La bondad de Dios en momentos difíciles
Recopilación
Cuando te sientas sin esperanza, opta por pensar en lo que sabes que te levantará el ánimo: la bondad de Dios.
¿Cómo lo hizo Jonás? «Cuando casi había perdido toda mi esperanza, mis últimos pensamientos los dirigí una vez más al Señor»[1]. ¡Esa es la respuesta a la desesperanza! Dirige tus pensamientos hacia Dios. Piensa en Su bondad, Su grandeza, Su amor, Su justicia y Su benevolencia.
En el Nuevo Testamento, el término griego empleado para esto es metanoia o arrepentimiento. El arrepentimiento no solo significa dejar de hacer cosas malas. Significa que cambias de opinión y ves la vida desde el punto de vista de Dios en lugar del tuyo.
Corrie ten Boom, sobreviviente de los campos de exterminio de los nazis, dijo: «Si miras el mundo, estarás afligido. Si miras dentro de ti, te deprimirás. Si miras a Dios, tendrás descanso». Todo depende de lo que mires.
A medida que pones tu atención en la bondad de Dios, mira Su Palabra. Uno de los versículos en los que me apoyé en algunos de los momentos más sombríos de mi vida es el Salmo 27:13, que dice: «Estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida»[2]. Es un gran recordatorio de que el propósito de Dios en tu vida es más grande que cualquier problema que enfrentes.
Aunque tal vez sea difícil, en vez de concentrarte en tus preocupaciones, mira hacia arriba y una vez más, dirige tus pensamientos hacia el Señor. Rick Warren[3]
Sigue el ejemplo de Elías[4]
Elías fue un magnífico vocero de Dios. Por tres años había sido el portavoz de Dios para la nación de Israel. Ocurrieron milagros de toda clase, y hubo un despertar espiritual en su nación y un alejamiento de los ídolos. Sin embargo, a alguien no le agradaba Elías, a Jezabel, la reina de Israel. Era muy malvada y odiaba a Elías, en parte porque era un fiel mensajero de Dios. En los versículos anteriores envía este mensaje a Elías: «Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu vida como la vida de uno de ellos»[5]. Elías, que por tres años no tuvo miedo ante toda la nación, de repente quedó hecho pedazos cuando una mujer amenazó con matarlo.
Elías era el candidato ideal para una depresión. Físicamente estaba cansado, emocionalmente agotado y alguien lo había amenazado de muerte. En ese momento, tenía toda clase de problemas y muchas emociones: temor, resentimiento, culpa, ira, soledad y preocupación. Elías se deprimió debido a que un incidente más fue ya demasiado, la gota que derramó el vaso. ¿Y sabes qué? Dios dice que «Elías fue un ser humano como cualquiera de nosotros»[6]. Tenía los mismos problemas que nosotros y, en este caso, parece que sufría una depresión. Elías estaba tan deprimido que estaba dispuesto a morir. ¿Te sientes así a veces? Yo sí.
¿Cómo llegamos a ese caos emocional? Se debe a un modo de pensar inadecuado. Si piensas de manera negativa, vas a deprimirte. Tus emociones son causadas por la manera en que interpretas la vida. Si ves la vida desde un punto de vista negativo, tarde o temprano te deprimirás.
Si quieres deshacerte de las emociones negativas, debes cambiar tu manera de pensar. La Biblia dice que podemos ser transformados por la renovación de nuestra mente[7]. La única manera de cambiar nuestra mente y emociones es al cambiar la manera en que pensamos. […]
El hecho es que Dios lo sabe todo de ti. […] Así pues, no se desanima cuando un cable se suelta o se funde un fusible. Dios sabe que eres humano porque te creó y conoce tu forma de ser.
Jesucristo quiere sacarte de tu depresión. Puede ayudarte; puede cambiarte; puede curar tu depresión. […]
No esperes hasta estar deprimido para tomar tu Biblia e ir a una playa, un parque, un lago o al campo. Siéntate a leer tu Biblia y pasa tiempo a solas con Dios. Permite que Dios te ame y te hable. Deja que satisfaga tus necesidades y siente Su presencia. No hay mejor antidepresivo que la comunicación y comunión con Dios. Stephen Sizer[8]
Confiar en la bondad de Dios
No es muy difícil declarar la bondad de Dios cuando todo va bien. […] Pero es un poco más difícil alabar la bondad de Dios durante las tormentas de la vida: cuando tu cónyuge te traiciona, cuando tu jefe te despide o cuando tu médico llama para darte noticias sobre tu salud que te cambiarán la vida. Charles Spurgeon escribió: «Dios es demasiado bueno para ser cruel y demasiado sabio para equivocarse. Y cuando no podemos localizar Su mano, debemos confiar en Su corazón». Pero, ¿cómo confiar a Dios el dolor que hay en nuestra vida? ¿Podemos confiar en Dios cuando otros nos han decepcionado e incluso traicionado?
Si vamos a confiar en que Dios nos guía en la vida —si vamos a poner nuestra mano en Su mano— entonces necesitamos entender que Dios siempre es, única y completamente, bueno en todo lo que dice, todo lo que hace y todo lo que Él es. El Salmo 119:68 declara que Dios es bueno y hace el bien. Si vamos a confiar a Dios nuestro ser en la vida y en la muerte, entonces necesitamos creer que Él navega las olas de la vida por nosotros a fin de guardarnos, protegernos y bendecirnos, y de manera que no nos dañe.
Recuerda lo que dice Jeremías 29:11 (NBLA): «“Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes”, declara el Señor, “planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza”». Eso significa que independientemente de cómo nos sintamos, si pertenecemos a Jesús, Dios obra en toda situación que enfrentemos a fin de que sea para nuestro eterno bien. Romanos 8:28 (DHH) dice: «Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales Él ha llamado de acuerdo con Su propósito». En todo —lo bueno, lo malo, lo trágico, lo doloroso, lo sorprendente, lo francamente feo— Dios obra para nuestro bien. […]
Sea lo que sea que enfrentes hoy, se puede dejar en las amorosas manos de Dios Todopoderoso. Él es digno de confianza. Puedes confiarle tu situación y dificultades. Fanny Crosby escribió en uno de sus himnos memorables: «Dios me guía, ¿qué más puedo pedir? ¿Puedo dudar Su tierna misericordia, que me ha guiado en la vida? Paz celestial, consuelo divino, ¡aquí estoy por fe en Él! Pues sé que pase lo que pase, Jesús lo hace todo bien». Encounter the Truth[9]
Salmo 116:1-9
Amo al Señor porque escucha mi voz
y mi oración que pide misericordia.
Debido a que Él se inclina para escuchar,
¡oraré mientras tenga aliento!
La muerte me envolvió en sus cuerdas;
los terrores de la tumba se apoderaron de mí.
Lo único que veía era dificultad y dolor.
Entonces invoqué el nombre del Señor:
«¡Señor, por favor, sálvame!»
¡Qué bondadoso es el Señor! ¡Qué bueno es Él!
¡Tan misericordioso, este Dios nuestro!
El Señor protege a los que tienen fe como de un niño;
estuve frente a la muerte, y Él me salvó.
Que mi alma descanse nuevamente,
porque el Señor ha sido bueno conmigo.
Me rescató de la muerte;
quitó las lágrimas de mis ojos,
y libró a mis pies de tropezar.
¡Así que camino en la presencia del Señor
mientras vivo aquí en la tierra![10]
Oración para tiempos tormentosos
Jesús, esta parece ser una de esas épocas en las que abundan los problemas, pero sé que Tú nos entiendes y que velas por mí.
Cuando haya conflictos y dolor, dame Tu paz y misericordia.
Cuando esté cansado, ayúdame a entender Tu fuerza e indícame cómo puedo aprovecharla apoyándome en Ti.
Cuando tenga que tomar decisiones difíciles o esté confundido o estresado, aclárame el camino y dame lo que necesite para seguir por la senda que me marques.
Cuando me sienta solo, te pido que renueves la experiencia de Tu proximidad y que me permitas disfrutar de mayor intimidad contigo.
Cuando me sienta inseguro o dude de mí mismo, reaviva mi confianza en Tu capacidad y dame más fe en Ti.
Cuando tenga miedo, manifiesta Tu amor e infunde valor. Sé que puedes sacar el mejor partido de toda situación.
Cuando algo me impida tener una relación estrecha contigo, revélame cuál es el obstáculo y elimínalo, ya se trate de un pecado, de alguna circunstancia o de falta de fe.
Cuando precise recursos o alguna otra cosa, provee conforme a Tu Palabra, que dice: «Mi Dios suplirá todo lo que os falta»[11].
Cuando esté enfermo, devuélveme la salud por Tu poder milagroso y muéstrame cómo puedo llevar una vida sana.
Cuando haya desaliento, desesperanza o depresión, te ruego que envíes esperanza, alegría renovada y confianza en Tu promesa de que harás que todo redunde en bien en nuestra vida, independientemente de los problemas que enfrentemos.
Cuando tengamos necesidad de amistad y amor, envíanos otros creyentes que llenen ese vacío, como dice la Biblia: «Si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros»[12].
Cuando tengamos una carencia espiritual, inspíranos mediante Tu Palabra, y danos una tierna comunión contigo en oración.
Sea cual sea la necesidad, te ruego que la satisfagas, Jesús, Tú que eres el dador de todo lo bueno. Amén.
Publicado en Áncora en octubre de 2022.
[1] Jonás 2:7 (NBV).
[2] DHH.
[3] https://pastorrick.com/focus-on-gods-goodness-in-your-darkest-days/.
[4] 1 Reyes 19:1-18.
[5] 1 Reyes 19:2 (NBLA).
[6] Santiago 5:17 (PDT).
[7] Romanos 12:2.
[8] https://www.stephensizer.com/2013/02/how-to-win-over-depression.
[9] https://www.encounterthetruth.ca/momentoftruth/2021-05-31.
[10] NTV.
[11] Filipenses 4:19.
[12] 1 Juan 1:7.
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