La esencia de la Navidad
Palabras de Jesús
«Pues he descendido del cielo para hacer la voluntad de Dios, quien me envió, no para hacer Mi propia voluntad. Y la voluntad de Dios es que Yo no pierda ni a uno solo de todos los que Él me dio, sino que los resucite, en el día final. Pues la voluntad de Mi Padre es que todos los que vean a Su Hijo y crean en Él tengan vida eterna; y Yo los resucitaré en el día final». Juan 6:38-40[1]
Me volví pobre para que tú llegaras a ser rico. Mi encarnación —la esencia de la Navidad— fue un regalo de un valor infinito. Sin embargo, ¡a Mí me empobreció inmensamente! Renuncié a los esplendores majestuosos del Cielo para convertirme en un bebé indefenso. Mis padres eran pobres, jóvenes, y estaban lejos de su hogar cuando nací en un establo de Belén.
En el transcurso de Mi vida hice muchos milagros, pero fueron para el beneficio de otros, no del Mío. Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches en el desierto, fui tentado por el Diablo para que convirtiera unas piedras en pan. Sin embargo, no quise hacer ese milagro, a pesar de que tenía mucha hambre. Viví por años como un hombre sin hogar.
Como estuve dispuesto a vivir en pobreza, ¡tu riqueza es extraordinaria! Mi vida, muerte y resurrección abrieron el camino para que Mis seguidores llegaran a ser hijos de Dios y herederos de una riqueza gloriosa y eterna. Mi Presencia permanente también es un valioso regalo. Celebra todos esos extraordinarios regalos con gratitud y alegría desbordante. […]
La Navidad es el momento de regocijarse por Mi encarnación milagrosa, cuando el Verbo se hizo carne y habitó entre ustedes. Me identifiqué con la humanidad hasta la magnitud suprema, la de convertirme en ser humano y vivir en su mundo. No permitas que la familiaridad de este asombroso milagro cause que se apague su efecto en ti. Reconoce que Yo soy el Regalo por encima de todo, ¡y regocíjate en Mí!
Arregla el desorden y abre tu corazón al reflexionar en las maravillas de Mi entrada en la historia de la humanidad. Mira esos acontecimientos desde la perspectiva de los pastores, los que cuidaban sus rebaños durante la noche. Primero vieron un ángel y luego una multitud de ellos que alumbraban el cielo y anunciaban: «Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace». Contempla la gloria de Mi nacimiento, así como lo hicieron los pastores, y responde con el asombro de un niño[2].
La esencia de Mi ser
«Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús». 1 Juan 4:16-17[3]
La Navidad se disfruta más cuando no se centra en los adornos, los regalos y las fiestas, sino en el amor. La esencia de la Navidad es el amor. Implica apreciar y celebrar el amor que sienten unos por otros. Lamentablemente, el amor puede desaparecer en medio de todo el ajetreo navideño, las decoraciones y los regalos, las interminables compras y las cenas y celebraciones navideñas.
La Navidad es para festejar, pero significa mucho más que eso. Vine al mundo a vivir y morir por ti porque te amo. El amor era y sigue siendo la esencia de Mi ser. Todo lo que he hecho ha sido por amor a ti. Lo hice por todos los que han vivido y vivirán, pero lo hubiera hecho solo por ti. ¡Significas mucho para Mí!
Disfruta las decoraciones, la deliciosa comida y los regalos, pero no dejes que todo eso eclipse o te distraiga de lo mejor y más importante, lo único que durará por la eternidad, la esencia de la Navidad, que es el amor.
Celebración del amor
«Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo». Lucas 2:10[4]
La Navidad es para estar alegre y celebrar. Sin embargo, ¿te pasa que al acercarse la fecha sientes de todo menos alegría y ganas de celebrar? Si consideras que cada Navidad tiene que ser mejor y más aparatosa que la anterior, probablemente aprovechas ansiosamente cada momento libre para hacer preparativos que te acerquen a ese objetivo. Pero recuerda que a veces menos es más.
Cuanto menos te afanes por crear la Navidad perfecta, más tiempo tendrás para gozar de ella. Cuanto menos te dejes arrastrar por el estrés y las presiones, más alegres y felices serán los momentos que pases con tus seres queridos.
La Navidad consiste en pasar buenos momentos con tu familia y amigos, en apreciar y celebrar el amor que se tienen. Es una ocasión de festejar el mayor regalo otorgado a la humanidad. Fue por amor a ti que estuve en la Tierra. Fue ese amor lo que me motivó a andar por tu mundo como un ser humano, a vivir y morir por ti. Piensa en Mi amor esta Navidad y disfrutarás de una temporada verdaderamente gratificadora.
Intercambio de regalos de Navidad
«Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. […] Así manifestó Dios Su amor entre nosotros: en que envió a Su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a Su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados». 1 Juan 4:7, 9-10[5]
La primera Navidad fue el regalo de amor de Mi Padre al mundo, pero además fue Su regalo especialmente para ti.
Para aquellos que lo vieron en vivo y en directo —la estrella, el coro de ángeles, el bebé en el pesebre— fue una experiencia espiritual abrumadora e inesperada. Para los pocos agraciados que tuvieron la bendición de reconocer a aquel bebé como el Mesías, se trató de un sueño hecho realidad. Para los miles de millones que desde aquel entonces también han creído, fue la puerta de entrada a la vida eterna. Y es lo mismo hoy. Si celebras la Navidad en espíritu y en verdad, la misma emoción, la misma promesa y el mismo gozo que te deja sin palabras pueden ser tuyos.
Pero ahora la Navidad es mucho más que eso. Es más que un regalo del corazón de Mi Padre hacia ti: es un intercambio de regalos. Es un momento especial para ti mientras tú te empapas de Mi amor y revives la maravilla de la primera Navidad, pero también es especial para Mí porque dedicas más tiempo a amarme y a agradecerme y alabarme por todo lo que hice por ti. Por eso, si te preguntas qué podrías darme en esta Navidad, hagamos de esta Navidad una especial al darnos el uno al otro el mejor de los regalos: amor.
Publicado en Áncora en diciembre de 2019.
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