Encontrar Su Presencia en épocas de soledad
Palabras de Jesus
«El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; Él rescata a los de espíritu destrozado. La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el Señor llega al rescate en cada ocasión». Salmo 34:18-19[1]
Tu soledad te ha acercado a Mi corazón. Así como el pastor debe sostener en sus brazos al corderillo que tiene una pata quebrada, te llevo Yo en Mis brazos junto a Mi corazón. No temas, pues, la soledad; más bien, busca Mi rostro en esos momentos. Cuando estás acurrucada junto a Mí y dejas que te lleve en los brazos, tu espíritu participa del Mío. Si tu corazón late junto al Mío, te fortaleces con Mi amor. Se te contagia Mi Espíritu y te fortaleces con Mi fuerza.
Esta temporada no durará para siempre. Aprovecha este tiempo para acercarte a Mí, para hallar satisfacción en Mí, confiar en Mí, apoyarte en Mí, sincerarte conmigo. Crea un espacio en tu corazón que Yo pueda llenar hasta rebosar. Deja que Mi Espíritu te llene y haga resplandecer tu rostro.
Aprovecha este tiempo para acercarte más que nunca a Mí. Pasa tiempo en silencio y en calma empapándote de Mi Palabra y deja que Mi Palabra te llene, te fortalezca y bendiga. Pasa tiempo en Mi presencia. Ven a Mí y báñate en Mi luz. Chapotea en la ducha de Mi amor que te daré en abundancia. Bebe a grandes sorbos del agua viviente de Mi Palabra y Mi Espíritu, pues he prometido que renovaré tu alma[2].
Llena tu vacío con Mi presencia[3]
Cuando el patriarca Jacob estaba en un lugar yermo —lejos de su familia— era muy consciente de su aislamiento. Sin embargo, le di Mi presencia, en forma de un sueño glorioso. Cuando Jacob despertó, respondió: «Ciertamente el Señor está en este lugar, y yo ni me di cuenta»[4].
Es posible sentirse aislado incluso cuando estás con otras personas, debido a la privacidad de tus pensamientos y necesidades que no has expresado. Lo único que puede llenar adecuadamente los vacíos de aislamiento es el conocimiento de que siempre estoy presente. No solo estoy constantemente contigo, sino también dentro de ti en los espacios más recónditos de tu corazón y de tu mente. Mi conocimiento de ti es una imagen perfecta, y está enmarcada en el amor incondicional.
Deja que la sensación de soledad te recuerde que necesitas buscar Mi rostro. Ven a Mí con tu vacío que es tan humano, ¡y Mi Presencia divina te llenará de Vida al máximo![5]
Varón de dolores, experimentado en sufrimiento[6]
Sé lo que es el dolor. Sé lo que es sufrir, sentirse rechazado, que quienes te rodean te den la espalda. Sé lo que es tener el corazón quebrantado. Yo morí de pena; pena por los perdidos, por los pobres, por los pecados del mundo. Morí por ti. Morí para tomar tu dolor, tu castigo, tus tristezas sobre Mí; para que tú ya no tuvieras que cargar más esos pesos, esas cargas, en tus frágiles hombros.
Al morir por ti, hice nacer la vida eterna conmigo. No terminé con todos los momentos de angustia ni el sufrimiento, con los pesares, pero creé una salida. Extendí una invitación a asir Mi fuerte mano y dejar que te levante cuando te sientas sin fuerzas para volverte a poner en pie.
Aunque la vida terrenal sea una vida de quebrantamiento, en Mi reino habrá gozo eterno, dicha eterna de saber que estoy siempre presente. Y en esta vida terrenal, por muy difíciles que sean las circunstancias, siempre levantaré a los abatidos, aliviaré las heridas, consolaré los corazones quebrantados y devolveré la esperanza.
Soy el sanador de corazones quebrantados, el aliviador de dolores, el que se compadece de los que están solos, y deseo estar presente en tu corazón y en tu vida sin reservas y para siempre. Mi gozo, Mi paz y Mis bendiciones son tan reales como la soledad o desesperación, y puedes optar por vivir en la realidad eterna del Espíritu.
No siempre altero las circunstancias. A veces permito que las circunstancias transformen a las personas que se encuentran en esas situaciones. Puedes vencer, sea cual sea tu situación; puedes sobreponerte a las situaciones y circunstancias y confiar en ver el lado bueno aun de las circunstancias más difíciles.
Permíteme ser tu primer amor[7]
Comprendo tu soledad, y no me pasa inadvertida ninguna de tus lágrimas. En ningún momento he cerrado los ojos para no verte. Mi amor por ti es inagotable, inmutable, firme. Veo tu corazón, que anhelas compañía para llenar los espacios vacíos de tu corazón. Anhelas una mano que te sostenga y te levante cuando estés abatida.
Incluso si te encuentras en las profundidades de la soledad, puedo llenar tu corazón y tu vida con Mi paz que sobrepasa tu entendimiento; puedo darte alegría inefable y esperanza eterna.
Comprendo tus contrariedades, anhelos y clamores. Deseas sentirte realizado, amado incondicionalmente y sin reservas por ser quien eres. Quieres tener a alguien a quien comunicar cada uno de tus pensamientos, deseos y desengaños, alguien que te comprenda y que a pesar de todo te ame. Quieres alguien a quien puedas abrir tu corazón y que te facilite la solución. Alguien que te diga: «No te preocupes. Pase lo que pase, estoy a tu lado hasta el final».
Sé cómo se siente. Yo descendí a la Tierra, adopté la forma de hombre y también conocí por experiencia lo que es la soledad. Comprendo esos sentimientos. Y como los comprendo y conozco el dolor, el vacío y el hueco que se siente en el corazón y el sufrimiento que produce, ansío llenarlos. Anhelo quitarte ese sentimiento y reemplazarlo por amor y realización, por dicha del Espíritu. Permíteme ser tu primer amor, así como tú eres Mi dulce amor por el que di la vida.
Da y se te dará[8]
Conozco cada una de tus necesidades y las satisfaré, aunque no siempre de la manera en que esperas. Yo sé mejor lo que conviene, pues veo el panorama general y la gran diversidad de aspectos y facetas que presenta la situación, mientras que tú no puedes. Conozco el futuro. Confíame, pues, amor Mío, aquello que necesitas y lo que deseas, que Yo sé lo que te conviene.
Da y se te dará; sea ese tu lema y tu motivación. Esfuérzate por comunicar Mi benevolencia a los demás. Busca corazones solos, almas necesitadas, personas que tengan tanta necesidad como tú. Si procuras entregarte, ofrecer amistad y amor a los demás y confiar en que Yo proveeré para tus necesidades, derramaré sobre ti en abundancia. Da a los demás sin pensar en ti mismo y en tus necesidades, y Yo seré quien cuide de ti y tus necesidades, y te bendeciré y proveeré para ti.
Pon todo ello —tus necesidades y deseos— en Mis manos, y déjalo en ellas. Esfuérzate por amarme de todo corazón, y da generosamente de lo que has recibido de Mí. Da y derrama y te será dado. Busca a quienes se sienten solos, a los necesitados, y te bendeciré, te llenaré de Mi amor y satisfaré cada una de tus necesidades.
Soy un Esposo que vela por Su esposa, así como el mejor sustentador, y sin falta proveeré para ti y velaré por ti.
Artículo publicado por primera vez en agosto de 1998, a menos que se indique lo contrario en los párrafos correspondientes. Texto adaptado y publicado de nuevo en octubre de 2017.
[1] NTV.
[2] Salmo 23:3.
[3] Isaías 61:3.
[4] Génesis 28:16 (NVI).
[5] Sarah Young, Dear Jesus (Thomas Nelson, 2007).
[6] Isaías 53:3 (RVR 1995).
[7] Mateo 6:33.
[8] Lucas 6:38.
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