todo a nuestro alrededor. Dios creó este planeta que está hecho para sustentarnos y proveer para nuestras necesidades y placeres. Dios nos da color, luz, sonido, aire y la posibilidad de probar y disfrutar, oír y apreciar, tocar y sentirnos satisfechos. Sobre todo, Dios manifestó Su generosidad al ofrecer a Su Hijo como sacrificio para expiar nuestros pecados. Ante una generosidad tan grande, solo podemos decir: «¡Gracias a Dios por Su don inefable!»[19] El regalo de Jesús para la humanidad pecadora fue el acto supremo de generosidad.
Así como hemos sido perdonados, debemos perdonar[20]. Y al ver lo generoso que es Dios, debemos ser generosos. La generosidad se puede manifestar de muchas maneras. Podemos regalar nuestro tiempo, dar recursos materiales, hospitalidad y amistad. […] La Palabra de Dios es muy clara al decir que los generosos son recordados y recompensados, ya sea en esta vida o en la otra.
Dios nos exhorta a que seamos generosos porque quiere que recibamos la bendición que proviene de ello. Jesús dijo: «Den, y les será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en sus regazos. Porque con la medida con que midan, se les volverá a medir»[21]. Esta promesa es un reflejo de lo que dice 2 Crónicas 16:9 (NBLA), que «los ojos del Señor recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente Suyo». […] Dios busca personas que reflejen Su carácter e imiten Su generosidad. Le encanta bendecirlos y mostrarse fuerte a su favor. Tomado de GotQuestions.org[22]
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El Señor es un inversor prudente: se muestra generoso con quienes agradecen las bendiciones que ya les ha otorgado. Podemos manifestarle nuestro aprecio dándole gracias y alabándolo con frecuencia, o sea, valorando Su generosidad. Ningún benefactor continúa ayudando a quien no se muestra agradecido por lo que ya ha recibido.
Cuanto más aprendamos a reconocer la bondad divina y más nos hagamos el hábito de darle las gracias y ensalzarlo a cada oportunidad, más nos bendecirá Él. Digámosle, pues, cuánto lo amamos y cuánto le agradecemos todo lo que hace por nosotros. Él corresponderá a nuestro amor y nuestras alabanzas y hará llover sobre nosotros Sus bendiciones. María Fontaine
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Dios generoso:
Eres un Dios de intrincados detalles y también de abundancia desbordante. Cuando te confío los pormenores de mi vida, a menudo me sorprende que respondas a mis peticiones de manera meticulosa. La enseñanza bíblica de orar continuamente me ayuda a presentarte todas mis peticiones. Y he descubierto que mientras más oro —con una actitud vigilante y llena de esperanza—, más respuestas recibo. Lo mejor de todo es que mi fe se fortalece al ver la precisión con la que respondes a mis oraciones específicas.
¡Me alegro de que seas infinito en todos Tus caminos! Como la abundancia está en el centro de quién eres, no debo tener miedo de que te quedes sin recursos. Puedo venir a ti con la alegre expectativa de recibir todo lo que necesito, ¡y a veces mucho más!
¡Agradezco muchísimo las abundantes bendiciones que me das! Hasta las dificultades de mi vida pueden verse como Tus bendiciones: me enseñan perseverancia, me transforman y me preparan para el Cielo. Así que me presento ante Ti con las manos y el corazón abiertos, preparado para recibir todo lo que tienes para mí.
En Tu nombre excelente —Jesús—, amén. Sarah Young[23]
Publicado en Áncora en diciembre de 2022.
[1] https://theblazingcenter.com/2019/04/our-god-is-incredibly-generous-20-powerful-faith-building-scriptures.html.
[2] Hechos 17:25 (RVR 1995).
[3] Génesis 1:29.
[4] Mateo 7:11.
[5] Santiago 1:17.
[6] Salmo 37:4.
[7] Mateo 7:7.
[8] Juan 14:27.
[9] Santiago 1:5.
[10] Efesios 4:7.
[11] Juan 3:16.
[12] Tito 2:14.
[13] Juan 4:14.
[14] Romanos 6:23.
[15] Efesios 1:7–8.
[16] Romanos 5:5.
[17] 2 Corintios 1:22.
[18] Hebreos 2:4; 1 Corintios 12.
[19] 2 Corintios 9:15 (NVI).
[20] Efesios 4:32.
[21] Lucas 6:38 (NBLA).
[22] https://www.gotquestions.org/Bible-generosity.html.
[23] Sarah Young, Jesus Listens (Thomas Nelson, 2021).
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