Esperanza para el año nuevo
Recopilación
[Hope for the New Year]
Se terminaron los fuegos artificiales. Bajaron los globos. El año terminó oficialmente. Sin embargo, todavía no termina la celebración. Después de que poco a poco terminan los festejos de Nochevieja, hay otra fiesta para celebrar: el primer día del año nuevo. Es el principio de un nuevo año. Es una fiesta de esperanza con miras al futuro. No importa lo que pasó durante el último año, el día anterior, ni siquiera hace una hora. El amanecer [de un nuevo año] marca el comienzo de una sensación de esperanza en nuestro interior, en el que hacemos borrón y cuenta nueva y podemos empezar de nuevo.
Sin embargo, ¿en qué ponemos nuestra esperanza este año? ¿Confiamos en que nuestros buenos propósitos de año nuevo nos traigan alegría? ¿La expectativa de un nuevo empleo, una nueva relación, o una nueva temporada de la vida es lo que nos infunde esperanza? Aunque tener propósitos y nuevas oportunidades nos causa alegría, estos no están garantizados ni serán para siempre. […]
Nuestra esperanza no puede basarse en nuestras circunstancias porque es un terreno inestable. En cambio, podemos poner nuestra esperanza en la sólida roca de Jesús.
Jesús explicó la seguridad de nuestra esperanza en Él por medio de una parábola: «Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca» (Mateo 7:24,25). Jesús compara nuestra vida en Él a una casa construida sobre una roca. Incluso cuando grandes tormentas atacaron la casa con viento y lluvia, la casa permaneció intacta. Debido a que los cimientos de la casa eran firmes, la casa nunca caería.
De la misma manera, Jesús nos dice que nuestra esperanza en Él es tan segura como una casa construida sobre roca sólida. Independientemente de las circunstancias difíciles que enfrentemos, los que han sido salvados por medio de la fe en Cristo nunca se derrumbarán. Incluso si surgen circunstancias difíciles, sabemos que nuestra salvación está segura en Él y nuestro futuro con Él está garantizado. Por lo tanto, estaremos seguros por la esperanza que tenemos en Él. […]
Los que estamos en Cristo tenemos esperanza porque ya estamos salvados por Su obra en la cruz y estamos siendo transformados por Su Espíritu que habita en nosotros día a día. Y tenemos esperanza en que Él volverá un día para librar al mundo de todo pecado y muerte para siempre. Incluso si tropezamos al tratar de cumplir nuestros propósitos o fracasan nuestros planes para el año, tenemos confianza en que Cristo siempre estará dentro de nosotros hasta el día en que Él regrese y podamos vivir con Él eternamente (Apocalipsis 21:22–25). The Daily Grace Co.1
Un año nuevo lleno de esperanza
Otro año ha llegado a su término, dejando marcas imborrables en nuestra vida. Al reflexionar en lo ocurrido este año, los creyentes podemos ver un sinfín de cosas para agradecer a Dios, aunque muchos aspectos quedan donde debemos decir como Pablo: «No quiero decir que ya lo haya alcanzado ni que haya llegado a la perfección, sino que prosigo» (Filipenses 3:12).
Si hemos continuado en la fe del evangelio, vayamos al año nuevo como una nueva persona, habiendo experimentado la promesa de Dios de transformarnos por la renovación de nuestro entendimiento (Romanos 12:1,2). Aunque nuestro hombre exterior perece, el hombre interior se renueva día a día. Por lo tanto, no tenemos motivo para desanimarnos, sino que avanzamos con arrojo por el camino de la vida, teniendo nuestra confianza en Dios, que obra en nosotros el querer y el hacer por Su buena voluntad.
Asimismo, Pablo escribe que el que ha comenzado esta buena obra en nosotros la terminará hasta el día de Jesucristo (Filipenses 1:6). […] Para ese fin, Dios hace que todo ayude para nuestro bien, para que podamos ser hechos conforme a la imagen de Su hijo (Romanos 8:28,29).
Nuestra tarea es permanecer en la mente de Cristo, que se humilló a Sí mismo y se hizo obediente hasta el punto de la muerte, incluso la muerte en la cruz. «Porque si nos hemos unido a Cristo en Su muerte, así también nos uniremos a Él en Su resurrección» (Romanos 6:5).
«El que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí Yo hago nuevas todas las cosas”» (Apocalipsis 21:5). Es una magnífica esperanza para tenerla en nuestro corazón en el año nuevo. Gary Fenn2
Fuerza y valor para el año nuevo
En la que resultó ser su última alocución —pronunciada en Memphis, EE.UU., en abril de 1968, el día antes de su asesinato—, Martin Luther King se planteó qué le respondería él a Dios si éste le preguntara en qué época le gustaría vivir. El activista de los derechos civiles hizo un repaso de la historia de la humanidad, comenzando por los israelitas cuando fueron liberados de la esclavitud por Moisés, pasando por Grecia y Roma, el Renacimiento, la Reforma y la Proclamación de Emancipación, hasta llegar a los tiempos tan turbulentos en que él vivió, con su país inflamado por el odio, la injusticia y el miedo. Su respuesta fue:
«Curiosamente, me volvería hacia el Todopoderoso y le diría: “Si me permites vivir unos pocos años en la segunda mitad del siglo XX, seré feliz”.
»Ahora bien, esa declaración es un tanto extraña, porque el mundo está hecho un embrollo. La nación está enferma; la tierra, trastornada; reina la confusión. […] Pero sé, de alguna manera, que solo cuando hay mucha oscuridad se alcanzan a ver las estrellas. Y veo a Dios obrando en este período. […] Se nos vienen días difíciles. A mí, sin embargo, eso ahora no me importa, porque he estado en la cima de la montaña. […] He visto la tierra prometida. […] Quiero que sepan esta noche que nosotros, como pueblo, llegaremos a la tierra prometida»3.
Martin Luther King estaba seguro de que, fueran cuales fueran las circunstancias, las dificultades, los reveses, su dolor y su angustia, Dios era dueño de la situación. Su optimismo no se debía únicamente a su convicción de que su causa era justa y se impondría, sino, sobre todo, a la certeza de que Dios era justo y se impondría.
Así también sucede con nuestra vida: pase lo que pase este año, podemos aferrarnos a ese mismo convencimiento. «Sean fuertes y valientes. […] Pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará» (Deuteronomio 31:6). ¡Que Dios te conceda un estupendo año nuevo bañado en Su amor y Su bondad! Ronan Keane
Una oración para mantener a Dios en primer lugar en este año nuevo
Querido Dios: Gracias por hacer todas las cosas nuevas. Te doy gracias por todo lo que permitiste llegar a nuestra vida este último año, por las cosas buenas y las difíciles, lo que nos recuerda cuánto te necesitamos a Ti y depender de Tu presencia que nos llena cada día.
Oramos que Tu Espíritu nos guíe a cada paso de este año nuevo. Te pedimos que guíes nuestras decisiones y que dirijas nuestro corazón de modo que te desee por encima de todo lo demás. Te pedimos que abras las puertas que necesiten estar abiertas y que cierres las que deban estar bien cerradas. Te pedimos que nos ayudes a soltar las cosas a las que dijiste «no», «todavía no» o «espera». Te pedimos que nos ayudes a buscarte a Ti primero, por encima de todo sueño y deseo que hayas puesto en nuestro corazón.
Te pedimos que nos des Tu sabiduría, que Tus fuerzas y poder estén constantemente presentes en nuestro interior. Oramos que nos hagas fuertes y valientes para el camino que tenemos por delante. Danos más habilidad de la que nos sentimos capaces de tener, que Tus dones fluyan libremente por medio de nosotros, de modo que nuestra vida te honre, y que otros sean atraídos hacia Ti. […]
Te pedimos que proveas lo que necesitamos, te pedimos Tu gracia y favor. […] Ayúdanos a ser conocidos como los muy dadivosos. Ayúdanos a ser generosos y amables. Ayúdanos a prestar atención a las necesidades de otros y no ser consumidos solo por las nuestras. Que seamos amantes de la verdad, que los frutos de Tu Espíritu sean evidentes en nuestra vida: Tu amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, dulzura y dominio propio.
Coloca Tu luz en nosotros, a través de nosotros, sobre nosotros. Que dejemos huella en este mundo, para Tu gloria y propósitos. Pon Tu camino delante de nosotros. Que todos Tus planes tengan éxito. Que reflejemos Tu paz y esperanza a un mundo que necesita con afán Tu presencia y curación. Para ti sea la gloria y el honor, en este año nuevo y eternamente. En el nombre de Jesús, amén. Debbie McDaniel4
Publicado en Áncora en diciembre de 2024.
3 Ver https://oratoriaparacristianos.wordpress.com/2013/08/24/martin-luther-king-ultimo-discurso-he-estado-en-la-cima-de-la-montana/
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