Es Navidad
La Navidad y la madre Teresa
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Es Navidad cada vez
que sonríes a tu hermano
y le ofreces una mano.
Es Navidad cada vez
que guardas silencio
para escuchar y mostrar aprecio.
Es Navidad cada vez
que no aceptas los principios
que destierran a los oprimidos
a los márgenes de la sociedad.
Es Navidad cada vez
que esperas con los que desesperan
en la pobreza física y espiritual.
Es Navidad cada vez
que reconoces con humildad
tus límites y tu debilidad.
Es Navidad cada vez
que dejas que renazca el Señor,
para dárselo a los demás.
*
En Navidad, Cristo vuelve a nosotros como un niño pequeño, indefenso, con gran necesidad de todo lo que el amor puede dar. ¿Estamos listos para recibirlo? Antes de que Jesús naciera, Sus padres pidieron una sencilla morada, pero no encontraron ninguna. Si María y José buscaran un hogar para Jesús, ¿elegirían tu casa y todo lo que tiene?
Actualmente hay muchos problemas en el mundo, y creo que en gran medida empieza en casa. El mundo sufre porque no hay paz en la familia.
Hay tantos hogares deshechos. Debemos hacer que nuestros centros para niños sean lugares de compasión y perdón, y así llevar paz.
Haz de tu casa, tu familia, otro Nazaret, donde reine el amor, la paz, la alegría y la unidad, pues el amor empieza en el hogar. Debes empezar ahí y hacer que tu hogar sea un centro de amor. Debes ser la esperanza de eterna felicidad para tu esposa, tu esposo, tu hijo, tu abuelo, tu abuela, para toda persona relacionada contigo.
El hogar es donde se encuentra la madre. Una vez, encontré un niño en la calle. Lo llevé a nuestro hogar para niños, le di un baño y ropa limpia, pero el niño se escapó. Otra persona lo volvió a encontrar, y el niño escapó por segunda vez. Al encontrarlo nuevamente, le dije a las hermanas: «Sigan al niño para ver a dónde va cuando se escapa».
Cuando el niño se escapó por tercera vez, ellas lo siguieron. Bajo un árbol, estaba la madre del niño. Cuando la encontraron, había colocado una pequeña vasija de barro pequeña sobre unas piedras y cocinaba algo que había encontrado. Una de las hermanas preguntó al niño: «¿Por qué escapaste del hogar?» Y el niño respondió: «Es que este es mi hogar, porque aquí está mi madre».
Aquel era su hogar. La comida le parecía bien porque la madre la había cocinado. La madre abrazaba al niño, la madre quería al niño, y el niño tenía a su madre. Y entre esposa y esposo es lo mismo. […]
Oremos para recibir a Jesús en Navidad, no en el frío pesebre de nuestro corazón, sino en un corazón lleno de amor y humanidad, un corazón con afecto hacia el prójimo.
*
El período de Adviento es como la primavera en la naturaleza, cuando todo se renueva, y es fresco y saludable. El Adviento nos renueva, nos hace saludables para recibir a Cristo de la manera que Él venga a nosotros. En Navidad, Jesús viene como un niño pequeño, indefenso, que necesita a su madre y todo lo que el amor de una madre puede dar. La humildad de Su madre le permitió servir. Si de verdad queremos que Dios nos llene, por medio de la humildad debemos vaciarnos de todo el egoísmo que haya en nuestro interior.
La Navidad de la Madre Teresa, Renzo Allegri
La Navidad estaba en el centro de la espiritualidad de la madre Teresa. La Navidad es el acontecimiento que le ha dado sentido a la historia del universo. Nos recuerda el nacimiento de Cristo, quien se convirtió en un ser humano como uno de los miles de millones que han poblado la Tierra, o que la poblarán. Esa decisión la tomó por amor, para redimir a la humanidad, para reparar el daño causado por la desobediencia de Adán en el huerto del Edén al principio de los tiempos.
La madre Teresa vio el estado de toda la humanidad en un niño frágil, indefenso, que nació en un establo en Belén; también vio el niño Jesús en todos los seres humanos. En particular, lo vio entre los más pobres de todos, porque los que sufren más y no tienen nada son más como el niño que nació en Belén. Vio a Jesús en los niños abandonados, pues esas criaturas inocentes representaban con mayor claridad las circunstancias en las que se encontraba el Niño Jesús.
He pasado muchas navidades con la madre Teresa. Sin embargo, recuerdo una en particular. Me encontraba en Calcuta, India. La madre Teresa me invitó a cenar el 24 de diciembre, en Nochebuena, para celebrar con ella y las otras monjas. Era una comida exigua, como acostumbran las Misioneras de la Caridad, pero abundante en alegría, afecto y fraternidad. El ambiente era tan cordial que casi nos olvidamos de comer.
En cierto momento, tocaron a la puerta. Una monja fue a ver y volvió con una canasta cubierta con un paño. Dijo: «Una señora me entregó esto y luego se fue con rapidez. Probablemente es una benefactora que quería donarnos alimentos para la Navidad».
La madre Teresa quitó el paño y sus ojos se iluminaron. Dijo con una bella sonrisa: «Jesús ha llegado». Las otras monjas se apresuraron a ver. En la canasta había un bebé dormido. Era un bebé abandonado de apenas unos días de nacido; tal vez la señora que lo trajo era su madre, que no lo podía cuidar y lo entregó a las monjas para que se encargaran de él. En Calcuta eso era algo que ocurría con frecuencia. Las monjas gritaron de alegría y sostuvieron la canasta, conmovidas al ver al bebé dormido. Sus gritos despertaron al bebé, y comenzó a llorar. La madre Teresa lo levantó, sonrió y, al mismo tiempo con lágrimas en los ojos, dijo: «Miren, ya podemos decir que nuestra Navidad es completa. El niño Jesús vino a nosotros. Debemos dar gracias a Dios por este estupendo regalo». Una gran emoción emanaba de ella, una fuerza protectora que era su gran amor. Renzo Allegri, basándose en una cita de Monseñor Hnilica[1]
Publicado en Áncora en diciembre de 2021. Leído por Gabriel García Valdivieso.
[1] https://www.messengersaintanthony.com/content/mother-teresas-christmas
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