Hallar gozo en medio de las pruebas
Recopilación
Santiago 1:2-4 (NBLH) dice: «Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas (tentaciones), sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia (perseverancia), y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte». […] Muchos cristianos piensan que una vez que han tomado la decisión de aceptar a Cristo todo caerá en su sitio y la vida será color de rosa. Y cuando pruebas y tiempos difíciles les llegan, o continúan, empiezan a preguntarse: «¿Por qué?» Se preguntan cómo podrían soportar circunstancias terribles y tenerlo por gozo.
Pedro también aborda el tema del gozo a través de las pruebas. «Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en Él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación»[1].
En esos dos pasajes, vemos las instrucciones de lo que deberíamos hacer: «Tengan por sumo gozo» y «esto es para ustedes motivo de gran alegría». ¿Por qué? Porque las pruebas nos hacen más fuertes. El pasaje de Santiago dice claramente que la prueba de nuestra fe produce perseverancia. Y el pasaje de Pedro dice que se probará que nuestra fe —de valor incalculable— es verdadera y resultará en alabanza a Dios. ¿Pero cómo? ¿Cómo podemos hallar gozo en medio de toda la basura, dificultades y circunstancias dolorosas?
En primer lugar, necesitamos entender que la alegría que da el mundo no es la misma que da el Espíritu Santo. La alegría o felicidad mundana viene y va con la misma frecuencia que las olas golpean la costa. No es algo a lo que puedes aferrarte cuando has perdido a un ser querido o cuando enfrentas la quiebra. En cambio, la alegría o felicidad del Espíritu Santo puede quedarse contigo a largo plazo. […] Incluso en los días más oscuros, cuando la tristeza, el dolor y la pérdida puedan amenazar con abrumarte, el gozo de Dios está presente.
En segundo lugar, necesitamos entender que el gozo de Dios no se puede quitar. Ah, tal vez pienses que ya no está —que las manos de la desgracia te lo arrebataron —, pero no es así. Los creyentes tenemos la promesa de la presencia constante del Espíritu Santo. Se nos ha prometido Su gozo. Así como nuestra salvación está asegurada por medio del sacrificio de Jesús que hizo una sola vez por todos. Jesús dice en Juan 15:11 (NVI): «Les he dicho esto para que tengan Mi alegría y así su alegría sea completa». […]
En tercer lugar, necesitamos… aferrarnos al gozo de Dios. Al igual que la salvación, el gozo es gratuito y es el regalo perfecto de Dios, y debemos aceptar y tomar ese obsequio. Aferrarnos a él. Como a un salvavidas. Elige la alegría. En vez del resentimiento, la ira y la tristeza. Toma la decisión de elegir la alegría a diario. Pase lo que pase. […]
Aprecio mucho este tema porque es una enseñanza que a diario vuelvo a aprender. Mi hija sufre de un trastorno nervioso que es poco frecuente. Le hicieron una operación en el cerebro y enfrentamos obstáculos aparentemente infranqueables, montañas de gastos médicos, la quiebra y una ejecución hipotecaria. ¿Pero saben qué descubrí? El gozo de Dios de verdad está presente. Puedes considerar que cada prueba es gozo; puedes regocijarte en gran medida, con una alegría inefable y llena de gloria incluso cuando te parece que has caído de bruces en un charco lodoso. Puedes soportar cualquier circunstancia que ahora mismo te haga temblar de miedo. Si tienes la salvación por medio de la fe en Jesucristo, tienes todo lo que necesitas.
Aférrate al gozo de Dios. Tomado de gotquestions.org[2]
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Si tuviera que llorar diez mil lágrimas, querría que el gozo me acompañara al pasar por eso. El gozo no negaría la dificultad, pero elegiría reconocerla y enfrentarla sin importar lo que pase.
Defino el gozo como una gama de emociones, de acciones y respuestas que incluyen la alegría, el optimismo, la felicidad, el júbilo, el deleite, el baile, gritar, regocijarse, reírse, jugar, animarse, bendición y ser bendecidos, disfrutar y estar complacidos.
La Biblia insiste en que el gozo es más que una sensación; es una acción. No solo sentimos el gozo; lo personificamos por la manera en que reaccionamos a las circunstancias que tenemos ante nosotros.
¿Cuál es el origen de este gozo? Creo que, en esencia, el gozo procede de la sensación perdurable de que Dios tiene por nosotros un amor intenso.
El vehemente amor de Dios, de donde proviene el gozo, es fundamental para la fe. El amor de Dios nos cuida, nos protege, nos ayuda a crecer, nos fortalece, y nos impulsa a andar con mayor confianza y santidad. Ese no es un afecto pasivo, sino animado, una promesa apasionada para que lleguemos a la plenitud de Cristo. Cuando aceptamos ese amor y cultivamos una conciencia de él, nuestro corazón está lleno de gozo.
Esa conciencia refuerza nuestra determinación de que sin importar cuál sea la lucha, la enfrentamos confiados en que Dios está con nosotros y a favor de nosotros. Cuando devolvemos el golpe con gozo, ya no evaluamos el carácter de Dios según nuestras circunstancias, sino que evaluamos nuestras circunstancias según el carácter de Dios y el gran afecto que nos tiene.
La práctica de un gozo desafiante es la declaración de que la oscuridad no gana y no ganará. Cuando devolvemos el golpe con gozo, acogemos nuestra realidad, que es más real que aquello que soportamos; y despertamos a la realidad más profunda de nuestra identidad como hijos de Dios amados, jubilosos. […]
El gozo es un arma más dinámica y poderosa de lo que la mayoría nos damos cuenta. ¿La sensación perdurable de que Dios te ama intensamente? Esa clase de gozo te permite remontarte por encima de cualquier circunstancia. Margaret Feinberg[3]
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El gozo del Señor es un estado de ánimo y del corazón. Es producto de la gratitud que sientes al saber que te di vida eterna. Para recuperar Mi gozo mira más allá de todas tus otras preocupaciones, y date cuenta de que a pesar de todos tus desafíos ya obtuviste lo más valioso que puedes conseguir: la vida eterna.
Por el hecho de conocerme, independientemente de que se sea un jefe de estado o un indigente, tienes el gozo del Señor en el corazón. Eso lo puedes conservar te hagan lo que te hagan y sean cuales sean las circunstancias.
Para poder recuperar y conservar el gozo del Señor en el centro de tus pensamientos, ten presente que el tiempo en el que vives es algo muy breve y temporal que pasa[4]. En cambio, tu espíritu está salvo y vive para siempre.
Eso es el gozo del Señor: darte cuenta de que eres pecador pero te perdoné; tener presente que te amo incondicionalmente; que nunca te daré por imposible; que siempre que tiendas la mano hacia Mí la tomaré enseguida y te guiaré; que entrarás en gozo eterno y solaz celestial para siempre cuando esta vida termine. Jesús, hablando en profecía
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«Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios». Hebreos 12:2 (NVI)
Publicado en Áncora en agosto de 2019.
[1] 1 Pedro 1:6-9.
[2] https://www.gotquestions.org/joy-trials.html.
[3] Margaret Feinberg, Fight Back with Joy (Worthy Publishing, 2015).
[4] Mateo 24:35.
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