Inicios en el pesebre
María Fontaine
En Navidad podemos celebrar muchas cosas. Sin embargo, creo que estarán de acuerdo conmigo en que lo más esencial es el regalo de nuestra relación con Dios por medio de Su Hijo Jesús. Voy a parafrasear una bella promesa que dio el Señor por medio de Daniel: mientras más nos acercamos a Él, más resplandecerá en nosotros Su sabiduría «como el resplandor del firmamento» y Su justicia a través de nosotros «como las estrellas a perpetua eternidad»[1]. Si recordamos hacer una pausa y dedicamos esos momentos para tener presente al Señor, eso permite que Su Espíritu fluya en nuestro interior y reemplace el estrés y la tensión que reprime nuestra alegría. Solo debemos dejar que fluya esa paz; y Él se encargará de que alumbre a los demás.
La Navidad marca el principio de la relación más importante y estupenda que tendremos. No se trata solo de saber acerca del niño que nació en un pesebre. Se trata de nuestra relación con un amigo que se mantiene más cerca que un hermano, quien nos ha hecho parte de la familia de Dios, que nos ha llamado Su esposa, Su amada. Se trata del lazo que tenemos con nuestro héroe que nos rescató de la muerte, que nos otorgó todo lo que es Suyo. Se trata de nuestro mentor, guía y protector, en el que siempre podemos confiar y apoyarnos, ¡pase lo que pase!
Todo lo que Jesús es para nosotros tiene que ver con una relación que cambia totalmente quiénes somos. De eso se trata la Navidad, y es para todo el año.
Para festejar al Señor esta Navidad, quiero añadir algunas de mis citas favoritas, y lo que pienso que puede aplicarse a nosotros.
La Navidad es el espíritu de dar sin ánimo de recibir. Es felicidad porque vemos alegría en la gente. Es olvidarse de uno mismo y hacerse tiempo para los demás. Es descartar lo insustancial y poner el acento en los valores verdaderos. Thomas Monson
Es una imagen sencilla, que todo lo abarca, del amor de Jesús, que está al centro de todo lo que hizo para la humanidad. Su vida fue de generosidad. Dejó Su vida en el Cielo para venir a este mundo. Renunció a las riquezas inimaginables de Su reino para vivir en la Tierra sin tener siquiera un lugar al cual llamar propio. Entregó Su tiempo, Sus fuerzas y Su reputación a fin de ir en busca de los mendigos, los marginados, los enfermos y los moribundos que no podían ofrecer nada de este mundo a cambio de todo lo que Él les brindaba. Entregó Su vida a fin de rescatarnos y lo hizo simplemente por amor a nosotros.
¿Por qué lo hizo? Para ayudarnos a entender lo que es la esencia de Dios. Nos dio ejemplo de cómo desarrollar esa naturaleza en nosotros, cómo por Su gracia podemos convertirnos en hijos del Altísimo. A medida que descubrimos la alegría de llevar Su amor a los demás, contribuimos a que aumente Su reino. Experimentamos un poco de la alegría de Dios cuando emulamos Su generosidad sin buscar nada a cambio.
La alegría de quienes encuentran la verdad se convierte en nuestra alegría. El Espíritu eterno de amor que los abraza nos estrecha en ese abrazo y también nos llena hasta rebosar. Lo que demos a los demás nunca se pierde. Se convierte en algo más grande, eterno, que nos da una alegría que no tiene fin.
Quien no tiene la Navidad en su corazón, jamás la encontrará debajo de un árbol. Roy L. Smith
Es posible que a veces nos sintamos inclinados a dar demasiada importancia a las tradiciones de la Navidad, como por ejemplo, a los árboles de Navidad, la música y las celebraciones. Incluso dar regalos y hacer buenas obras deben tener la gratitud en su esencia, o perderán su más grande valor. Jesús eligió vivir por amor a nosotros, para verter Su vida y vencer la muerte por nosotros. Él fue el mayor regalo, entregado por el más excelente de los que obsequian: Dios. ¿La razón? Para que pudiéramos tener la ilustración más perfecta del amor incondicional, sin límites, que invita a todos.
Así pues, sigamos Su ejemplo. Que todo lo que hagamos, digamos y obsequiemos se lleve a cabo con la motivación de entregar el amor de Dios que ha surgido en nuestro interior debido al ejemplo de Jesús.
La Navidad es el día que sostiene todos los tiempos. Alexander Smith
¿Te has preguntado por qué Jesús vino a la Tierra? Me gustaría saber si fue para ilustrar que Él es el centro de todo. Jesús hace que tenga sentido todo lo que vino antes de Su vida en la Tierra, y trae la promesa de que todo es nuestro para invocarlo por medio de Él. En el principio, Jesús caminó con Adán en el huerto y caminó con la humanidad cuando llegó a este mundo en forma humana. Volverá y unirá a Sus hijos en Su reino eterno donde el tiempo perderá para siempre su dominio sobre nosotros. La Navidad es un recordatorio de que Él es el punto central de nuestra existencia.
El Hijo de Dios se volvió hombre de modo que los hombres se convirtieran en hijos de Dios. C. S. Lewis
Cuando las personas ven la historia de un niño en un pesebre, que cantan los ángeles y que lo visitan los reyes magos, ¿entienden lo que ese acontecimiento significa para la humanidad? Marcó el inicio de la transformación de esta existencia temporal, terrenal, limitada por el tiempo, proclive al pecado, y pasó al asombro sobrenatural, eterno, inconmensurable y a la belleza de la eternidad. ¡Una existencia inmersa en alegría sin límites, con propósito y unión con el Rey de todo! Marca la llegada del regalo del amor perfecto.
Jesús, que lo tenía todo, renunció a todo. Eligió sufrir y enfrentar humillación a manos de hombres que no lo comprendieron, que lo odiaron y lo injuriaron. Permitió esas cosas por amor a nosotros, para ofrecernos el privilegio inimaginable de convertirnos en hijos de Dios. Y todo empezó con ese niño en un pesebre.
Jesús fue Dios y hombre en una sola persona, a fin de que Dios y el hombre fueran felices juntos de nuevo. George Whitefield
Jesús fue la personificación del amor de Dios por el género humano. Él fue la oferta misericordiosa de Dios para rescatar a un mundo que se ahoga en la necedad de sus propios caminos. Él fue una demostración viva de hasta dónde está dispuesto a llegar el amor de Dios, incluso al punto de hacernos ver una manifestación palpable de Su amor. No puedo imaginar a nadie tan tonto que rechace una oportunidad como esa. Por esa razón, Él nos pide que divulguemos la verdad, porque es la oferta de toda la eternidad.
Estas son otras citas para meditar en ellas y darlas a otros como recordatorio de lo que es la Navidad:
La Navidad no es un momento ni una temporada, sino un estado mental mediante el cual atesoramos la paz y la buena voluntad, y somos abundantemente misericordiosos; ese es el espíritu de la Navidad. Calvin Coolidge
Regalar tiempo y amor son los ingredientes básicos para disfrutar una Navidad realmente feliz. Peg Bracken
Mi concepto de la Navidad, llámese anticuado o moderno, es muy sencillo: amar a los demás. Ahora que lo pienso, ¿por qué debemos esperar a la Navidad para hacerlo? Bob Hope
La Navidad, niños, no es una fecha del calendario, es un estado mental. Mary Ellen Chase
Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré guardarla todo el año. Charles Dickens, Cuento de Navidad
La Navidad es el amor en acción. Cada vez que amamos, cada vez que damos, estamos viviendo la Navidad. Dale Evans
Estoy convencido de que si no dejamos de contar el relato de la Navidad, si no dejamos de entonar villancicos y de vivir el espíritu de la Navidad, podremos transmitir dicha, felicidad y paz a este mundo. Norman Vincent Peale
Peter y yo oramos que en esta Navidad la vida de ustedes esté llena del Espíritu del Señor y que las muchas y estupendas bendiciones de Dios sean suyas en el año próximo. ¡Los amamos! ¡Que Dios los bendiga y los guarde!
Publicado por primera vez en diciembre de 2018. Adaptado y publicado de nuevo en diciembre de 2021.
[1] Texto adaptado de Daniel 12:3.
Artículos recientes
- Un bebé en mis brazos
- ¿Tiene la Navidad la influencia de tradiciones paganas?
- Encontrar la voluntad de Dios y tomar decisiones que Dios apruebe
- Recuperación por medio de la alabanza, 3ª parte
- Jesús, tu eterno amigo
- El sentido de los problemas
- Las buenas nuevas, un gran gozo para todo el mundo
- El oficial gentil
- Buenas nuevas para todos en todas partes
- Tesoros eternos