Grandes cosas
Palabras de Jesús
«Sí, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y eso nos llena de alegría». Salmo 126:3[1]
Yo he hecho grandes cosas por ti, así pues, permite que te llene de alegría. Dedica mucho tiempo a cavilar sobre todo lo que he hecho por ti. Regocíjate en Mi bondad y en Mi grandeza a medida que recuerdes Mis magníficas obras. Descansa en Mi presencia cercana; relájate en Mis brazos eternos. Anhelo llenarte de alegría, pero debes colaborar conmigo en este proceso.
No seas como un niño mimado en Navidad, que apresuradamente abre todos los regalos y luego dice: «¿Esto es todo?» ¡Cada día es un valioso regalo de Mi parte! Búscame en los límites de este día y sin duda me hallarás.
No solo estoy presente en las cosas agradables, sino también en las circunstancias no deseadas. Mi gozo es suficiente para todas las situaciones, y se adapta según tus necesidades. Cuando las cosas van como tú quieres, Mi alegría intensifica tu deleite. Cuando enfrentas dificultades, te doy un gozo profundo, audaz, que se aferra a Mí en busca de ayuda. Recibir Mi gozo no solo requiere tiempo, sino también valor[2].
Por qué vine al mundo
No vine a la Tierra para hacer una celebración ni para empezar uno de los días en que más compras se hacen en el año. ¿Qué podía desear Yo, que ya tenía el mundo entero en la palma de la mano? Te quería a ti —tu redención eterna y salvación—; y la única forma de conseguir eso para ti era al venir a la Tierra. Valió la pena, aunque me costó, pues tu futuro estaba en juego.
Me fascina observar cómo vives, aprendes y creces mediante las experiencias de tu vida. Me encanta estar a tu lado cuando te sientes triste y participar en todas las actividades que realizas diariamente. Me gusta verte disfrutar de la naturaleza y de la belleza que creé para que este mundo te resultara agradable a la vista. Me deleita estar en tus pensamientos.
Me siento feliz cuando llega la fecha de Mi cumpleaños y el mundo empieza a recordarme; y soy más feliz cuando se me recuerda durante todo el año.
Regálame tu gratitud
¿Qué puedes obsequiarme esta Navidad? Un regalo que en todo momento me fascina es un corazón lleno de gratitud. Me haces feliz cuando aprecias las bendiciones que te concedo, sean grandes o pequeñas. Piensa en cosas concretas que te proporcionan alegría y agradécemelas. Cuando ocurra algo que te guste o te haga sentir amor, dame las gracias.
Más hermoso aún es que encuentres motivos para expresarme tu gratitud cuando las circunstancias sean difíciles o penosas. Es fácil mostrarse agradecido cuando todo marcha bien; pero conservar esa actitud en medio de la adversidad evidencia más amor y confianza en que al final todo resultará bien. Eso es algo extraordinario, que Yo premio con bendiciones extraordinarias.
Por eso, manifiéstame tu gratitud en los momentos felices y en los tristes, entre sonrisas y entre lágrimas, en la salud y en la enfermedad, en el éxito y en el fracaso, en la abundancia y en la escasez. Dame las gracias porque sabes que todo está en Mis manos y Mi presencia te acompaña en todo lo que enfrentas, y haré que todo redunde en tu bien.
Amor por el recién nacido
¿Has vivido la experiencia de tener en brazos a tu hijo recién nacido? ¿De tocar su suave mejilla? ¿De sentir la impotencia de su llanto? ¿De mecerlo en tus brazos para aliviarlo y dormirlo?
Una vez que tomes a tu criatura en brazos, la envuelvas en amor y desvelos, la mires a los ojos y te des cuenta de que vale para ti más que nada en el mundo, te harás una idea del amor que te tengo.
Contemplo tu rostro con fascinación. Mi amor por ti es eterno. Quiero que seas parte de Mi reino para siempre. Quiero cuidarte y estar contigo en todas las experiencias de tu vida. Te protegeré y te guardaré en toda dificultad, problema o padecimiento que enfrentes. Me da gran alegría colmarte de Mi amor y bondad y llenar tu vida de bendiciones.
La próxima vez que tengas un niño en brazos y sientas su suave y cálido aliento en tu mejilla, piensa en el amor que te tengo.
Reflexiones navideñas
Si bien la Navidad celebra la «buena voluntad de Dios para con los hombres», también deseo que sea una temporada de buena voluntad del hombre para con el hombre. Tómense un momento para preguntarme qué me gustaría que hicieran por alguien, y recuerden la buena voluntad de Mi Padre compartiendo un poco de la propia.
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Los ángeles que cantaron alabanzas la noche que nací siguen haciéndolo hoy en día. El ruido y el ajetreo de la vida ahogan un poco sus voces, pero si se toman la molestia de prestar atención, las oirán. Acompáñenlos cantando y alabando a Mi Padre.
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Hagan que esta Navidad cobre verdadera importancia en el corazón y la vida de los demás. Es algo más que una fecha señalada; es una oportunidad única.
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Vine encarnado en un bebé; llegué a ser un niño, un adolescente y un hombre a fin de poder identificarme con todos y para que todos ustedes pudieran identificarse conmigo.
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Si no saben qué regalar para Navidad a «las personas que lo tienen todo», regálenmelas a Mí. Regálenles una Biblia, o un versículo, o el perdón o misericordia. Cualquier cosa que les recuerde el amor de Dios.
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No simplemente disfruten de la alegría navideña, sino del gozo inefable y lleno de gloria que proviene de apreciar sus muchas bendiciones.
Publicado en Áncora en diciembre de 2019.
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