Estar contento en la abundancia y la escasez
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[Being Content Whether Abasing or Abounding]
El apóstol Pablo fue un hombre que sufrió y renunció a las comodidades de la vida más de lo que la mayoría alcanza a imaginar (2 Corintios 11:23-28). Sin embargo, conocía el secreto del contentamiento: «Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:12-13). El autor de la epístola de Hebreos continúa: «Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque Él dijo: No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13:5-6). […]
«Contentos con lo que tenéis ahora» significa que los creyentes deberíamos depositar nuestra seguridad y confianza en Dios, sabiendo que Él es el Dador de todo lo bueno (Santiago 1:17) y que se vale incluso de los momentos difíciles para demostrar que nuestra fe es genuina «siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro» (1 Pedro 1:7). Tenemos la certeza de que Dios hará que todas las cosas ayuden a bien a quienes le aman (Romanos 8:28). GotQuestions.org[1]
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La provisión divina de la gracia futura que se renueva todos los días permitió a Pablo quedar saciado o pasar hambre, prosperar o sufrir, tener de sobra o padecer escasez.
«Todo lo puedo» de verdad significa «todo», no solamente lo más fácil. Eso de «todo lo puedo» significa: «En Cristo puedo tener hambre, sufrimiento y necesidad». Eso pone la fascinante promesa de Filipenses 4:19 en su debida dimensión: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús».
¿Qué significa «todo lo que os falta» bajo la perspectiva de Filipenses 4:11-12? Significa: todo lo que necesites para el contentamiento que glorifique a Dios. Ello puede incluir momentos de hambre y necesidad. El amor de Pablo hacia los filipenses nacía de su contentamiento en Dios, y su contentamiento de la fe en la gracia futura de la infalible provisión celestial para ser todo lo que él necesitara en momentos de abundancia y de necesidad. John Piper[2]
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El apóstol Pablo continuó su expresión de agradecimiento a los creyentes en Filipo recordándoles que no decía esas palabras porque necesitara más de ellos (Filipenses 4:11). Quería demostrarles que su posición era de humildad y contentamiento. Pablo podía existir con o sin la satisfacción de sus necesidades terrenales, más allá de lo imprescindible (Filipenses 4:12).
Además de vivir en humildad, Pablo se enfocó en el concepto del contentamiento, sin importar cuáles fueran sus circunstancias. El contentamiento no es una respuesta automática ni una actitud que nace de manera natural. Es una habilidad adquirida. La variedad de experiencias en el ministerio de Pablo le había ofrecido momentos de abundancia y de necesidad. Esto le permitió a Pablo aprender a encontrar alegría sin importar las circunstancias.
Sabemos que escribía desde una prisión romana, así que estaba en un momento de gran necesidad. Pese a ello, Pablo expresó alegría y contentamiento. Es importante recordar que estuvo bastante tiempo tras las rejas. Estuvo en prisión durante dos años en Roma, además de muchos otros años en Palestina. El contentamiento fue esencial para Pablo en la búsqueda de alegría pese a las circunstancias. BibleRef.com[3]
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Resulta fácil afirmar que se confía en Dios cuando todo sale bien. Pero el mejor indicador de la confianza que se tiene en Dios es la forma de responder a las dificultades en la vida, en especial cuando no se pueden solucionar situaciones difíciles por cuenta propia.
Las Escrituras nos invitan a confiar en Dios tanto en los altos y como en los bajos de la vida. Pablo se refiere a ello como contentamiento. Mientras investigaba lo que significa contentarse, volví a leer Filipenses 4:11-12: «No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad». […]
La verdad es que el contentamiento no es una reacción natural. Pablo tuvo que aprender esa habilidad. En otras palabras, el contentamiento es una virtud que debemos desarrollar. Es una disciplina que todos deberíamos esforzarnos por perfeccionar. Trevor Badorrek[4]
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En Filipenses 4, Pablo nos dice que descubrió el secreto del contentamiento, y no es lo que yo imaginaba. El secreto no consiste en ocultar lo que se necesita y desea. El contentamiento no es algo que él simulaba tener. Tampoco estaba contento porque sus circunstancias fueran estupendas. No, el contentamiento que encontró fue en Cristo, y no en sus propias fuerzas.
El contentamiento significa vivir en la plenitud de Dios. El contentamiento es posible porque no depende de nuestras circunstancias. Eso no quiere decir que no tendremos deseos propios. Podemos estar contentos en Cristo y aun así desear que las cosas sean diferentes.
Si eres como yo y te cuesta entenderlo, la Biblia nos ofrece métodos prácticos de sentir contentamiento y estar satisfechos pese a nuestras carencias. Podemos:
Fijar nuestros pensamientos en cosas piadosas (Filipenses 4:8).
Recordar lo que Dios ya ha hecho (Salmo 103:1-2).
Hablar con Dios, pedirle lo que queremos y buscar Su voluntad en oración (Mateo 7:7-12). […]
Mientras tengamos vida, esperaremos que Jesús vuelva para hacer nuevas todas las cosas. Nuestro anhelo de algo más no va a desaparecer. Pero podemos confiar en que el Espíritu Santo nos ayudará a estar satisfechos sin importar las circunstancias. […]
Podría decirse que el contentamiento es ser honestos sobre lo que anhelamos y queremos, pero confiando en que Dios no nos está privando de lo mejor. Él nos da las fuerzas para vivir con plenitud y alegría sin importar las circunstancias, porque nos ha dado a Cristo. Meghan Ryan[5]
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Durante tu vida te encontrarás en dos estados especiales: la abundancia y la necesidad. Pablo escribió sobre la abundancia y la necesidad en Filipenses 4:12: «Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez».
Ambas experiencias —en la que se tiene abundancia y en la que se tiene necesidad— son necesarias en diferentes momentos de la vida. Ambas enseñan cosas importantes de la vida mientras las experimentas. ¿Y sabes algo? Puedes gozar de felicidad en cualquiera de las dos, siempre y cuando tu fe se base en Mí y en Mi Palabra, y no gire en torno a las circunstancias que te rodean.
Sin importar en qué situación te encuentres, cuáles sean las condiciones, lo que tengas o lo que no tengas —pase lo que pase—, puedes gozar de paz en tu mente y corazón. Puedes contar con Mi gozo que será tu fortaleza. Sea cual sea la situación en la que te encuentres, siempre estarás conmigo, o mejor dicho, Yo estaré contigo. Y si Yo estoy a tu lado, al final no te faltará de nada, Mi gozo incluido.
Sé que puede ser más difícil tener necesidades que disfrutar de abundancia. Pero en esos momentos de penurias, cuando sientes que estás en terreno inestable, puedes aprender a cimentar tu fe más firmemente en Mí. Aprende a aferrarte más a Mí, a acudir a Mí. Tu fe es puesta a prueba y se fortalece en esas situaciones.
Si te encuentras en un lugar de necesidad en algún aspecto de tu vida, puedes animarte pensando que estoy contigo en todos los lugares en los que te encuentres. A medida que escojas acercarte a Mí sin importar las circunstancias a las que te enfrentes, te abrirás a sentir Mi felicidad. Jesús
Publicado en Áncora en agosto de 2024. Leído por Gabriel García Valdivieso.
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