El día que me hice hombre
Peter W. Chin
Hay un tiempo para el lamento y un tiempo para que el lamento cese.
«La fe no es un ejercicio de respiración para hacernos sentir más en paz de un modo marginal en medio de la distracción moderna. Es algo firme que nos permite mirar un vacío oscuro y atravesarlo sin miramientos. La fe fue hecha para la adversidad, el sufrimiento, el temor y la enfermedad, para noches como aquella…»
Leer el artículo [en inglés] aquí.
Artículos recientes
- El arte desaparecido de repartir folletos del Evangelio
- La presencia de Dios en momentos de soledad
- Preocuparse menos, confiar más
- 9 maneras de conectarse con Dios
- Motivación, planes y metas
- La parábola del trigo y la cizaña
- Claves para un sueño apacible
- La parábola de los talentos
- Un nuevo día, un nuevo comienzo
- Dedicar tiempo al Maestro