Encontrar gracia en un mundo carente de ella
Recopilación
No soy perfecto y he errado en numerosas ocasiones. A todos nos pasa. Eso es lo asombroso de la gracia de Dios. Tim Tebow
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De pronto caí en cuenta de que la imagen de Dios con la que me había criado era por decir lo menos incompleta. Conocí a un Dios que a los ojos del salmista es: «Clemente y compasivo, lento para la ira, y grande en amor y verdad»[1].
La gracia se les concede gratuitamente a las personas que no la merecen, como yo. Evoco a la persona que fui: Alguien resentido y furioso. Un endurecido eslabón de una larga cadena carente de gracia producto de la familia y la iglesia. Ahora proclamo la gracia a mi manera. Si de algo estoy seguro es de que la más leve manifestación de sanidad, perdón o bondad que jamás haya experimentado se debe exclusivamente a la gracia de Dios. Philip Yancey
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La fe cristiana no se mide conforme al desempeño. Se basa en la ternura incesante y el amor de Dios. Jesús en las parábolas nos comparó con el hijo pródigo, la perla de gran precio y el tesoro en el campo. Además ordenó a sus seguidores que lo llamaran abba o sea nuestro papi.
El cristianismo no es ante todo un código de moral o ética ni una filosofía de vida. Es un romance. Jesús nos conduce al padre y ambos vierten sobre nosotros el Espíritu Santo. No para convertirnos en personas más amables y éticas, sino en creaciones totalmente nuevas, profetas, amantes, antorchas humanas que resplandecen con el ardiente Espíritu del Dios viviente.
El remordimiento y la pesadumbre bloquean nuestra conexión con Dios. La clave es permitir que se nos ame en medio de nuestro quebranto. Consiste en centrar nuestra vida interior en una única verdad: la asombrosa y sorprendente realidad de que Dios nos ama incondicionalmente por lo que somos y no por lo que deberíamos ser, puesto que nadie es como debería ser. Brennan Manning
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El significado de la vida. Los años perdidos. Las decisiones equivocadas. Dios arregla el desorden de la vida con una palabra: gracia. Max Lucado
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Según la ley, se nos juzga por nuestros pecados y somos condenados a sufrir y morir. Jesús vino a salvarnos por amor, mediante Su gracia, por Su misericordia, y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nuestros pecados, con lo cual cumplió la ley. Y Jesús dijo que toda la ley y los profetas dependen del amor a Dios y al prójimo.
Sin embargo, cuando la gente no está dispuesta a aceptar la libertad que da el Espíritu de Dios y la salvación por gracia, suele regresar al legalismo y a la ley para respaldar su opinión. Al hacerlo, rechaza también la libertad de la gracia y la liberación que nos ha dado el Señor.
Tienes que aceptar totalmente la salvación por gracia, o tienes que poner todo tu empeño en tratar de ganarte la salvación por obras y guardando la ley, pues si dejas de cumplir la ley aunque sea en un solo aspecto, serás responsable de no guardar toda la ley[2].
«¡Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres!»[3] David Brandt Berg
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Cuando una persona labora durante ocho horas y recibe a cambio el pago justo que le corresponde, eso es un salario. Cuando alguien compite contra un adversario y recibe un trofeo por su desempeño, eso es un premio. Cuando alguien recibe el reconocimiento por una vida de servicio o por grandes logros, eso es una recompensa. No obstante, cuando una persona es incapaz de ganarse su salario, no obtiene el premio y no merece recompensa alguna, y aun así la recibe, ello es una buena ilustración del inmerecido favor de Dios. En eso consiste la gracia de Dios. G. W. Knight
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Me dirijo a todo aquel que se considere el peor pecador del mundo: Clame a Dios y búsquelo mientras pueda ser hallado. El trono de gracia está a su alcance. Acuda al Salvador con fe sencilla puesto que Él es el trono de gracia. Charles Spurgeon
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Observar a los trapecistas es fascinante. Admiramos su destreza y cadencia. Los riesgos que asumen nos dejan sin aliento. Casi siempre colocan una red debajo de ellos. Cuando caen, rebotan y dan saltos hasta regresar al trapecio.
Vivir por Cristo es como estar sobre un trapecio. Cuando el mundo nos observa debería poder decir: «Miren cómo viven y se aman entre sí. Fíjense cómo los esposos tratan a sus mujeres. ¿Acaso no son los más trabajadores, los mejores vecinos y estudiantes?» Eso es vivir sobre el trapecio, servir de ejemplo para el mundo.
¿Qué pasa cuando caemos? La red siempre está en su lugar. La sangre de nuestro Señor, Jesucristo, nos concede el perdón. Jesucristo nos ha perdonado TODAS nuestras faltas. Tanto la red como la capacidad de mantenernos sobre el trapecio son obra de la gracia de Dios. Juan Carlos Ortiz
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Estoy lejos de entender el misterio de la gracia. Lo que sí tengo claro es que nos toma como somos y no nos deja donde nos encontró. Anne Lamott
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Un relato acerca de la gracia: Cierto día de invierno un chico de 10 años apostado frente a una tienda de zapatos miraba hacia el interior de la vitrina. Estaba descalzo y tiritaba de frío. Una señora se le acercó y le preguntó qué hacía.
—Le estaba pidiendo a Dios un par de zapatos —le respondió el niño.
La señora lo tomó de la mano y lo condujo al interior de la tienda. Le pidió al dependiente media docena de medias para el chico. A continuación solicitó una vasija de agua y una toalla, las cuales éste le trajo sin dilación. Condujo al muchacho a la trastienda, se arrodilló frente a él y procedió a lavarle sus pequeños pies. Luego se los secó con la toalla.
Entretanto el dependiente llegó con las medias. La dama le puso un par, le compró unos zapatos, ató el resto de las medias y se las entregó al chico. Le acarició la cabeza y le preguntó:
—¿Amiguito, sin duda debes sentirte más cómodo ahora, ¿verdad?
Cuando la señora se dio la vuelta para salir de la tienda, el niño que no salía de su asombro la tomó de la mano y con lágrimas en los ojos le preguntó:
—¿Eres la esposa de Dios? Anónimo
Publicado en Áncora en febrero de 2017.
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