El abundante suministro de Dios
Recopilación
[God’s Abundant Supply]
Filipenses 4:19 dice: «Mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús». […] A fin de entender por qué podemos confiar en que Dios nos dará lo que necesitamos, primero debemos reconocer la inmensidad de las riquezas de Dios. […] El salmista declara en el Salmo 24:1,2: «Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y los que en él habitan. Porque Él la fundó sobre los mares, y la asentó sobre los ríos». Que Dios sea propietario de todo nos asegura que puede satisfacer nuestras necesidades. […]
Jeremías declara en Lamentaciones 3:22–23: «Que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es Tu fidelidad!» El amor inquebrantable, la misericordia y la fidelidad de Dios garantizan que Él proveerá lo que necesitamos. […]
La seguridad de que Dios proveerá todo lo que necesitamos es una promesa que se basa en el carácter de Dios, en que es el dueño de la creación y en Su compromiso con Sus hijos. Independientemente de lo que nos depare el futuro, podemos confiar en Él, pues tiene el futuro en Sus manos. GotQuestions.org1
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Hace dos años, cuando me mudé por décima vez en 10 años, tuve una crisis al trasladar mis cosas en un camión de mudanzas. No me gustan los cambios, así que sentía era una combinación de tristeza, enojo y decepción. No quería empezar de nuevo.
Estaba muy sumida en la autocompasión cuando me di cuenta de que no solo era porque me mudaba. Era lo que representaba la mudanza: mi deseo de controlar y mi falta de confianza en que Dios iba a darme lo que necesitaba en esa nueva etapa, a pesar de que anteriormente lo había hecho una y otra vez.
Parece más fácil confiar en Dios cuando podemos aferrarnos a la comodidad de lo que ya conocemos en vez de explorar algo nuevo. Por eso me identifico con los israelitas cuando les costaba confiar en Dios mientras deambulaban por el desierto. […]
Cuando Dios sacó a los israelitas de Egipto, se comprometió a llevarlos a la tierra prometida. Sin embargo, con el cambio y en terreno desconocido, comenzaron a quejarse. Querían regresar a Egipto porque por lo menos allí tenían alimento (Éxodo 16:3). En el dolor de lo desconocido, olvidaron las promesas de Dios y dudaron de Su provisión.
Sin embargo, Dios los ayudó en medio de sus quejas (Éxodo 16:12). Les dijo que a diario les daría pan del cielo solo para ellos. El maná se echaba a perder a la mañana siguiente; eso significaba que los israelitas debían recoger maná fresco todos los días y confiar en que Dios lo proveería (Éxodo 16:4). De todos modos, aunque Dios les dio lo que pidieron, no confiaron en Él. Recogieron más maná de lo que necesitaban porque temían que Él no enviaría más. En lugar de dejar que la provisión de Dios en el pasado les señalara lo que Él prometió para el futuro, trataron de protegerse y proveer para sí mismos.
¿Con qué frecuencia miramos lo que Dios nos provee y lo descartamos porque no llegó de la manera que queríamos? […]
Dios provee de maneras inesperadas. No es solo sobre el maná; es lo que representa el maná. Dios envió maná del cielo para representar el Pan de Vida que enviaría del cielo: Jesús.
El maná no se parecía a la provisión que los israelitas querían. Jesús no se parecía al Rey Mesías que esperaban. Y si somos francos, la definición de provisión de Dios no siempre se ve de la manera que queremos o esperamos. Sin embargo, la provisión perfecta de Dios para nosotros está prometida en Jesús (Juan 14:6).
Al reflexionar sobre el maná, podemos tener la tentación de mirar solo a las versiones pasadas de la provisión de Dios. Sin embargo, cuando lo hacemos podemos perdernos lo que Él está haciendo justo delante de nosotros. En lugar de eso, pongamos en práctica hoy la confianza en Dios al acudir a Él de modo que por medio de Jesús, el Pan de Vida, provea lo que necesitamos.
Podemos orar pidiéndole a Dios que nos indique cómo Él ya satisface nuestras necesidades en donde nos encontramos. Los israelitas volverían a tener hambre, pero Jesús dice que en Él nunca volveremos a tener hambre (Juan 6:35). Dios no dejó a Israel con hambre física. Tampoco nos dejará con hambre espiritual. Tanto el maná como Jesús son prueba de que Dios nos dará lo que necesitamos. Meghan Ryan2
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Cuenta una leyenda que un pescador —que se llamaba Aarón— vivía a la orilla de un río. Después de un arduo día de trabajo, volvía a casa al anochecer con los ojos entrecerrados. Soñaba con lo que haría si fuera rico. Mientras caminaba, su pie chocó contra una bolsa de cuero llena de lo que le pareció que eran piedras pequeñas.
Distraídamente, recogió el bolso y empezó a arrojar los guijarros al agua. Pensó: «Cuando sea rico tendré una casa grande». Y arrojó otro guijarro al río. Después arrojó otro y pensó: «Mi esposa y yo tendremos sirvientes, suculentos manjares y muchas cosas excelentes».
Así siguió hasta que solo le quedó una piedra. Aarón la sostuvo en la mano y la piedra brilló cuando se posó sobre ella un rayo de luz. Entones se dio cuenta de que era una piedra preciosa, una gema de gran valor. Había arrojado al agua las verdaderas riquezas que tenía en la mano, mientras soñaba en futuras riquezas irreales.
Esta leyenda resume la situación de muchos cristianos. Se nos ha dado todo lo que necesitamos. Se ha puesto en nuestras manos y hemos sido invitados a disfrutarlo. Pero por alguna razón no miramos lo que tenemos en las manos. No tomamos lo que Dios nos ha dado y lo utilizamos. En vez de eso, soñamos con el día en que seremos muy bendecidos. Soñamos con el día en que la alegría del banquete será nuestra. R. J. Fairchild3
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Como tu Buen Pastor, he prometido proporcionarte todo lo que necesitas (Salmo 23:1). Sé que a veces puedes ser proclive a preocuparte de que no proveeré para ti como prometí. Sin embargo, no sucumbas ante esos temores, porque he prometido cuidar de ti y proveer lo que necesites.
Si ves de inmediato la respuesta a tus oraciones, o si aprendes valiosas enseñanzas mientras esperas en Mí, aprecia lo que tienes. Agradéceme lo que ya te he dado, cosas que deben valorarse por encima de las comodidades materiales, que el dinero no puede comprar: la certeza de un futuro eterno conmigo, el amor de tus seres más queridos, la paz interior, y la satisfacción de conocerme y amarme. Si estimas esas cosas por encima de todo, encontrarás alegría y Mis bendiciones espirituales, independientemente de tus circunstancias.
El hombre más rico del mundo es aquel que tiene fe. Estaría contento aunque perdiera todos los bienes materiales que posee. La fe vale más que el dinero que pueda tener en el banco.
Yo di de comer a más de 5.000 personas con sólo cinco panes y dos peces (Mateo 14:15–21). Convertí el agua en vino (Juan 2:1–11), y curé a una mujer que había gastado inútilmente todo lo que tenía en médicos y medicamentos (Marcos 5:25–34).
Sané a cientos de personas y obré milagros que no podrían comprarse ni con todo el dinero del mundo. Soy capaz de satisfacer todas tus necesidades. Pide, extiende la mano de la fe y recibirás lo que te haga falta. Jesús
Publicado en Áncora en julio de 2025.
1 Is it true that my God shall supply all my needs (Philippians 4:19)? GotQuestions.org, https://www.gotquestions.org/my-God-shall-supply-all-my-needs.html
2 Meghan Ryan, «Encontrando la provisión de Dios en los lugares menos esperados», Proverbs 31, 27 de octubre de 2023, https://proverbs31.org/es/lee/devocionales/texto-completo/2023/10/27/encontrando-la-provision-de-dios-en-los-lugares-menos-esperados
3 R. J. Fairchild, frtommylane.com, https://www.frtommylane.com/stories/money/aaron.htm
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