El amor tiene buenos modales
Recopilación
La descripción del amor en 1 Corintios 13 incluye una lista de lo que el amor no es. En el versículo 5 leemos que el amor «no hace nada indebido». En consecuencia, el amor tiene buenos modales.
La frase en griego podría ser traducida literalmente como «no se comporta groseramente» o «no actúa de manera inapropiada». El amor cristiano no busca causar problemas ni menospreciar a los demás; elige actos apropiados y reacciones que ayuden a otros.
En la cultura actual se acepta cada vez más la grosería. Comportamiento en público y palabras que serían impensables hace solo una generación ahora es algo de todos los días. Vivimos en lo que la ensayista Merrill Markoe del Wall Street Journal llama un «renacimiento de lo grosero». El hecho es que la grosería tiene sus raíces en el egoísmo. Los modales son un medio para reducir las fricciones entre los seres humanos; una falta de cortesía demuestra una falta de consideración por los demás. La persona mal educada comunica que solo ella importa. El amor, por el contrario, no puede ser egoísta por la sencilla razón de que se interesa por el bienestar de los demás. Por tanto, el amor es educado.
Cuando los cristianos dan testimonio de sus creencias y defienden la fe, deben hacerlo con «mansedumbre y respeto»[1]. Dicho de otro modo, debemos dar testimonio de manera amorosa y cortés. Esto no significa que los cristianos nunca deban hablar negativamente con relación a los actos de otros. El mensaje del evangelio condena el pecado y llama a los pecadores al arrepentimiento y a la fe en Jesús[2]. No obstante, hay un modo correcto y otro incorrecto de hacer las cosas, y hablar en contra del pecado no se debe hacer de manera brusca. Los cristianos están llamados a hablar la verdad en amor[3] y, como sabemos, el amor no es grosero.
Un esposo que ama a su esposa no la tratará toscamente sino de manera respetuosa y cortés. Un pastor que ama a su congregación no hablará de ella con desdén ante los demás. Un cristiano que ama a su prójimo recordará sus modales y actuará de forma decorosa y apropiada. Una vida de amor se demuestra por medio de nuestras palabras y acciones y tendrá un efecto en los demás para la gloria del Señor. Tomado de gotquestions.org[4]
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Trata a todos con amabilidad, aun a aquellos que sean groseros contigo, no porque ellos sean amables, sino porque tú lo eres. Autor desconocido
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La bondad es el lenguaje que los sordos pueden oír y los ciegos ver. Autor desconocido
Palabras alentadoras
—¿Podría hablar con el gerente?
La súbita petición de mi amiga a la camarera me dejó confundida. Nuestra cena en aquella popular pizzería me pareció de lo más normal, y me pregunté qué se propondría.
A los pocos minutos se acercó la gerente a nuestra mesa.
—¿Qué se le ofrece? —preguntó vacilante, como esperando otra reprimenda de una clienta enojada.
—Solo quería decirle que la mesera que nos atendió esta noche lo ha hecho de manera excepcional —comenzó a decir Eileen.
Seguidamente describió varios detalles que tuvo la camarera y que habían dejado impresionada a mi amiga.
La gerente, como es natural, se sintió muy aliviada y quedó encantada. También la mesera, que estaba de pie a pocos pasos. Las cuatro nos reímos y conversamos por un rato. Eileen les alegró el día a dos mujeres que trabajan arduamente, y dejó en mí una huella imborrable del efecto que tienen las palabras positivas.
Cuando pensamos en lo que decimos, es fácil concentrarse en lo que nos arrepentimos de haber dicho. Afortunadamente, hay ciertas expresiones que casi siempre resultan acertadas; son las palabras que transmiten amor y ánimo. Susan Maycinik
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La vida es corta, pero siempre hay tiempo para la cortesía. Ralph Waldo Emerson
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Sé siempre un poco más amable de lo necesario. James M. Barrie
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Una persona que es amable contigo pero no con el mesero, no es una buena persona. Dave Barry
¿Qué es la cortesía?
La cortesía se demuestra cuando somos educados y considerados con los demás. Es darse cuenta de los sentimientos ajenos, y saber lo que va a alegrarlos.
Demostrar amabilidad a otros a través de pequeñeces, ser cortés y bien educado, es también una manera de demostrar nuestro amor a Jesús, pues les estás demostrando amor a las personas que Él creó. También es un ejemplo para otros de cómo es Jesús.
Las personas aprecian que otras las traten con consideración y cortesía. Suelen ser las pequeñeces las más importantes, pueden hacer que otros se sientan apreciados y atendidos.
Una manera fácil de estar seguros de estar siendo amables y corteses en todo lo que hacemos se seguir la regla dorada de Jesús: «Todo lo que quieras que la gente haga contigo, eso mismo haz tú con ellos»[5]. R.A. Watterson y Christi S. Lynch
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Con demasiada frecuencia subestimamos el poder de un toque, una sonrisa, una palabra amable, un oído presto a escuchar, un elogio sincero o el gesto solidario más mínimo, todo lo cual tiene el potencial de transformar una vida. Leo Buscaglia
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Empezando por hoy, trata a cada persona con la que te encuentres como si fuera a morir a la medianoche. Extiéndeles todo el cuidado, bondad y comprensión que puedas, y hazlo sin esperar nada a cambio. Tu vida nunca volverá a ser la misma. Og Mandino
El amor del día a día
Hace cincuenta años, se sobreentendía que los buenos modales eran algo bueno. Obviamente, no todos los tenían, pero los que no los poseían o bien admiraban o sentían envidia de los que sí.
Sin embargo, a finales de los años 50, los buenos modales se volvieron sinónimo de fingimiento. La idea se fue filtrando con el tiempo y, hoy en día, muchas personas han olvidado sus modales o algunas nunca los aprendieron.
Antes de condenar la pérdida de los buenos modales, primero tenemos que aclarar qué son. Le pregunté a varias personas por el significado de buenos modales y todas respondieron de la misma manera: por medio de ejemplos. Decir «por favor» y «gracias» son buenos modales. Abrirle la puerta a una dama es buenos modales. Y así sucesivamente. Todos estos ejemplos son muy buenos, pero no nos dicen del todo el significado real.
Así que permítanme hacer el intento. Los buenos modales no son sino el amor del día a día.
No está muy claro, ¿verdad? Déjenme explicar. El amor —según la Biblia— es poner primero a los demás.
De vez en cuando, el amor te exigirá algo difícil. Tendrás que levantarte en medio de la noche para ir a recoger a un amigo cuyo auto se quedó varado en otra ciudad. O puede que tengas que gastar hasta el último céntimo para sacar de apuros a alguien. O, ¿quién sabe? Tal vez tengas que morir por otra persona. Jesucristo dijo: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.»
Estas son algunas demandas de peso que el amor hace en la vida del creyente. Pero, siendo honestos, la mayor parte del tiempo no se nos pide que hagamos esas cosas. No obstante, cada día se nos pide amar poniendo a otros en primer lugar. Una forma de hacerlo es mediante los buenos modales. Permítanme darles una ilustración.
Llegas a la puerta al mismo tiempo que otra persona. Puedes entrar a empujones o sujetar la puerta y decir: «Pase usted primero.» Todos estaríamos de acuerdo en que de una forma tienes buenos modales y de la otra no. Pero, ¿por qué? Porque al sujetar la puerta, ponemos en primer lugar a la otra persona. Mientras que al abrirnos paso a la fuerza, nos estamos poniendo a nosotros en primer lugar.
Lo mismo se aplica al pasar la comida en la mesa en contraste con servirse uno mismo primero. O interrumpir a una persona que está hablando en vez de hablar solo cuando haya finalizado. Cortarle el paso a alguien en el tráfico en vez de dejarlo pasar primero. Bajar el volumen de la música en tu auto para que los que no la deseen escuchar no tengan que hacerlo. Y así sucesivamente.
Pasé mucho tiempo reflexionando sobre todo esto y no pude encontrar ni un solo mal modal que no fuera un ejemplo de ponerse uno primero.
Si los buenos modales no son más que un manual de etiqueta social cuando se está a la mesa o cuando se toma el té con el dedo meñique alzado, entonces no tendrían mayor importancia. Tus errores podrían ofender a alguna persona quisquillosa por aquí y por allá, pero no harían daño ni tampoco desagradarían a Dios.
Sin embargo, los buenos modales son más que costumbres y etiqueta. Son un fruto del amor, de ahí su gran importancia. Nuestro Señor dijo que la segunda cosa más importante que debemos hacer es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Los buenos modales son una manera de hacerlo en los pequeños detalles de la vida. Michael Phillips[6]
Publicado en Áncora en julio de 2020.
[1] 1 Pedro 3:15 (RVC).
[2] Hechos 17:30.
[3] Efesios 4:15.
[4] https://www.gotquestions.org/love-is-not-rude.html
[5] Mateo 7:12.
[6] http://www.gracebaptist.ws/sermons/notes/familylife/familylife25.html.
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