Fe: La certeza y la convicción
Recopilación
El vocablo griego pistis que se emplea para referirse a la fe se deriva del verbo pisteuo que significa convencer presentando argumentos. Hebreos 11:1 explica que la fe «es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve» (NBD). En algunas traducciones ese versículo dice que la fe es la convicción con pruebas. La fe, entonces, es estar convencidos de que algo que no podemos ver (es decir, Dios, el Cielo, la resurrección, etc.) es real.
La palabra «fe» se malinterpreta muy a menudo, de modo que evito emplearla en la mayoría de las conversaciones. Empleo una palabra distinta en su lugar: confianza. Eso califica mejor el empleo que se hace de la fe en la Biblia, pero no tiene un bagaje engañoso. Entonces, la fe según la Biblia, no es ciega, sino que cumple la misma función de la confianza. No se confía ciegamente en las personas. Deben ganarse la confianza. Se confía en quienes se tiene una buena razón para confiar.
Además, la fe bíblica no es contraria a la razón. Es coherente con la razón. Se pone la confianza (fe) en lo que se tiene una buena razón para creer que es cierto. [Dios] de forma rutinaria recuerda a los israelitas la razón por la que pueden confiar en Él (poner su fe en Él). Dios los libró de la esclavitud. «Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo»[1]. Eso se repitió una y otra vez[2]. Por esa razón, los judíos pueden confiar —poner su fe— en Dios.
Jesús también procedió conforme a ese entendimiento de la fe. Juan escribió 21 capítulos acerca de Jesús en su Evangelio y gran parte de ellos registran obras sobrenaturales. ¿Por qué? Explica «éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en Su nombre tengan vida»[3]. En otras palabras, se puede confiar en Cristo porque Sus obras milagrosas son un testimonio de Sus afirmaciones y credibilidad. Alan Shelemon
*
Algunos creen que andar por fe significa andar sin nada. ¡La fe es algo! La fe es «la certeza de lo que se espera». Es conocer a Dios, que Él existe y que te cuidará si lo obedeces y haces Su voluntad. Tener fe verdadera es saber y así ocurre: ¡nunca falla! Dios sigue siendo Dios de los fieles y creyentes.
Con fe, creer es ver. Un granito de mostaza de fe puede mover montañas, mas ¿cuántas montañas dejan de moverse por falta de esa semillita de fe? Debemos estar dispuestos a obrar fiándonos de lo que Dios nos ha indicado, ¡o tal vez nunca suceda!
En el mundo el lema es: «¡Ver para creer! Si lo veo, me lo creeré». Pero ese no es el lema de Dios. El lema de la Palabra de Dios dice: «¡Creer equivale a ver!» Si tan solo creyeran y se fiaran de la Palabra de Dios y de Él, y lo obedecieran, Dios les daría soluciones. Con el tiempo se darán cuenta de qué es lo que tienen que hacer, adónde tienen que ir y cómo han de hacerlo. A mí me ha pasado eso muchas veces.
La gran fe opta por confiar en Dios a pesar de que existan otras posibilidades. «Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe y que recompensa a los que lo buscan»[4]. «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve». Es decir, ¡que en realidad ya se tiene lo que se pide!
Aceptar la fe por medio de Su Palabra es obra de la gracia de Dios. «No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia». […] «Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios»[5].
Dios sigue siendo Dios de los fieles y creyentes, y ha demostrado que se puede hacer aún, que todavía se puede creer y confiar en Él. ¡Que Dios nos bendiga con más fe! David Brandt Berg
La fe equivale a la confianza
En la cultura actual, la palabra «fe» viene con una carga excesiva. Para muchos, la fe es ciega, es un salto arbitrario en la oscuridad y no tiene nada que ver con la razón, con las pruebas ni con el conocimiento. Así pues, permítanme sugerir algo. En vez de eso, empleemos la palabra «confianza». La confianza comunica con exactitud la idea bíblica de la fe. Además, nos ayuda a reunir la verdadera fe con la razón, con las pruebas y con el conocimiento. ¿Por qué? Porque sabemos que la gente solo pone su confianza en lo que sabe que tiene una buena razón para creer que es cierto. Brett Kunkle
*
Entonces, ¿qué quiero decir cuando digo «la fe»? Hay dos formas de interpretar ese término. Por un lado, significa el contenido de la religión (cristiana). En ese sentido, «fe» se emplea para designar lo que se afirma que es verdad desde una cosmovisión cristiana. En ese sentido, podemos comparar los principios de la fe cristiana con, por ejemplo, los de la fe musulmana. Cuando hablamos de fe en ese sentido nos referimos a un conjunto de doctrinas. Decir que la fe es razonable en ese sentido es afirmar que esas doctrinas son racionales como para que alguien las siga.
Por otro lado, es posible que «la fe» se entienda como la acción de creer. Según Martín Lutero, el reformador protestante, la fe en ese sentido tiene tres componentes. Primero, hay notitia, o conocimiento. Es decir, uno debe entender la verdad que se afirma. Segundo, hay assensus o asentimiento. Uno debe aceptar intelectualmente que esa afirmación es, de hecho, cierta. Uno no solo la entiende; se asiente o se está de acuerdo con ella. Finalmente, hay fiducia, o confianza. La fe salvífica conlleva no solo una afirmación intelectual de algunas doctrinas sino que es un compromiso sin reservas o confianza en Dios, de quien se hacen las afirmaciones. Decir que la fe cristiana es razonable en ese sentido es decir que creer en el Dios de la Biblia es algo racional que puede hacer una persona. Dar el paso de fe es un paso racional de una persona inteligente e informada. William Lane Craig
*
Los cristianos en todas las disciplinas de investigación y descubrimiento han empleado su capacidad de raciocinio para investigar las pruebas. Los cristianos no son irracionales y la fe cristiana no es ciega. La gran historia intelectual del cristianismo nos pide a cada uno de nosotros que tengamos una fe razonable, que examina, probatoria, que expone los argumentos. Esa clase de fe honra a Dios y resiste la crítica de los escépticos y las dudas personales. J. Warner Wallace
Publicado en Áncora en junio de 2015.
[1] Éxodo 20:2 NVI.
[2] Éxodo 13:3, 13:14, 33:1; Levítico 25:38; Deuteronomio 5:6, 6:12, etc.
[3] Juan 20:31 NVI.
[4] Hebreos 11:6 RV 1995.
[5] Tito 3:5; Efesios 2:8-9.
Artículos recientes
- Vencer el temor con fe
- La descuidada virtud de la gratitud
- La fe y los desafíos
- Un puesto en la mesa del Padre
- La asombrosa gracia de Dios
- Cómo enfrentar y superar la adversidad
- Obras en curso
- Respuesta cristiana en un mundo polarizado
- La viuda de Sarepta: Un relato de esperanza
- Superar el temor y la preocupación